CERBERO[1]
Los Alquimistas pretenden que todas las fábulas de los
viejos no son más que enigmas de los que se sirvieron para ocultar las
operaciones de la Piedra Filosofal. Ellos dicen, en consecuencia, que, por
Cerbero, el perro de tres cabezas, ha de entenderse, o a la materia de la
Piedra filosofal, compuesta de Sal, Azufre y Mercurio, encerrada en el triple
vaso de los Filósofos, que son las tres cadenas que atan a Cerbero, o bien, a
la materia, que es, en sí misma, el palacio de Plutón, dios de los Infiernos,
siendo el triple vaso el perro de tres cabezas que guarda la puerta del
palacio, impidiendo la entrada.
Esta última explicación me parece más verosímil,
porque se ha dicho que Cerbero vomitaba fuego, lo que es propio de los hornos;
y sin embargo no se ha de entender con esto que los hornos de los Alquimistas
vomiten fuego, como aquellos hornos de los químicos ordinarios, ya que el fuego
de la Filosofía Espagírica no es el fuego vulgar, sino el fuego de la
naturaleza, un fuego que calienta sin quemar. Y quien conozca este fuego y la
manera de graduarlo, estará bien avanzado en la Ciencia Hermética.
Que aquel que quiera estudiar esta ciencia tenga,
entonces, a Hércules y que lo sepa unir adecuadamente con Teseo, su compañero
inseparable. Así tendrá, prontamente, el secreto de los tres reinos.
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