ÁGUILA[1]
Nombre que los Filósofos Herméticos han dado a su
Mercurio después de su sublimación. Lo han llamado así en primer lugar, a causa
de su volatilidad y luego porque, al igual que el águila devora a los demás
pájaros, el Mercurio de los Sabios destruye, devora y reduce al mismo Oro a su
primera materia, reincrudándolo.
Según Filaleteo cada sublimación es un águila, y
aunque siete sean suficientes, se puede llegar hasta diez. Así, cuando dicen
que es preciso preparar siete águilas para combatir al león no hemos de
entender, dice el mismo autor, que haya que disponer siete partes de mercurio y
de volátil contra el león, o una parte de fijo, sino que nuestro Mercurio es
sublimado y exaltado siete veces.
“Cuantas más águilas habrá contra el león –dice
Basilio Valentín- menos largo será el combate. Atormentad al león –añade el
mismo autor- hasta que el tedio le venza y desee la muerte. Otro tanto se hará
con el águila, hasta que llore: recoged sus lágrimas y la sangre del león y
mezcladlas juntas en el vaso filosófico.” Todo esto no significa más que la
disolución de la materia y su volatilización.
Águila devorando al León. Expresión Hermética que
expresa la volatilización del fijo por el volátil, o del Azufre por el Mercurio
de los Sabios.
[1] . Del
Diccionario Mito-Hermético, de Pernety, Ediciones Indigo, 1993, de la estupenda
y única traducción, del director de esta sección, Santiago Jubany.
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