domingo, noviembre 30, 2008

COMPARACIÓN DE ALGUNOS VERSÍCULOS DEL MENSAJE REENCONTRADO de L. Cattiaux CON LAS EXPLICACIONES DE D. Pernety EN SUS FÁBULAS



Como ya he mencionado varias veces el Mensaje Reencontrado es el libro que me ha inspirado y animado al estudio de las Fábulas herméticas, así como a la indagación de las tradiciones en busca del nudo que las une a todas.
En las últimas ediciones de este libro se puede leer en las contraportadas:
Louis Cattiaux nació el 17 de agosto de 1904 en Valenciennes y dejó este mundo el 16 de julio de 1953 en París. En su tarjeta se podía leer: Louis Cattiaux, pintor, poeta y boticario. Como todos los grandes creadores, fue guiado por su genio artístico hasta las profundidades del espíritu humano, allí donde el ser individual se une con el mismo origen de los mundos, lo que los hombres han llamado Dios. Algunos artistas han llegado hasta este misterioso lugar, pero muy pocos han continuado la espléndida aventura como hizo Cattiaux, yendo más allá del arte. Por ello su obra es completamente original, imposible de clasificar en una disciplina concreta, pues es una invitación a contemplar el núcleo secreto de la vida, independientemente de las apariencias con las que ésta se presente.

Realmente se trata de un Libro con una concentración y una síntesis inusual. Para mostrar ejemplo de ello compararé algunos versículos de esta obra con algunas de las explicaciones que Pernety da en sus Fábulas.
En el libro XXVI, en el versículo 41’ Cattaiux escribe:

Todo ha venido del rojo para ir al negro,
pasando por el amarillo y el blanco.
Todo volverá al rojo partiendo del negro
y pasando por el blanco y el amarillo.

¿De qué se trata? ¿de qué está hablando el autor? A los lectores asiduos a la escritura alquímica les resonará el lenguaje de este versículo, pero veamos dónde y cómo lo utiliza Pernety. Esto lo podéis encontrar en el apartado de este blog llamado: Signos o principios demostrativos, pertenece al Tratado de la Obra Hermética de Pernety y esta parte dice así:
Los colores que sobrevienen a la materia filosófica durante el transcurso de las operaciones de la obra son los signos demostrativos que hacen conocer al artista que ha procedido de manera correcta para tener éxito…
[…] en cuanto a las operaciones de la primera obra o de la manera de hacer el azufre filosófico, Espagnet lo ha descrito así: Escoged un dragón rojo, valeroso, que no haya perdido nada de su fuerza natural; seguidamente siete o nueve águilas vírgenes, atrevidas, a las que los rayos del Sol no sean capaces de deslumbrar sus ojos; ponedlas con el dragón en una prisión clara y transparente, bien cerrada y por debajo un baño cálido, para excitarlas al combate. No tardarán en venir las presas; el combate será largo y muy penoso hasta el cuarenta y cinco o cincuenta día, en que las águilas empezarán a devorar al dragón. Éste al morir infectará toda la prisión de su sangre corrompida y de un veneno muy negro, a la violencia del cual las águilas no podrán resistir y expiarán también. De la putrefacción de sus cadáveres nacerá un cuervo, que levantará poco a poco su cabeza y, por el aumento del baño, desplegará sus alas y fatigado de ser así atormentado buscará escaparse; tomad, pues, cuidado de que no encuentre ninguna salida. Finalmente lavado y blanqueado por una lluvia constante, de larga duración y un rocío celeste, se le verá metamorfosearse en cisne. El nacimiento del cuervo os indicará la muerte del dragón. Si sois curiosos en llevarlo adelante hasta el rojo, añadid el elemento del fuego que falta para la blancura, sin tocar ni remover el vaso, pero fortificando el fuego por grados, empujad su acción sobre la materia hasta que lo oculto devenga manifiesto, el indicio será el color citrino. Dirigid entonces el fuego al cuarto grado, siempre por los grados requeridos, hasta que, mediante la ayuda de Vulcano, veáis manifestarse dos rosas rojas, que se cambiarán en amaranto, color de sangre. Pero no dejéis de hacer actuar al fuego por el fuego, hasta que lo veáis todo reducido a cenizas muy rojas e impalpables.

He aquí otra forma de decir los que Cattiaux ha concentrado en un versículo. Respecto a este autor y su obra, el lector puede encontrar más información en:
http://www.louiscattiaux.es/ (en castellano) y en:
http://www.beyaeditions.com/louis_cattiaux.htm (en francés).

viernes, septiembre 12, 2008

TABULA SMARAGDINA HERMETIS

He aquí un artículo que me es de especial atención y estudio; su autora es Caroline Thuysbaert, directora de la escuela de humanidades Scholanova, en Bélgica y colaboradora de ediciones Beya. Este artículo apareció en la revista LA PUERTA, nº 60, (Arola Editors), en marzo de 2002, traducido por S. d’Hooghvorst. Un año más tarde fue incluido en la completa obra dirigida por el profesor R. Arola Images Cabalistiques et Alchimiques, nº 1 de la colección Beya. Como podrá comprobar el lector el artículo empieza con una cita del Diccionario Mito-Hermético de Pernety, lo que me ha dado pie para subirlo al blog y ponerlo en compañía de las Fábulas de este mismo autor así como con los otros artículos relacionados. 



LA GRAN OBRA EN UNA FRASE ESTUDIO DE LA TABULA SMARAGDINA HERMETIS Caroline Thuysbaert Traducción. S. d’Hooghvorst Introducción En primer lugar unas palabras de Pernety: Pocas materias han puesto a prueba a los quymicos como el vitriolo común. Lo han tomado por la materia del magisterio de los filósofos; hay que reconocer que nada era más apto para engañar a los que toman al pie de la letra las palabras de los sabios. Han elogiado tanto a esta sal mineral que es muy difícil no caer en la trampa tendida a los ignorantes, al menos aparentemente, ya que todos advierten que no hay que quedarse con las palabras, sino con el sentido que esconden […] Los filósofos aseguran que no se puede hablar más claro que Hermes en su Tabla de Esmeralda, acerca de la materia y de las operaciones de la obra […] Dicha Tabla de Esmeralda, viene acompañada con un emblema quymico encerrado en un doble círculo. Entre ambas circunferencias están escritas las palabras que he citado, Visitabis, etc.[1] De un lado, se ve el sol, debajo, el signo de Marte y debajo de Marte el signo de Saturno. Del otro lado está la Luna, debajo Venus y luego Júpiter. En medio hay una copa en la que caen un rayo de Sol y otro de Luna; bajo el pie de esta copa, está colocado, como para sostenerla, el signo astronómico de Mercurio. Bajo todos estos caracteres hay de un lado un León y del otro una Águila bicéfala, como la de los escudos del imperio […] Los amantes de esta Ciencia podrán reflexionar en ello.[2] ¿Quién, tras algunas lecturas quymicas, no se convierte en “amante de esta Ciencia”? Los enigmas propuestos desde hace siglos por los sabios alquimistas esperan lectores con el espíritu aguzado. La imagen quymica que presentamos y el símbolo del vitriolo también están esperando. Pero estos lectores deben, como así lo escribió también Dom Pernety, reflexionar acerca de estos enigmas, ya que sólo un espejo podrá revelarles todo lo que desean saber.[3] El vitriolo etimológico “Vitriolo” se define comúnmente como un “nombre dado a los sulfatos”. El aceite de vitriolo, a menudo llamado también vitriolo, es un ácido sulfúrico concentrado, muy corrosivo. No obstante, la ciencia moderna y profana sólo ha guardado el sentido vulgar de las ciencias quymicas tradicionales, e importa buscar el verdadero significado de la palabra. Deriva del latín vitrum: ‘vidrio’. Este sulfato tiene, sin lugar a dudas, una apariencia vítrea. También es “aceitoso”, ya que en vitrioleum hay vitri oleum, ‘aceite de vidrio’. Según Canseliet, el vitriolo sería el vaso de los filósofos, el vaso de la naturaleza.[4] Sólo se precisan dos vasos […] Se llama al primero el vaso del Arte y al segundo, el vaso de la Naturaleza. El vaso del Arte es el huevo filosófico que está hecho con un vidrio muy puro, de forma oval.[5] Se pueden componer dos anagramas con vitriol: l’or y vit[6] y trio vil. Las RAÍCES del árbol de la vida […] son como el TRIO VIL que une el cielo y la tierra.[7] El vitriolo es pues, una materia tri-una, aceitosa y vítrea, que realiza la unión de lo que está arriba con lo que está abajo, y contiene el tesoro oculto, el oro, la piedra de los filósofos. Es entonces cuando se trata verdaderamente del vitriolo común, es decir, “como un”, como la unión de dos cosas. El V.I.T.R.I.O.L., un acróstico Este acróstico es conocido: Visita Interiora Térrea Rectificando Invenies Occultum Lapidem. A veces se añade: Et Veram Medicinam. ‘Visita los interiores de la tierra, rectificando encontrarás la piedra oculta y la verdadera medicina’. Toda la Gran Obra está contenida en esta frase. Pero ante todo, hay un secreto, un don, una cábala. Este secreto parece estar celosamente guardado por aquellos que lo experimentaron. Es una muerte iniciática. Es el encuentro, sobre una montaña santa, del espíritu purificado del discípulo, su psique o Eva, con el Hue vagabundo, el mercurio vulgar errante y despreciado, en busca de encarnación; en términos mitológicos: el héroe Ulises o Eneas. El acróstico V ITRIOL no se dirige a los ignorantes, sino más bien a este Hue. Éste es el que, una vez fijado al espíritu iniciado, guiará toda la Obra a su perfección. Es él quien visita los interiores de la tierra, el mundo subterráneo, los Infiernos. En compañía de la Sibila, Eneas bajó pues al infierno mineral donde el oro se depura y donde se incuba la edad de oro.[8] Luego, todo se hace naturalmente, es decir, conforme a la voluntad de la Santa Naturaleza. Ahora dejemos que Eneas vaya hacia su destino bajo la sabia dirección de la Sibila, depositaria del santo lenguaje. Ella realiza fácilmente lo que la avara Dido no ha sabido hacer con la violencia de su amor ciego.[9] Este tesoro, este oro que se esconde en las entrañas de la tierra, debe de ser rectificado. O sea, hay que erguirlo, enderezarlo, ponerlo derecho, o también destilarlo.[10] Esta operación, que es el misterio del Dios que crece en el hombre, también ayudará a este hombre a ponerse recto. Los hombres rectos son aquellos cuya columna vertebral se ha enderezado a partir del sacro. El espíritu recto y simple penetra fácilmente hasta el centro de la tierra donde reposa el oro vivo.[11] La verdad se oculta bajo el velo de las fábulas y las parábolas. Es necesario un espíritu muy recto y muy penetrante para descubrirla […][12] Tras todo este trabajo alquymico, el discípulo hallará la piedra oculta, el objeto de todos sus deseos, que le será medicina para curar su cuerpo y su alma. Interpretación de la imagen El número siete. La imagen alude varias veces al número siete: siete letras en VITRIOL, siete planetas y una estrella de siete puntas. Sólo quedan las siete palabras, prestad atención a lo que significan. Si entendéis bien lo que sigue, jamás conoceréis el fracaso. Cada una de estas palabras significa una ciudad, cada una con una sola puerta. La primera significa el oro: es de un color amarillo perfecto; la otra significa la plata: es de un bello color blanco; la tercera significa el mercurio, es uniformemente gris; la cuarta significa el estaño: es azul como el cielo; la quinta significa el hierro: es roja como la sangre; la sexta significa el cobre: es de un color verde sin mancha; la séptima significa el plomo: es negra como el carbón. Observa bien como yo lo entiendo, compréndeme bien: hay en las puertas de estas ciudades todo el fundamento del Arte. Ninguna de estas ciudades puede nada por sí sola, es preciso que las demás participen. No se puede entrar en ninguna de estas ciudades si las puertas han sido cerradas. Y si no tuvieran puertas, no tendrían ningún poder. Si estas puertas están juntas, dan un resplandor de siete colores, y todas juntas producen una claridad, entonces nada les es comparable en poder.[13] El número siete está relacionado con los siete planetas y, por consiguiente, con el alma del mundo. Tebas tenía siete puertas y estas puertas eran de eléctrum. Siendo siete el número del alma del mundo, o alma creadora, no es difícil sospechar que estas siete puertas no eran más que una sola, cuyo misterioso eléctrum era el más bello ornamento.[14] Además, dos de estos planetas, el Sol y la Luna, se vierten en un vaso, un cáliz. […] El rocío o el espíritu del aire era como este licor,[15] que, según el lenguaje filosófico, proviene de los rayos del Sol y de la Luna, que contiene el principio que hace vegetar toda la naturaleza, y sin el cual nadie puede vivir […].[16] Esta materia proviene, pues, de los rayos de las dos luminarias, y la materia puesta entonces en el vaso pasa por diversos colores. Como las puertas de Tebas, los planetas son una misma cosa: la materia en estadios de preparación distintos. Cuando esta preciosa materia, hija del Sol y de la Luna, está puesta en el vaso filosófico, bien sellado, toma una coloración muy negra […] Luego, la materia blanquea poco a poco. Primero toma el color gris: es Júpiter (el estaño) que sucede a Saturno (el plomo) […]. Por último el color blanco, Artemis, Diana más blanca que la nieve y que sólo se muestra desnuda a los cándidos amantes de la Ciencia […]. La materia, finalmente, tras haber pasado por diversos colores intermedios, vira al rojo. Es la piedra al rojo de la cual se hace el elixir al rojo, excelente medicina de los espíritus y de los cuerpos.[17] ¿Por qué el símbolo del Mercurio ha sido representado debajo del vaso, y más grande? Una cita de Huginus à Barmâ puede aclararlo: Además, el Sol es el macho y la Luna la hembra, y el Mercurio que participa de la naturaleza de ambos, los liga y los conjunta el uno al otro.[18] Los tres escudos Tres escudos están unidos a un anillo mediante cadenas. Se ven tres escudos, que contienen un águila, un león y una estrella; también hay en el centro, finalmente dibujado, el globo imperial; el cielo y la tierra, asimismo, están diligentemente colocados.[19] El globo imperial podría ser el símbolo quymico del vitriolo. También encontraréis las maravillas de la cruz en otros motivos y sobre todo en el vitriolo, aunque no tenga la cruz totalmente perfecta […].[20] Pero aquí el símbolo está rematado por una cruz, para mostrar que el vitriolo ha sido conducido a su perfección. Las dos esferas representan probablemente el Universo: el Cielo y la Tierra. Las líneas curvas indican que estas esferas siempre giran en el mismo sentido, lo cual corresponde al sentido etimológico de la palabra “universo”.[21] ¿Qué representan los tres escudos? Los tres escudos significan en resumen Sal, Azufre y Mercurio. La Sal es un cuerpo sólido, lo mejor que hay en el Arte. El Azufre es el alma, sin él, el cuerpo no puede hacer nada. El Mercurio es el espíritu de la fuerza. Mantiene unidos el alma y el cuerpo. Por ello se le llama el mediador, lo que está hecho sin él no tiene duración, ya que el alma y el cuerpo no podrían morir si el espíritu no estuviera con ellos. Asimismo el alma y el espíritu no existirían si el cuerpo no estuviera con ellos. El cuerpo y el espíritu estarían sin fuerza si el alma no estuviera con ellos. El Arte nos hace saber todo esto: el cuerpo fija y da consistencia, el alma da el color y la tintura, el espíritu da la fluidez y penetra. Por eso no puede haber en este Arte alguno de los tres sin los otros.[22] El león y el águila representan el fijo y el volátil. Los dos, con sus patas y alas, muestran a la vez lo alto y lo bajo. Ambos reunidos hacen el “milagro de una sola cosa”. Las cadenas ligan todos estos elementos. He aquí lo que escribe E. d’Hooghvorst en su comentario acerca de la aventura de los dos niños Cromis y Mansilio, atando al ebrio Sileno: “Lo atan con aquellas mismas guirnaldas”, difícil labor, la de atar la naturaleza sutil y volátil.[23] La Sal, el Azufre y el Mercurio necesitan una atadura muy fuerte. El león y el águila deben estar ligados a la estrella de 7 puntas, siendo 7 la suma del cuadrado y del triángulo. Las dos manos Además de los signos de los metales, ves las manos tendidas la una hacia la otra […]. Las dos manos atestiguan mediante promesa solamente el verdadero fundamento y la verdadera doctrina.[24] Las manos representan la teoría y la práctica, el fundamento y la doctrina. La posición de las manos recuerda el símbolo de la bendición en la Iglesia de oriente. Tres dedos erectos, para significar el misterio de la Trinidad; dos dedos doblados, para enseñar la doble naturaleza de Cristo. Conclusión Esta Tabula Smaragdina Hermetis sólo será verdaderamente entendida por aquel que haya visitado el interior de la tierra, que se hay enderezado y haya alcanzado la piedra oculta. Quien estudie este misterioso dibujo desde el exterior sólo podrá presentir todo su valor y extraer de los buenos autores sentencias capaces de explicarle un poco lo que sospecha. La comprensión de los textos va a la par con la experiencia, “el espíritu y la comprensión avanzan con el orden del horno”, dijo un antiguo maestro, es decir, con la purificación y la cocción del Electrum. Entonces la lectura de los antiguos textos se esclarece al creciente resplandor del espejo de los filósofos. Todo esto está en el poder de Dios y quien quiera entrar en este redil sin pasar por la puerta no es más que un bandido y un ladrón.[25] Si todavía hay hombres inteligentes e Inspirados de Dios en las iglesias, éstos examinarán sus Escrituras hasta el fundamento secreto donde brilla la piedra inquebrantable e imperecedera establecida por Dios, establecida en Dios. L. Cattiaux[26] [1] . Visitabis (o: Visita) interiora térrea, rectificando invenies occultum lapidem. [2] . A.-J. Pernety, Dictionnaire mito-hermétique, ed. Arché, Milán, 1980, voz : « vitriol ». [3] . A este respecto, véase E. d’Hooghvorst, El Hilo de Penélope, t. I, Arola Editors, Tarragona, 2000, pp. 31 y 318. [4] . Véase J. Van Lennep, Alchimie, ed. Crédit Comunal, Bruselas, 1984, p. 202. [5] . Huginus à Barmâ, Le règne de Saturne changé en siècle d’or, ed. P. Derieu, París, 1780, p. 147. [6] . L’or y vit: ‘el oro vive en él’. Según Fulcanelli, este anagrama demostraría que se trata del lugar donde se halla el oro. (Citado por . Van Lennep, op. cit., p. 202). Es lo que parece afirmar también, el acróstico VITRIOL, véase infla. [7] . L. Cattiaux, El Mensaje Reencontrado, Arola Editors, tarragona, 2000: XXV, 58. [8] . E. d’Hooghvorst, op. cit., p. 122. [9] . Ibidem, p. 123. [10] . Rectificar tiene dos sentidos: un sentido común, ‘enderezar’ y un sentido químico, ‘purificar una cosa, destilándola’. [11] . El Mensaje Reencontrado II, 4’. [12] . Ibidem III, 17. [13] . Du secret des sages, vv. 73-93, in Cahiers de l’Hermétisme, Présence d’Hermès Trismégiste, ed. Albin Michel, París, 1988, p. 219. Comentarios y una traducción de este poema atribuido a un paracelsiano se encuentran en las pp. 184-235. [14] . E. d’Hooghvorst, op. cit., p. 83. [15] . Se trata de un licor: en la imagen, los rayos se vierten como un líquido. [16] . L. de Saint-Didier, Leerte du Secret du Grand-OEuvre, citado por E. d’Hooghvorst, Le Fil de Pénélope, t. II, ed. La Table d’Emeraudde, París, 1998, p. 233. [17] . E. d’Hooghvorst, op. cit., t. II, p. 301. [18] . Huginus à Barmâ, op. cit., p. 68. [19] . Du secret des sages, cit., vv. 15-20. [20] . Douzetemps, Le Mystère de la Croix, ed. Archè, Milán, 1975, p. 208. [21] . Universum, de unus y vertere: ‘que gira en un solo sentido’. [22] . Du secret des sages, cit., p. 107. [23] . E. d’Hooghvorst, op. cit., p. 107. [24] . Du secret des sages, cit., vv. 69-70. [25] . E. d’Hooghvorst, op. cit., t. II, p. 98. [26] . Op. cit., XXIV, 4’.

domingo, junio 01, 2008

BRACESCO MITÓLOGO

De nuevo, querido lector, tengo el placer de traducir y poner en este tu blog un artículo de Hans van Kastel, aparecido en la revista virtual nº 3 de http://www.beyaeditions.com/, se trata de unos fragmentos de la obra de Bracesco, predecesor de Maier y por lo tanto de Pernety, particularmente me fascina su estilo ya que utiliza las fábulas como poniendo de relieve el arte rabínico de ¿a qué se parece la cosa? Agradecer desde aquí la labor de beya y el acierto y fineza de van Kastel. 
 BRACESCO MITÓLOGO H. van Kastel Recreaban al pueblo con las fábulas, y estas fábulas, con los nombres de los dioses del país servían de velo a su filosofía. Orígenes.[1] INTRODUCCIÓN Para los lectores de los Arcanes très secrets de Michael Maier, Bracesco no les será totalmente desconocido. Maier lo cita en su obra como predecesor en el acercamiento alquímico de la mitología de los Antiguos.[2] Médico originario de la región de Brescia, Giovanni Bracesco en 1544 hizo aparecer una obra redactada en italiano, La Espositione di Geber philosopho, cuya versión latina acabó por imponerse bajo el título De Alchimia dialogi duo. Y en efecto, se trata de dos diálogos en cuyo respectivo contenido, las mismas palabras se mezclan a menudo. El primero, intitulado Diálogo explicando el verdadero y auténtico sentido de los libros de Géber, se desarrolla entre el famoso filósofo árabe y un entusiasta estudiante llamado Demogorgon, que ha venido a Persia a devolverle una visita para instruirse en los secretos más profundos de la naturaleza. El segundo, El Bosque de vida, o Diálogo que explica los escritos de Raimond Llull, transcurre entre el célebre mallorquín y el discípulo anónimo que, partiendo de Lombardía con el mismo objetivo, ha ido al encuentro del maestro en su isla natal.[3] Como se verá más adelante, las alusiones a las obras de Géber no son menos frecuentes en este segundo texto. Lo que ha atraído particularmente nuestra atención en la obra de Bracesco, es precisamente la interpretación alquímica de los mitos greco-romanos. En ello el autor encuentra recursos para apoyar la enseñanza de Géber y de Llull. Se puede hablar de una primera sistematización que, más tarde, será claramente desarrollada por Maier, y aún más por Pernety. Sin embargo el método de Bracesco parece un poco diferente. Maier y Pernety parten de una clasificación más o menos razonada (genealógica y cronológica) de los mitos, para explicarlos uno tras otro. Bracesco parece seguir un hilo de Ariadna que desarrolla a medida que pasa revista a los mitos que aparecen, al menos exteriormente, mucho menos ligados entre ellos. Ciertamente este procedimiento no es menos interesante. En las páginas que siguen proponemos al lector la traducción de un extracto del segundo diálogo, El Bosque de vida.[4] Las alusiones a las páginas anteriores no son raras, pero no deberían impedir tener una comprensión global de los propósitos atribuidos aquí a Raimond Llull. Las referencias numeradas de la obra de Géber que da a veces el texto latín, parecen difícilmente utilizables, o sea inexactas; las hemos actualizado en lo posible, en las notas añadidas debajo de la página. 


EXTRACTO DEL BOSQUE DE VIDA RAIMOND: […] Para ocultar esta ciencia,[5] los Antiguos han utilizado un gran número de nombres, comparaciones, enigmas y sobre todo de fábulas poéticas. DISCÍPULO: En algún momento ya he querido decirte que es para mí gran motivo de asombro ver a hombre eminentes y sabios ocultar esta ciencia de alguna manera divina bajo el velo de estas ficciones y quimeras. Pero si tú consigues hacerme comprender la cosa, te seré perpetuamente deudor. Pues nunca encontré a nadie que las haya explicado en otro sentido que el moral. RAIMOND: ¡Los antiguos sabios enseñaban las costumbres mediante actos y discursos públicos![6] Aquel, pues, que no conoce esta ciencia está en la imposibilidad de saber lo que ellos han querido significar con todos estos nombres de dioses, su genealogía, sus amores y sus metamorfosis. Si tu no crees que tal sea el sentido de estas fábulas, ve a ver el Tratado de los minerales, de Alberto (I, 2, 8), donde los expone en este sentido. Según sus declaraciones, la fábula de la Gorgona cuenta cómo ella petrifica a todos aquellos que la miran. Pues bien, es a la fuerte potencia de los minerales a la que se le ha dado el nombre de Gorgona.[7] Se dice que su aspecto representa la disposición que tienen los humores de los cuerpos en lo tocante a la facultad petrificante. He aquí las explicaciones de algunos Antiguos tales como las que acabo de decir. DISCÍPULO: Yo no las comprendo aún. RAIMOND: Lo que te digo ahora es que en los azufres hay una fuerte potencia mineral que endurece y fija: esa es la que está significada por la Gorgona. El hecho de mirarla expresa la relación entre los humores o vapores metálicos y esta virtud petrificante. Pues cuando los humos suben, a lo largo del cuello del vaso, después descienden y tras muchas repeticiones acaban por unirse a los susodichos azufres y se transforman en un piedra muy preciosa. Los poetas también escriben que los griegos vieron a una serpiente que subía a un árbol.[8] En la cima encuentra a la madre con todos aquellos a los que se come. Ella misma, la serpiente, inclinando la cabeza, se cambia en piedra. La serpiente representa el vapor y la humedad radical de los metales. En efecto, antes de la cocción ésta es muy venenosa y es designada con los nombres de serpiente, dragón, león, oso y basilisco, porque tienen una naturaleza feroz y venenosa. Este vapor, pues, sube por destilación en el vaso y allí encuentra a los hijos, es decir, a estos dos azufres, con la madre, es decir, con la plata viva femenina por la cual estos azufres han sido disueltos. Se los come a todos porque ella disuelve estos azufres y los atrae. Pero puesto que este vapor sube y después desciende a través del cuello del vaso, y se deseca al mismo tiempo que estos azufres, se convierte en piedra. La Escritura santa dice que huyendo del fuego la esposa de Lot miró hacia atrás, en contra de la orden recibida de Dios, y que por esta razón se convirtió en estatua de sal.[9] Alfidius dice: “Antes de que obres te voy a describir una buena medicina: es preciso que sea húmeda, y cuando se cueza debe coagularse y espesarse como la sal, la nieve, el granizo, y tener un dulce sabor, el vientre negro y el color blanco”.[10] DISCÍPULO: ¿Qué quiere decir por el “vientre negro”? RAIMOND: Se quiere decir que esta materia, aunque blanca al principio de la cocción, sin embargo tiene una negrura oculta en su interior. Ésta proviene de una untuosidad abrasiva que no ha sido separada totalmente. Es por lo que el primer signo que aparece en la coagulación es la negrura [llamada] “cabeza de cuervo”, que dura cuarenta días después de la coagulación. Después se vuelve blanca, en la medida en que esta humedad es consumida. Se pone también en escena a Júpiter, en cólera contra su padre Saturno, cortándole los órganos genitales con una afilada guadaña, que caen al mar y de cuya sangre asociada a la espuma del mar nace Venus. Por Saturno se entiende esta sal antes de la separación de sus tierras. Se dice que es padre de Júpiter (Iovis pater), en efecto, porque él engendra a Júpiter (Iupiter) una vez separadas las tierras (separatas terris). Pues cuando esta sal ha sido puesta en el vaso sobre el fuego, Júpiter, en cólera y alterado a causa del fuego, se disuelve en un agua sutil significada por la guadaña afilada. Con ésta corta, separa y arrastra las partes masculinas, a saber, el azufre de esta sal llamada Saturno, y descienden juntos en el vaso. Es por lo que se dice que caen en el mar (mare), es decir, en esta agua de sal amarga (amari). De esta sal y este azufre se engendra Venus, como acabo de decir. Esta agua amarga es el carro de Faetón, llamado Eridano (Eridanus) porque en ella desciende el Sol y el espíritu fétido llamado bronce (aes) y Venus.[11] Se dice que Dédalo, encerrado en el laberinto junto con su hijo Ícaro, hizo unas alas con largas plumas, las unió con cera a él mismo y a su hijo y con ellas se elevaron fuera del laberinto a través del aire. Pero Ícaro, volando muy alto, cayó en el mar donde se ahogó, pues el Sol había fundido la cera. Sin embargo las olas del mar lo empujaron hasta la orilla, y su padre lo enterró en la arena. DISCÍPULO: Me gustaría muco tener una explicación de ello. RAIMOND: Yo no podría probarte mis declaraciones encadenando largamente, porque deseo ser breve. Por Dédalo, el padre de Ícaro, se designa otro azufre llamado arsénico. Según Géber, en efecto, el arsénico tiene una materia sutil parecida al azufre.[12] También dice que la medicina específica y fusible de Marte es el arsénico.[13] Pues este último es la parte más sutil del azufre llamado Marte, y esto es porque ella tiene la naturaleza de la sal que es fusible y soluble. Por el laberinto donde están encerrados se designa la cal de nuestro metal, en la cual tiene estos azufres. Las alas con las que se elevan y se subliman son aquellas de las que habla Géber: “Los cuerpos que tienen la necesidad que se les administre una cosa que los eleve son Venus y Marte, porque son lentos en fundirse. Venus tiene necesidad de una tutía, y Marte del arsénico, y con ellos se subliman fácilmente porque les convienen mucho”.[14] DISCÍPULO: Creo que este pasaje es de los que sólo Géber y tú podéis comprender. RAIMOND: Ya te he dicho que por los cuerpos, muy a menudo, se entiende estos azufres llamados Marte y Venus que son lentos en fundirse y disolverse, al no tener Marte las partes saladas y Venus participando poco. Es por lo que se les destila apremiando el fuego y quemando el aludel, como así lo dice Géber.[15] Venus, pues, para ser sublimada necesita la tutía del humo o el agua susodicha. Pues según Géber: “La tutía es el humo de los cuerpos blancos”,[16] es decir, de esta sal llamada plomo, estaño y Luna. Es con estas alas como se sublima en el exterior este Saturno extraído de la cal metálica. Las alas con las cuales Marte, en el momento de la putrefacción, se sublima fuera de su cal representan el arsénico. Pues la humedad y la acidez del vinagre, actuando (mediante el calor del estiércol) en un cuerpo calcinado, disuelve y atrae la substancia de la sal. Con esta última también atrae el azufre sutil llamado arsénico, encerrado en la profundidad de la misma sal. Este azufre sutil es de la substancia del azufre llamado Marte, y es por lo que el azufre sutil llamado arsénico atrae de él mismo, eleva y sublima, junto con la sal, al azufre más espeso llamado Marte. En efecto, en ese momento están todos juntos y unidos y uno no puede elevarse sin el otro. En cuanto a la cera con la que se pegan las alas se trata de la sal de la que acabamos de hablar, viscosa como la cera blanca. Después, puesto que por la destilación, el azufre sutil designado por Ícaro se eleva hacia las alturas, es decir, hacia la cabeza del alambique, donde es llevado por esta agua designada por el águila de Júpiter, cae en el agua. En efecto, el calor disuelve esta sal en el agua y este azufre cae allí y allí muere, puesto que se vuelve negro. Pero es proyectado hacia la orilla por esta agua, es decir, hacia la superficie de esta película o navecilla de la que ya hemos hablado. Pues la parte oleosa siempre sobrenada. Es por lo que cuando el agua es desecada, este arsénico es sepultado en la arena, es decir, en este azufre llamado Marte, que ha sido sutilizado para volverse como una arena muy sutil y luciente. DISCÍPULO: Soy incapaz de comprender estas explicaciones, pero creo lo que tú dices, puesto que eres un maestro en este arte. RAIMOND: Cuando veas la práctica las cosas te parecerán manifiestas. Los poetas dicen también que Júpiter enamorado de Io, que le huía, la envolvió en una nube espesa y sombría de manera que fue detenida en su carrera. Por Io[17] se designa esta agua mercurial de la que acabamos de hablar y que es amada por Júpiter, puesto que son de la misma substancia. Pero cuando se pone a los dos en un vaso al fuego esta agua muy sutil huye a lo largo del cuello del vaso y después retorna. Júpiter envuelve a este sutil azufre en forma de nube espesa y negra que la coagula y la afirma. Estas películas negras (de las que ya he hablado) son las velas negras que permiten a Teseo volver a Atenas. Al verlas su padre Egeo y creyendo que Teseo había muerto se tiró al mar desesperado y allí pereció. Por Teseo, pues, se designa este azufre sutil que se oculta en esta película o aceite designado por el navío. Entonces Egeo, es decir, el azufre llamado Marte, que es el padre de este azufre sutil, se tira al mar, es decir, en esta agua de sal, donde se disuelve y muere, puesto que vuelve a ser negro. Y aún está escrito que tras el diluvio y el desecamiento de las aguas, la tierra productora de animales también produjo una serpiente llamada Pitón, a la que Febo mató con sus flechas. En la destilación de nuestra materia, al ser el fuego primeramente lento, sobreviene un diluvio, es decir, una cierta acuosidad de la que Géber habla;[18] y cuando esta acuosidad ha sido apartada y el fuego ha sido aumentado, sobreviene la tierra, es decir, nuestra materia que participa de mucha ferruginosidad, y que produce los animales, es decir, esta cosa sutil llamada azufre y azufres. Pues ella la destila, según el decir de Senior, y se le llama animal y animales. En efecto, en la Turba de los filósofos: “Nuestro bronce es como un hombre que tiene una alma (animam), un cuerpo y un espíritu”.[19] Ella produce también la serpiente llamada Pitón, es decir, esta agua fétida que Febo, nuestro Sol, mata, es decir, coagula y ennegrece. También se relata que Apolo, preso de amor por Dafne, la perseguía mientras ella huía. Apolo es nuestro Sol que en la destilación sigue al agua mercurial designada por Dafne. También se ha imaginado que Febo y Baco eran hijos de Júpiter. Por Febo y Baco se entiende el azufre llamado más arriba Sol y el vino que, destilado por este Júpiter que retiene una parte, es llamado por esta razón hijo de Júpiter. Se escribe también que Minerva era hija de Júpiter. Pues Júpiter hendió su propia cabeza y de un salto salió de su cerebro Minerva armada. Por Minerva se entiende el agua mercurial porque disminuye (minuit) y sutiliza los nervios (nervos), es decir, los azufres. Júpiter, pues, golpea mediante el fuego su propia cabeza, es decir, esta sal llamada Saturno, en la cual hay esta sal sutil, blanca, blanda y húmeda que significa el cerebro. Es por la destilación que sale Minerva, armada y habiendo revestido esta parte muy sutil y fusible de Marte. Se cuenta aún que Vulcano, preso de amor por Minerva, la perseguía con todas sus fuerzas. Por su parte ella le huía y lo despreciaba. Como la suerte permitió a Vulcano acercarse a ella la cogió por sus vestimentas y, en el exceso de su deseo, derramó su simiente en tierra. De esta simiente nació un hijo. Después Minerva fue dejada en paz. Por Vulcano se entiende este azufre llamado fuego y Marte, que quiere mucho a esta agua mercurial designada por Minerva. En efecto, ellos estaban juntos en su propio metal. Pero puesto que se separan fácilmente, teniendo las naturalezas diferentes, se dice que Minerva le huía. Sin embargo el azufre acercándose a ella y cogiéndola antes que se separe, deja su simiente, es decir, esta parte sulfurosa muy sutil llamada arsénico, sobre la tierra de esta sal llamada Saturno. Por destilación nace un muchacho que más arriba he llamado Ganímedes, Apolo y Febo. Finalmente esta agua es dejada en paz porque ella impide la fijación. Sin embargo ella es necesaria para sostener la vida humana largo tiempo.[20] Algunos dicen también que Marte era hijo de Júpiter y de Juno, pero otros dicen que de Juno sin padre. Aunque a menudo se entienda por Juno al aire, es decir, el agua mercurial, se la toma por el elemento tierra cuando se dice que es hijo de Juno sin padre.[21] Júpiter, pues, y Juno, designada por el elemento aire, se encuentran tras la putrefacción, junto con Marte. Este último al ser separado de su vientre se le llama hijo suyo. Pero puesto que, en cierta medida, el hijo reúne las costumbres del padre y la madre, y como Marte o este azufre es completamente desemejante de nuestro Júpiter, siendo Marte cálido y seco, rojo, duro, sin fusión y privado de plata viva, y siendo Júpiter frío y húmedo, blanco, blando, fusible y una plata viva mortificada, por esta razón se dice que es hijo de Juno sola, entendiendo por ella al elemento tierra. Lo mismo para el azufre y la grasa de la tierra, al no tener semejanza con el agua mercurial. DISCÍPULO: No se que decir a propósito de las explicaciones que propones. Me quedo estupefacto, y creo que si las tuviera que enseñar a otros me tratarían de loco. RAIMOND: Ya te he dicho que no se pueden comprender sin haber visto la práctica. Y si ellos te despreciaran primero, te alabarían después. Por otro lado se dice que Vulcano es hijo de Júpiter y de Juno. Al ser deforme, tras su nacimiento fue echado sobre Lemnos, donde fue alimentado por los monos.[22] Lo que ya he dicho sobre Marte puede entenderse también a propósito de Vulcano. Puesto que es deforme y feo, es decir, que antes de ser lavado tiene esta untuosidad abrasiva y no tiene las partes caliginosas, es rechazado y separado de los otros a causa de la diferencia de naturaleza, de fusión, espesor y rareza, como lo dice Géber.[23] Este también dice que la plata viva sólo toma aquello que es de su naturaleza.[24] Es proyectado, pues, sobre la isla de Lemnos, es decir en el vaso donde caen las flechas,[25] es decir, los azufres engendrados por los vapores cálidos y secos. Allí es alimentado, es decir lavado, por los monos, es decir, por aquellos que imitan a la naturaleza, y allí es conducido a la perfección. Se escribe que Vulcano ha desposado a Venus. Géber dice que el arsénico llamado Venus es comparable al azufre.[26] Se dice que Apolo es hijo de Vulcano. Por Apolo se entiende nuestro Sol que, al ser la parte más sutil de este azufre llamado Marte y Vulcano, pasa por ser su hijo. DISCÍPULO: Dime en qué caso se entiende por Juno el elemento aire. RAIMOND: Se dice que Juno es hija de Saturno y de Opis,[27] hermana y esposa de Júpiter; concebida y nacida antes que Júpiter; es reina de los dioses y de las riquezas; preside los nacimientos y los desposorios; que por esta razón es llamada Juno (Iunonem), es decir, la que junta (iungeret) por el matrimonio. El agua mercurial es hija de Saturno, puesto que es destilada por él, como también por su tierra designada por Opis, ya que ésta da las riquezas, a saber, el agua mercurial y Júpiter, es decir, la sal oculta en las heces quemadas. Sobre estas heces, Hermes, su discípulo Metuendus y el filósofo Mireris dicen: “En las cenizas hay lo que tú buscas”. Además dice Hermes: “Toma las heces que quedan en el fondo del vaso y consérvalas porque ellas son la corona del corazón; sublímalas porque se subliman blancas como la sal”. La misma cosa está escrita en el Libro de las cosas divinas. Géber dice también que la separación de las heces es posible mediante la sublimación de las sales, a causa de la disolución de las sales, que no se produce de otra manera.[28] Las maneras de lavar estas heces quemadas las describe en el Libro de la investigación: “Que se disuelva el atramento negro en el vinagre puro o en el agua hirviente. Después que se destile por el filtro y que se coagule y estará preparado; o que se le meta primero en el alambique y que se le quite toda la humedad”.[29] En la primera destilación, pues, se destila esta agua mercurial designada por Juno. Después se extrae la sal preparada designada por Júpiter. Es por lo que se dice que, en el mismo engendramiento, Juno nace antes que Júpiter. He aquí también lo que quiere significar Géber cuando hablando de esta agua mercurial que viene de su cal más viva que el mismo Júpiter.[30] Se dice que supervisa los partos porque por la destilación arranca en sus tierras y hace salir a la luz a nuestro Febo. Preside los matrimonios porque es el medio para unir las tinturas, como ya lo he dicho. Es por lo que Morien dice que el alma, es decir, nuestro Sol, no puede ser unido al cuerpo del azufre sin la mediación del espíritu; que el alma sólo puede ser unida al cuerpo del que ha sido extraída; que si se intenta unirla a otro cuerpo se trabajará en vano.[31] Se le llama hermana y esposa de Júpiter porque ha nacido en el mismo parto, esposa porque es de la misma substancia; reina de los dioses paganos designados por nuestros metales, azufres y sales, porque es ella quien los rige, y por ella que nacen, que son disueltos, sutilizados, separados, unidos, muertos, vivificados y por ella fructifican, lo que hace que se la califique de reina de las riquezas (opum). También se presenta a Venus como hija de Dione y Júpiter, y esposa de Vulcano, amada por Marte. Por Dione, Vulcano y Marte, se entiende este azufre llamado vino, fuego y Marte. Por otro lado tú podrás encontrar las etimologías de los nombres. El azufre llamado Venus, tras la destilación parece como vino. Esto es porque es destilado a partir de la sal llamada Saturno, en el cual hay la luna y Júpiter, que se dice que es su hijo. Se dice que Amor es hijo de Júpiter y de Venus. Por Amor se puede entender este azufre sutil llamado más arriba Febo. Pues al estar compuesto del mercurio llamado Júpiter y del azufre llamado Venus, se dice que es su hijo. Se dice también que Latona ha sufrido la violencia de Júpiter y esto es porque Juno, esposa de Júpiter, desciende del cielo y la proscribe a la isla de Delos, donde da a luz a Febo y a Diana. Por Latona se entiende lo que acabo de decir de Amor, compuesto, en efecto, de Júpiter y de Venus. Juno, es decir, el agua mercurial, desciende del cielo, es decir de la cabeza del alambique hecho en forma de bóveda celeste. A este cielo ha sido llevado también Ganímedes, es decir este azufre. Juno lleva y proscribe a esta Latona en el vaso, donde permanece hasta que se cambia, primero en Luna y después en Sol. He aquí lo que Géber ha querido significar diciendo: “Hemos visto en las minas de bronce de donde salía un agua que lleva consigo pepitas de bronce muy sutiles y que las lava y limpia por su continua emanación, hemos visto digo, que tras la detención del derramamiento del agua el calor del Sol las había cocido con arena seca durante tres años; y entre ellas se ha encontrado al Sol muy verdadero”.[32] DISCÍPULO: La razón de que no te haya respondido hasta ahora es que no comprendo estas fantásticas explicaciones. Pero en el momento en que hables abiertamente podré decirte algo… RAIMOND: ¡Si tu cerebro es débil y no captas estas explicaciones, al menos no las critiques! Pero ¿qué quieres decir tú? DISCÍPULO: Quiero decir que Géber habla naturalmente puesto que a veces llega como las aguas que atraviesan las minas y arrastran una parte de la mina, como ya lo he dicho antes. Es por esto que nos dice que hemos de imitar la naturaleza. RAIMOND: ¡Tú eres muy crédulo si piensas que la naturaleza puede convertir el bronce en oro! DISCÍPULO: Entonces ¿a qué hace alusión Géber? RAIMOND: Se trata aquí de uno de esos pasajes donde parece que habla abiertamente y sin embargo habla muy oscuramente. Pues la mina de nuestro bronce es esta sal llamada más arriba Saturno. Por destilación, el agua mercurial sale y arrastra a este azufre sutil llamado bronce. Este último es lavado de su untuosidad negra mediante el flujo continuo de estos vapores acuosos que suben y se vuelve blanco cuando estos vapores cesan. Pero después de tres meses se convierte en un Sol muy verdadero, una vez puesto el vaso en la arena o las cenizas con un fuego atemperado. ¡En fin, basta de discurso! La explicación de Géber y de este género de fábulas poéticas se funda sobre todo lo que he dicho antes respecto a los metales intrínsecos. Es por lo que no te explicaré más, por el momento, sobre otras fábulas pues tú podrás comprenderlas por ti mismo después de lo que te acabo de decir, sobretodo si quieres considerar la etimología y el significado de los nombres que usan los Antiguos en sus fábulas. DISCÍPULO: ¡Te lo agradezco infinitamente! […] [1] . Citado por A.-J. Pernety, Les Fables égyptiennes et grecques dévoilées, París, 1786 [reeditadas por La Table d’émeraude, 1982] t. I, p. IX. [2] . Cf. M. Maier, Les Arcanes très secrets, Beya, Grez-Doiceau, 2005, p. 13. Por otro lado los pasajes de la obra de Bracesco han sido a menudo utilizados por Nadine Coppin en su comentario sobre La Caída de Ícaro (cf. Via Hermética, nº 2, octubre 2007) en http://www.beya.com/, [el lector de este blog también encontrará aquí una traducción de dicho artículo]. [3] . El texto latín de los dos diálogos se encuentra en J.-J Manget, Biblioteca chemica curiosa, Genève, 1702 [rééd., por Forni en 1976], t. I, p. 565-597, y 911-938. Verosímilmente este discípulo representa a Bracesco mismo. [4] . Hemos seguido el texto de Manget, op. cit., p. 923-927 [sólo hacer notar que por un error de numeración las pp. 925 y 926 son inexistentes]. [5] . La alquimia. [6] . No tenían necesidad, pues, de ocultarlas. En el primer Diálogo Bracesco es menos conciso y también menos sensible en su argumentación: “Sería preciso ser muy idiota para cree que estas ficciones tenían como objetivo ocultar na doctrina moral ensalzada y tan activamente enseñada, tanto en público como en privado, en palabras y actos, sin que faltara ninguna clase de virtud” (cf. J.-J. Manget, op. cit., p. 583). [7] . El primer sentido del adjetivo griego γοργός es “vehemente”, “impetuoso”. [8] . Cf. Homero, Ilíada, II, 308-309. La serpiente ataca allí a los gorriones. [9] . Cf. Génesis, XIX, 24-26. [10] . No hemos encontrado esta cita de Alfidius entre aquellas que le son atribuidas en el Rosario de los filósofos. [11] . Conduciendo el carro del Sol, Faetón cae en el Río Po, antiguamente el Eridano, nombre que significa “don de bronce”. Bracesco identifica carro y río. [12] . Cf. Géber, “La Suma de la perfección”, pp. 157 y 218, en: J. Mangin de Richebourg, Bibliothèque des philosophes chimiques, Beya, Grez-Doiceau, 2003, t. I. [13] . Cf. ib., p. 255. [14] . Ib., p. 195; cf. también pp. 246-247. [15] . Cf. ib., pp. 181, 191, 192 y 195, sólo es cuestión de inflamar el aludel. [16] . Ib., pp. 222 y 223. [17] . El texto latino dice Iovem que nosotros corregimos por Ionem. [18] . Cf. ib., p. 182 y sobretodo p. 189. [19] . Cf. “Turba de los filósofos”, pp. 463 y 493, en J.-J. Manget, op. cit. [20] . Estas últimas palabras son una respuesta a la cuestión que ocupa al discípulo según el principio del Diálogo, a saber, cómo los Antiguos “se sostenían viviendo largo tiempo sin ninguna enfermedad”; cuestión a la que Llull ya había respondido: “Los primeros tenían el árbol de la vida, que les protegía de la muerte” (J.-J. Manget, op. cit., p. 911). [21] . Los Antiguos generalmente identificaban a Juno con el aire, apoyándose, por ejemplo, en el nombre de “Ηρα”, “Hera”, anagrama de άήρ, “aire”. La identificación de Juno con la tierra es suficientemente explícita, entre otros, en Virgilio, Geórgicas II, 325-326. He aquí el comentario de Servius sobre estos dos versos: “A veces se asimila a Juno con el aire y a Júpiter con el Éter, y a Juno con la tierra y el agua, como es este caso”. [22] . Cf. Homero, Ilíada, I, 590 a 594. Este célebre episodio ha sido comentado por S. Feye, La Caída de Hefaistos, en Le Fil d’Ariane, Walhain-St-Paul, 1981, nº 12, pp. 19 a 29. Los Σιντιες, “Sintios” habitantes de la isla de Lemnos, se vuelven en Bracesco simiae, “monos” o “imitadores”. Pernety, en sus Fábulas mantiene esta denominación de “simios”. [23] . Cf. Géber, op. cit., pp. 238 y 269. [24] . Cf. ib., pp. 220 y 223. [25] . Posible alusión a las flechas de Filoctetes abandonado en Lemnos. [26] . Cf. ib., pp. 155 y 157. “Comparable” traduce el latín comprar, que se puede dar también por “esposo”, “esposa”: que forma “pareja con” alguien. [27] . O de Ops; el nombre ops, opis, significa “opulencia”, “riqueza”. [28] . Cf. ib., pp. 184-185. [29] . Géber, “Libro de la Investigación”, p. 559, en J.-J. Manget, op. cit. [30] . Cf. id., “La Suma de la perfección”, pp. 160, 204 y 205. [31] . Cf. Morien, “Conversación del rey Calid con el filósofo Morien”, pp. 328 y 329, en: J. Mangin de Richebourg, op, cit. [32] . Géber, op. cit., p. 172.

sábado, mayo 03, 2008

Dual dioses (5)



VERTUMN
O <><><> PROTEO Proteo no es otra cosa que el espíritu universal de la naturaleza, espíritu ígneo expandido en el aire, el agua lo recibe del aire y lo comunica a la tierra. Se especifica en cada reino de la naturaleza, corporificándose y tomando diversas formas según las matrices donde queda depositado. Cuando se le sabe atar y agarrotar, dicen los filósofos, esto es, corporificarlo y fijarlo, puede hacerse con él lo que se quiera; entonces anuncia el porvenir, ya que se presta a las operaciones, por medio de las que podréis producir lo que os proponéis. Loa químicos herméticos hacen de él la piedra y el elixir, tanto para la transmutación de los metales como para conservar la salud a aquellos que la tienen bien y devolvérsela a aquellos que están enfermos.


 
  LUNA <><><> SELENE La luna hermética es de dos tipos:
La primera es su agua mercurial, llamada Isis, madre y principio de las cosas, por ello Apuleyo la ha llamado Naturaleza, haciéndole decir que es una y todas las cosas. De esta Luna se forma la otra, o la Isis hermana y mujer de Osiris, es decir, esa misma agua mercurial volátil reunida con su azufre y llevada al color blanco, después de haber pasado por el color negro o Putrefacción. 

  PAN <><><> PAN (de las Fábulas) Todas las naciones están de acuerdo en considerar al macho cabrío como el símbolo de la fecundidad. Era aquel Pan o principio fecundante de la naturaleza, es decir, el fuego innato, principio de vida y de generación. Por esta razón los egipcios tenían consagrado el cabrón a Osiris. Eusebio, explicando un jeroglífico egipcio, dice: Cuando quieren representar la fecundidad de la primavera y la abundancia de la que es fuente, ponían un niño sentado sobre un macho cabrío y vuelto hacia Mercurio. Yo vería en ello, como los sacerdotes, la analogía del Sol con Mercurio y la fecundidad, de la que la materia de los filósofos es el principio en todos los seres, es esta materia, espíritu universal, corporificada, principio de vegetación, que se vuelve aceite en la oliva, vino en el racimo de uvas, goma resina en los árboles, etc. Si el Sol por su calor es un principio de vegetación, lo hace excitando el fuego adormecido en las simientes, donde permanece como entorpecido hasta que sea despertado y animado por un agente exterior. Es lo que sucede también en las operaciones del arte hermético donde el mercurio filosófico trabaja mediante su acción sobre la materia fija, donde este fuego innato está como en prisión, lo desarrolla rompiendo sus ligaduras y lo pone en estado de actuar para conducir la obra a su perfección. Esto es este niño sentado sobre el cabrón y al mismo tiempo la razón por la que se vuelve hacia Mercurio. Osiris, siendo este fuego innato no difiere de Pan, también el macho cabrío estaba consagrado tanto al uno como al otro. Por la misma razón este también era uno de los atributos de Baco. 

HÉRCULES <><><> HERACLES Hércules también es el nombre que los alquimistas dan a sus
espíritus metálicos, disolventes, diferentes, sublimantes, corruptivos y coagulantes; contemplan los trabajos de Hércules como símbolo de la Gran Obra o de las operaciones de la Piedra Filosofal. […] Aquellos que están al tanto harán fácilmente la aplicación. Anteo, por ejemplo, ese gigante tan temible, hijo de la Tierra, al que Hércules no pudo vencer en tanto aquel tocara la Tierra, su madre, pero que fue vencido al ser levantado en el aire, representa la tierra metálica grosera, que no puede devenir propia a la tintura de los metales sino después de haber sido sublimada por el Mercurio o por los espíritus sublimantes representados por Hércules. Esta tierra después de haber sido sublimada ha de morir o ser sofocada en los aires, es decir, ha de cambiar de figura, de forma y de naturaleza, ha de ser cambiada a favor acuoso y después recaer para ser corrompida y, a continuación, resucitar de sus cenizas, como el Fénix. Todos los libros de los Filósofos lo dicen: […] “Aquel que sabrá convertir nuestra tierra en agua, esa agua en aire, ese aire en fuego y ese fuego en tierra, poseerá el magisterio de Hermes, que no es otro que la Piedra Filosofal”. Pero, más comúnmente, Hércules es el símbolo del Artista que emplea el Mercurio Filosófico para hacer todo lo que a este se atribuye.

martes, abril 29, 2008

Dual dioses (4)


CERES <><><> DEMÉTER
(de las Fábulas) Se dice que Triptolemo fue el institutor de las tesmoforias en reconocimiento de que Ceres le había enseñado la manera de sembrar y recoger el trigo y los frutos. La primera celebración se hizo en Eleusis y fue llamada “misterios eleusinos”. Pues Ceres, dice la fábula, buscando a su hija Proserpina, raptada por Plutón, llegó a la ciudad de Eleusis y fue a visitar al príncipe del lugar, que tenía el mismo nombre. La esposa de este príncipe llamada Yone, acababa de traer al mundo un hijo al que había dado el nombre de Triptolemo. Buscaba una nodriza, Ceres se ofreció y fue aceptada. Durante el día lo alimentaba con la leche divina y durante la noche lo tenía oculto bajo el fuego. El padre se dio cuenta del progreso que hacía Triptolemo durante la noche e indagó de donde podía venir esto y cuando averiguó cómo era el cuidado de Ceres se sorprendió de tal manera que no pudo impedir soltar un grito. Este grito dio a conocer a Ceres que su maniobra ya no era secreta. Se irritó y en su cólera hizo morir a Eleusis y dio a Triptolemo un carro tirado por dos dragones para ir a enseñar por toda la tierra el arte de sembrar granos. ¿Qué significaría esta leche y este fuego con los que Ceres alimentó al hijo de Yone? ¿Con qué se puede relacionar este carro tirado por dos dragones? Se ve a primera vista que esta fábula tiene todo el aire de una alegoría química. En efecto, Triptolemo es el hijo filosófico que es puesto en el mundo por Yone, es decir, por el agua mercurial, de υωνε, llover, de donde ha salido también el nombre de las híades. Ceres se convirtió en su nodriza porque como dice Hermes, la tierra es la nodriza del hijo filosófico. […] La leche con la que Ceres nutrió a Triptolemo es la misma que la que Juno dice a Mercurio. […] Solamente diré de Ceres, con Basilio Valentín: Soy una diosa de gran belleza; la leche y la sangre fluyen de mis senos. No tiene nada de extraordinario alimentar a un niño con leche, pero ocultarlo bajo las cenizas y meterlo en el fuego durante la noche, para darle fuerza y vigor, sólo puede ser practicado por un pueblo salamándrico; Triptolemo también es el símbolo de la salamandra de los filósofos y el verdadero Fénix que renace de sus cenizas. 

  PROSEPINA <><><> PERSÉFONE (de las Fábulas) Los eleusinos y los sicilianos consideraban como una historia lo que sólo era una alegoría fabulosa, puesto que Isis de Egipto, que es la misma que Ceres, no fue jamás a Eleusis ni a Sicilia, no tuvo ninguna hija con el nombre de Proserpina, y en fin, se diga lo que se diga su rapto sólo es una alegoría, no del cultivo de las tierras ordinarias, sino del cultivo del campo filosófico. […] Ceres es la tierra de los filósofos o su materia; Proserpina, su hija, es la misma materia aún volátil, pero llegada al blanco, lo que nos enseña su nombre Feréfata, del griego φερω, yo llevo, y de φάω, yo brillo, o φαός, luz; como si se dijera, llevo la luz, porque el color blanco indica la luz y este sucede al color negro, símbolo de la noche. Esta Feréfata filosófica puesta en el vaso con su madre, para hacer el elixir, se volatiliza y produce diferentes colores. Estas partes que se volatiliza con ellas, son las hijas del séquito; la fábula dice que cogía narcisos, porque el narciso es una flor blanca y como esta blancura desaparece, el narciso es recogido. Plutón la rapta en este momento y toma el camino del Infierno. Antes de que el color negro aparezca en esta segunda operación, se suceden otros varios colores, el celeste o azulado se manifiesta, después se hacen más oscuros y parecen un camino que conduce el negro; es por lo que la fábula dice que Plutón llegó a las cercanías de un lago y allí encontró a la ninfa Ciánea, del Κιανος, azulado. ¿No es el agua mercurial encerrada en el vaso, un verdadero lago? El raptor de Proserpina no ha tenido consideración a los ruegos de la ninfa Ciánea y de un golpe de cetro abrió un camino a los infiernos, ¿no es lo que le pasa a la materia vuelta azulada que continúa tomando un color más oscuro hasta que le sucede el negro? Entonces la ninfa se deshace en lágrimas y se encuentra transformada en agua, es decir, que la disolución de la materia en agua es perfecta y la ninfa Ciánea desaparece con el color azul. He aquí pues, a Proserpina llegada al imperio tenebroso de Plutón. 

  VESTA <><><> HESTIA Esta diosa era, como Vulcano, el símbolo personificado del fuego. Para indicar que el fuego representado por ella era perpetuo e inextinguible fueron establecidas unas Vestales, encargadas de mantener un fuego puro en el templo de la diosa. 
 
OCÉANO <><><> OCÉANOS Los Filósofos han dado el nombre de Océano y de mar a su agua mercurial, principio de los dioses químicos y herméticos. Junto a la parte fija de la Obra alumbra, al volatilizarse, a todas esas ninfas que dicen ser hijas de Océano; con ellas tuvieron comercio Saturno, Júpiter y los otros dioses para dar nacimiento a los héroes de las fábulas.

TETIS <><><> TETIS
Cuando Júpiter fue atado y apresado por los otros dioses, Tetis, con la ayuda de Egeón, le puso en libertad. Tetis es el agua mercurial de los filósofos, que desliga disolviendo y pone en libertad volatilizando al Júpiter de los Sabios.

domingo, abril 27, 2008

Dual dioses (3)



MERCURIO; ...... HERMES Como Mercurio o Plata Viva, es un metal fluido compuesto por una tierra metálica y por una tierra fluidificante, por ello hay tantos mercurios como metales que pueden ser mezclados con esta tierra fluidificante. Hay tanta simpatía entre esta tierra mercurial o fluidificante y los metales que cuando se la ha mezclado una vez se aferra tan firmemente que más bien se coagula que dejarse separar. En esta admirable simpatía consiste todo el secreto de la Filosofía Hermética, o Gran Obra, es decir, en tener esta tierra mercurial pura y en el estado en que se encentra antes de ser mezclada con algún metal. En esto consiste la diferencia del mercurio común y el Mercurio de los Filósofos. El primero está compuesto de esta tierra mercurial y de una tierra metálica, el segundo no es más que una tierra mercurial o fluidificante. Como Hermes todavía es uno de los nombres y el nombre propio del Mercurio de los Filósofos porque él es, en efecto, el mercurio de los cuerpos y particularmente el de todos los individuos del reino mineral.

LATONA <.......... LE
TO Los Alquimistas dicen que es necesario lavar la cara de Latona, es decir, que hay que extraer el agua de su tierra virgen por disolución y usar de esta agua para blanquear esa misma tierra, que es su Latona. Llaman a esta agua Sangre de Latona.




APOLO (FEBO);................ APOLÓN Comúnmente se considera a Apolo como el sol que nos ilumina, que los químicos consideran Sol, o parte agente de su Obra, del mismo modo que consideran a la Luna hembra o parte paciente. Esto es porque explican y aplican a las operaciones de su Arte todas las cosas que la fábula nos ha enseñado de Apolo y de sus hijos Orfeo, Himeneo y Yalemo, al que tuvo de calíope; Delfo al que tuvo de Alcacálide; Coronus de Crisforte; Linus de Terpsícore y Esculapio de Coronis. Apolo está considerado como maestro de las Musas, inventor de la medicina, adivino , oráculo y poeta y como guerrero, armado de arco y flechas, pues fue él quien mató a la serpiente Tiphón, llamada Pithón por anagrama.

DIANA; ........ARTEMIS
Se la representa con un arco y un carcaj lleno de flechas y a veces con una antorcha encendida, montada en un carro tirado por ciervas o por un ciervo y un toro. Los Antiguos le daban particularmente tres nombres: en el cielo la llamaban Lucina, en la tierra Diana y Proserpina en los Infiernos. Diana es propiamente la materia al blanco, color que aparece en la Obra antes del rojo, llamado Apolo. Entonces es Diana desnuda; cuando los Filósofos le dan el nombre de Luna, lo entienden de su agua Mercurial. D’Espagnet dice que la enseña de Diana es la única capaz de suavizar la ferocidad del Dragón filosófico. Filaleteo llama a esta enseña de Diana, o color blanco, las Palomas de Diana.




ESCULAPIO;......... ASCLEPIOS Se le presenta con un bastón en la mano con serpientes enroscadas,
siendo por siempre honrado entre los paganos como dios de la Medicina. Por ello, los Alquimistas pretenden que toda su historia fabulosa no es sino una alegoría de las operaciones y de la materia de la Medicina Universal. Su nacimiento ya bastaría para probarlo, porque está dicho que fue sacado de las cenizas de su madre por Mercurio y que el padre de Coronis se llamaba Flegias, del griego Phlegein, (quemar). Por otra parte la fábula dice que Júpiter sostuvo una relación con Latona de la que nacieron Diana y Apolo, y de Apolo, Esculapio, porque la blancura siempre precede al rojo, después del cual viene Coronis, o el negro, de donde surge, a continuación, Esculapio, o esa medicina dorada y universal cuyos efectos son tan sorprendentes tanto sobre los cuerpos humanos como sobre los metales.



LIBER PATER; ..........BACO o DIONISO
Hijo de Júpiter y Semele, hija de Cadmo. La Fábula dice que nació de las cenizas de su madre, como Esculapio, y nos lo presenta alado, con cuernos, cabeza de toro, macho y hembra, joven y viejo, barbado e imberbe. Es aquel mismo al que los egipcios llamaron Dyonisius. Todas las historias que se han contado de él no son, según el sentir de los Filósofos Espagíricos, más que una alegoría de las operaciones de su Arte, al que llaman por excelencia, Gran Obra.