domingo, noviembre 30, 2008

COMPARACIÓN DE ALGUNOS VERSÍCULOS DEL MENSAJE REENCONTRADO de L. Cattiaux CON LAS EXPLICACIONES DE D. Pernety EN SUS FÁBULAS



Como ya he mencionado varias veces el Mensaje Reencontrado es el libro que me ha inspirado y animado al estudio de las Fábulas herméticas, así como a la indagación de las tradiciones en busca del nudo que las une a todas.
En las últimas ediciones de este libro se puede leer en las contraportadas:
Louis Cattiaux nació el 17 de agosto de 1904 en Valenciennes y dejó este mundo el 16 de julio de 1953 en París. En su tarjeta se podía leer: Louis Cattiaux, pintor, poeta y boticario. Como todos los grandes creadores, fue guiado por su genio artístico hasta las profundidades del espíritu humano, allí donde el ser individual se une con el mismo origen de los mundos, lo que los hombres han llamado Dios. Algunos artistas han llegado hasta este misterioso lugar, pero muy pocos han continuado la espléndida aventura como hizo Cattiaux, yendo más allá del arte. Por ello su obra es completamente original, imposible de clasificar en una disciplina concreta, pues es una invitación a contemplar el núcleo secreto de la vida, independientemente de las apariencias con las que ésta se presente.

Realmente se trata de un Libro con una concentración y una síntesis inusual. Para mostrar ejemplo de ello compararé algunos versículos de esta obra con algunas de las explicaciones que Pernety da en sus Fábulas.
En el libro XXVI, en el versículo 41’ Cattaiux escribe:

Todo ha venido del rojo para ir al negro,
pasando por el amarillo y el blanco.
Todo volverá al rojo partiendo del negro
y pasando por el blanco y el amarillo.

¿De qué se trata? ¿de qué está hablando el autor? A los lectores asiduos a la escritura alquímica les resonará el lenguaje de este versículo, pero veamos dónde y cómo lo utiliza Pernety. Esto lo podéis encontrar en el apartado de este blog llamado: Signos o principios demostrativos, pertenece al Tratado de la Obra Hermética de Pernety y esta parte dice así:
Los colores que sobrevienen a la materia filosófica durante el transcurso de las operaciones de la obra son los signos demostrativos que hacen conocer al artista que ha procedido de manera correcta para tener éxito…
[…] en cuanto a las operaciones de la primera obra o de la manera de hacer el azufre filosófico, Espagnet lo ha descrito así: Escoged un dragón rojo, valeroso, que no haya perdido nada de su fuerza natural; seguidamente siete o nueve águilas vírgenes, atrevidas, a las que los rayos del Sol no sean capaces de deslumbrar sus ojos; ponedlas con el dragón en una prisión clara y transparente, bien cerrada y por debajo un baño cálido, para excitarlas al combate. No tardarán en venir las presas; el combate será largo y muy penoso hasta el cuarenta y cinco o cincuenta día, en que las águilas empezarán a devorar al dragón. Éste al morir infectará toda la prisión de su sangre corrompida y de un veneno muy negro, a la violencia del cual las águilas no podrán resistir y expiarán también. De la putrefacción de sus cadáveres nacerá un cuervo, que levantará poco a poco su cabeza y, por el aumento del baño, desplegará sus alas y fatigado de ser así atormentado buscará escaparse; tomad, pues, cuidado de que no encuentre ninguna salida. Finalmente lavado y blanqueado por una lluvia constante, de larga duración y un rocío celeste, se le verá metamorfosearse en cisne. El nacimiento del cuervo os indicará la muerte del dragón. Si sois curiosos en llevarlo adelante hasta el rojo, añadid el elemento del fuego que falta para la blancura, sin tocar ni remover el vaso, pero fortificando el fuego por grados, empujad su acción sobre la materia hasta que lo oculto devenga manifiesto, el indicio será el color citrino. Dirigid entonces el fuego al cuarto grado, siempre por los grados requeridos, hasta que, mediante la ayuda de Vulcano, veáis manifestarse dos rosas rojas, que se cambiarán en amaranto, color de sangre. Pero no dejéis de hacer actuar al fuego por el fuego, hasta que lo veáis todo reducido a cenizas muy rojas e impalpables.

He aquí otra forma de decir los que Cattiaux ha concentrado en un versículo. Respecto a este autor y su obra, el lector puede encontrar más información en:
http://www.louiscattiaux.es/ (en castellano) y en:
http://www.beyaeditions.com/louis_cattiaux.htm (en francés).