miércoles, octubre 11, 2006

Presentación (3)


Pernety ve en las fábulas y los jeroglíficos un sentido más profundo que el aparente y en esto coincide Emmanuel d’Hooghvorst cuando dice en su obra:

La intención de los grandes poetas de la antigüedad era la revelación y no la literatura, por lo que la función de los aedos era profética, ahora bien, no hay poesía sin musa, es decir, sin inspiración, en el sentido preciso de la palabra.[1]

Pernety dice:

El arte hermético, dicen los filósofos, es un misterio oculto para los que se fían mucho de su propio saber, pues es un Don de Dios, que mira con buenos ojos y es propicio a los que son humildes y le temen, estos ponen toda su confianza en Él y, como Salomón, le piden con insistencia y perseverancia esta sabiduría que los filósofos prefieren a todos los honores y a todos los reinos del mundo, porque es el árbol de vida para aquellos que la poseen.[2]

En realidad mi interés y curiosidad por las fábulas y sus autores surgió a raíz de la lectura de los siguientes versículos del Mensaje Reencontrado, de Louis Cattiaux:

II, 83: Estudiemos los triples misterios antiguos.
Reverenciemos las doctrinas y las fábulas sagradas.
Busquemos el bien que subsiste en el mal.
Meditemos sobre las obras de los profetas y de los santos filósofos.
Comprendamos que sólo hay un Dios, una sola ciencia y una sola creación en todas partes y siempre.

III, 17: La verdad se oculta bajo el velo de las fábulas y las parábolas, es necesario un espíritu muy recto y muy penetrante para descubrirla, así como se necesita un ojo muy ejercitado para reconocer el diamante bajo la envoltura que lo protege.[3]

Finalmente diré que puesto que Pernety, y los autores que cita, mencionan a menudo dibujos, grabados y emblemas herméticos, como los de Basilio Valentín, Michael Maier y otros … he decidido colocar junto al texto, los que he podido así como otras pinturas clásicas, para aportar una lectura más agradable y más cómoda. También debo decir que esto no es una idea mía puesto que el mismo Pernety me lo ha insinuado citando a Espagnet en el canon 12 de La obra secreta de la filosofía de Hermes,[4] cuando dice:

Los filósofos se explican muy gustosamente y con más energía mediante un discurso mudo, es decir, mediante figuras alegóricas y enigmáticas, que por los escritos; por ejemplo: la tabla de Senior; las pinturas alegóricas del Rosario; las de Abraham el judío aportadas por Nicolás Flamel y las del mismo Flamel. Entre ellas también están las de Michael Maier, donde ha encerrado y como explicado tan claramente los misterios de los antiguos que es casi imposible poner la verdad ante los ojos con más claridad.

Las gracias a Dios
[1] . El Hilo de Penélope, Arola Editors, Tarragona, 2000, p. 43.
[2] . Op. Cit. Discurso preliminar, p. 7.
[3] . El Mensaje Reencontrado, ed. Sirio, Málaga, 1996.
[4] . Jean d’Espagnet, La Obra secreta de la Filosofía de Hermes, ed. Indigo, Barcelona, 1995.

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