sábado, octubre 14, 2006

Neptuno


Neptuno, hijo de Saturno y de Rea da lugar a este capítulo, tuvo a Amfitrite por mujer, hija de Océano y de Doris, de la cual y de sus concubinas tuvo un gran número de hijos.
Libia le da a Fénix, Pireno e Io, que algunos dicen que era hija del río Inaco. Es esta Io de la que Júpiter gozó ocultado en una nube, Juno casi los descubrió en este hecho. Júpiter para apartar a su dama del furor de la celosa Juno, transformó a Io en una vaca blanca. Juno puso
a Argos a su lado para vigilar su conducta, y después de que Mercurio matara a Argos, Juno mandó un tábano para que atormentara fuertemente a Io, que se puso a recorrer los mares y las tierras hasta que finalmente llegó a orillas del Nilo y recobró su primera forma y, según los griegos, fue adorada por los egipcios bajo el no
mbre de Isis. De ahí los cuernos que se pusieron sobre la cabeza de Isis y que se le llamara tanto Luna como Tierra. La vaca también era el jeroglífico de Isis, así como el toro lo era de Osiris.
Ya he hablado de Neptuno más de una vez, se le ha visto porque era hijo de Saturno y de Rea. Es propiamente el agua
o el mar filosófico que resulta de la disolución de la materia.
Es razonable pues, considerarlo como padre de los ríos, príncipe del mar y señor de las olas. Por su naturaleza líquida y fluida y por su facilidad para ponerse en movimiento excita los temblores, tanto de la tierra que está en el fondo del vaso, como la que le sobrenada.
El vigor y la ligereza con los que corren los caballos han llevado a los poetas a figurar que su carro era tirado por cuatro de estos animales, y a fin de designar la volatilidad de esta agua, han supuesto que corrían sobre las olas del mar y que este dios estaba siempre acompañado de tritones y nereidas, que no son otra cosa que las partes acuosas, de
νερίς, humidus (húmedo). Habiendo señalado que esta agua filosófica tenía un color azul, que ha hecho darle el nombre de agua celeste, los poetas filósofos han figurado que Neptuno tenía los cabellos, los ojos y las vestimentas azules.
En cuanto a Tritón, su forma y su nacimiento indican suficientemente que es el resultado del agua filosófica; su cola ahorquillada como un croissant designa la tierra blanca
o luna de los filósofos y el color púrpura de sus espaldas señala el color que sobreviene a la materia después del blanco. Si fue la causa de que Júpiter obtuviera la victoria sobre los gigantes, es porque este dios sólo es tranquilo y apacible poseedor de su trono después de
que la materia ha llegado al blanco y empieza a dejar de ser volátil.
En cierto momento de las operaciones, a medida que la obra se perfecciona, el agua de los filósofos se vuelve roja, es Neptuno que se junta con la ninfa Fénice, así dicha de φοΐνιξ, púrpura, puniceus color (púrpura, color rojo). Proteo nació de esta relación; es este Proteo cuyas perpetuas
metamorfosis son verdadero símbolo de los cambios que los filósofos dicen que sobreviene a la materia del magisterio.

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