Fragmentos
de la presentación de Raimon Arola
Entre los años 1995 a 1998 –en torno a los 70 años,
pues el autor nació en 1924- Charles d’Hooghvorst nos sorprendió a todos los
que le conocíamos escribiendo unos textos en forma de poemas, pues nunca antes
había explorado esta vertiente literaria. Su obra se consagró al estudio de los
temas más significativos de las grandes tradiciones espirituales, tanto en sus
aspectos generales como, y, sobre todo, los esotéricos. Pero, y sin motivo
aparente, en los años indicados surgieron de su alma unas palabras ordenadas
como poemas, a veces cercanas a sentencias proverbiales o a una reunión de
aforismos y otras cercanas a unas letanías… Él las denominó, simplemente,
Palabras de exilio.
…Estas palabras son el fruto de muchos años de
estudio, de traducciones de textos tradicionales, en especial cabalísticos,
alquímicos y mitológicos, donde descubría la sabiduría que desde su juventud
anhelaba y a la que denominaba, gnosis. En sus poemas no utiliza metáforas
poéticas ni versifica, sino que construye símbolos en el sentido más amplio, y
ello para describir una gnosis fundamentada en la obra de su amigo Louis
Cattiaux y de su hermano Emmanuel.
…Aquí la belleza no responde a unas normas ni a unos
cánones establecidos, sino que existe por el recuerdo constante que encierran
sus palabras. Del Tilo crea una belleza sin prejuicios, pues encontrarla no es
un fin sino el resultado de una cierta desnudez guardada en el eterno reposo.
Las palabras de Carlos del Tilo, sus poemas, surgen de recorrer un camino que
es, al mismo tiempo, belleza y verdad… sus palabras transpiran el amor loco de “Charles
dit le Zou”, amaba el objeto de sus estudios y amaba a la humanidad.
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