Presentación del libro de Lluïsa Vert “L’anell misteriós” que versa sobre las fiestas tradicionales y el simbolismo natural del año (en catalán). Imágenes: Àngels Figerola y Lluïsa Vert.
Planteamiento (sólo el comienzo de la presentación)
El orden natural de las estaciones, poco a poco e
inevitablemente se va borrando de nuestro recuerdo colectivo. Ya no nos fijamos
en el cielo para saber cuándo se debe sembrar o cuándo recoger lo que hemos
sembrado, pero antiguamente las estaciones y las fiestas regían el calendario
cotidiano: “Por san Juan…” o “por Navidad…” La sabiduría popular fue trenzando
el orden de las fiestas de cada estación a partir de la agricultura, pero
también a partir de la religión, las leyes, etc., un universo en el que cada
cosa estaba en su lugar y en el que cada lugar estaba en relación con los
demás.
La naturaleza exterior y la interior, esa fuerza que genera y
rige a la primera, siguem los mismos ritmos que resuenan en todo el cosmos: lo
que está arriba es igual como lo que está abajo, decía Hermes, y esa es la base
del simbolismo. La música de las esferas suena con los mismos acordes en el
macrocosmos como en el microcosmos, y no podría ser de otro modo pues el
hombre, hecho a imagen y semejanza de su Creador, es el símbolo por excelencia,
el lugar donde lo más alto y lo más inferior se reconocen y se conocen.
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