martes, noviembre 07, 2006

Hércules y la Cierva de los pies de Bronce





Euristeo no dejó a Hércules tranquilo, a penas hubo matado a la hidra le ordenó perseguir a una cierva cuyos pies eran de bronce y que, contrariamente a lo normal en este animal, tenía cuernos y lo que es más sorprendente es que eran cuernos de oro. Lejos de concluir de ello como el abad Banier que se dio pies de bronce a esta cierva para indicar figurativamente su velocidad, yo aseguraría al contrario que debía de ser más pesada; estos cuernos de oro también deberían de haberlo persuadido de lo alegórico de esta historia, sobre la cual no me extenderé aquí pues ya he hablado extensamente de ello en el segundo libro.

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