viernes, noviembre 24, 2006

Fatalidades atribuidas a la ciudad de Troya




Tanto en el ejército de los griegos como en el de los troyanos, estaban persuadidos de que la ciudad de Troya no podía ser tomada si no se ejecutaban ciertas cosas de las que dependía la suerte de esta ciudad. Homero no las menciona todas expresamente, pero Ovidio, Licofrón y algunos otros antiguos han hablado de ellas. Sin embargo se las puede deducir de lo que relata Homero en diferentes
lugares, tales como aquellos donde se describe lo que se hizo para ir a buscar a Filoctetes en Lemnos, Pirro en Esciros, la atención que los griegos ponían en impedir que los caballos de Reso bebiesen del agua del Xanto, y los peligros que desafiaron para llevarse el Paladión.
Estas fatalidades habían sido declaradas a los griegos por Calcas (Calcante), cuando Agamenón y los otros jefes del ejército griego fueron a consultarle sobre el éxito de la expedición que preparaban contra la ciudad de Troya. Calcas respondió que, 1º, no tomarían jamás esta ciudad si Aquiles y su hijo Neoptólemo no los acompañaban, 2º, que era necesario que tuvieran las flechas de Hércules, que este héroe, antes de morir había entregado como presente a Filoctetes, 3º, que era absolutamente necesario que se robara el Paladión, al que los troyanos conservaban cuidadosamente en el templo de Minerva, 4º, que uno de los huesos de Pélope debía ser llevado a Troya antes de la toma, 5º, que era preciso robar las cenizas de Laomedón, 6º, que se tuviera mucho cuidado en no dejar beber del agua del Xanto a los caballos de Reso. De los escritos de Homero se pueden deducir otras dos, la primera sería que era necesario hacer morir a Troilo, hijo de Príamo, antes de tomar la ciudad; y la segunda sería que el destino de Troya dependía da tal manera de Héctor, que jamás sería tomada esta ciudad mientras viviera. Finalmente se ha añadido una séptima, a saber, que Télefo, hijo de Hércules y Auge, debía de ser llamado a combatir junto a los griegos.

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