sábado, noviembre 11, 2006

Gerión muerto por Hércules que se lleva sus bueyes




Euristeo no se contentó con tener en su posesión el más bello toro de la isla de Creta, el toro que vomitaba fuego por las narices; lo deseaba todo, y envió a Hércules para satisfacer su deseo. Gerión (o Geriones), hombre monstruoso, puesto que tenía tres cabezas o tres cuerpos (hijo de Crisaor,[1] y éste nacido de la sangre de Medusa), tenía un rebaño de bueyes de color púrpura; este rebaño era guardado por un perro de dos cabezas, por un dragón que tenía siete y por un vaquero llamado Euritión. Euristeo quiso tener estos bueyes y mandó a Hércules que los fuera a buscar. A la vista de tantos monstruos la empresa hubiera parecido difícil a cualquier otro que no fuera Hércules, pero él ya había visto otros y además debía obedecer. Partió pues, mató a Gerión y a los guardianes del rebaño y condujo los bueyes hasta Euristeo.
Pero dejemos de lado estas absurdidades [la opinión de los mitólogos respecto a la fábula] que prueban claramente que el autor de esta fábula tenía una idea
de la cual estos mitólogos no veían nada. La verdad arranca aquí una confesión al abad Banier, de la que aparentemente no se da cuenta de su consecuencia, respecto a la explicación que da de los otros trabajos de Hércules: Todo lo que los griegos dicen de los viajes de su Hércules a España y a Cádiz es fabuloso, dice este erudito mitólogo (tomo 3, p. 278). Ruego al lector que no olvide esta confesión. No, Gerión no era rey de España, y no lo era de Epira, pero sí lo era del encantador país donde reinaba Ceres, donde fue raptada Proserpina, era rey de Nisa, donde fue criado Baco; se puede ver su descripción en los capítulos que tratan de estos dioses. Es allí donde reinó Gerión, es en este bello país donde pacía su rebaño de bue
yes de color púrpura, guardado por el perro Orto de dos cabezas y por un dragón que tenía siete.
Gerión es el elixir de los filósofos, venido al color rojo del pavo real que los filósofos llaman Rey, porque es su oro. Tenía tres cuerpos, como siendo compuesto de tres principios, sal, azufre y mercurio. Además de sus tres cuerpos que sólo hacen un hombre, el color de sus bueyes y los guardianes de su rebaño, muestran claramente que esta pretendida historia es una pura alegoría. El perro de dos cabezas es de la misma raza que el Cerbero que tenía tres; el dragón que tenía siete también era hijo de Tifón y de Equidna y ya se sabe lo que se ha de pensar de ello. Pero para que no se nos acuse de avanzar todo esto gratuitamente, veamos si los filósofos nos suministran algunas pruebas para semejantes alegorías. Hermes dice: Veo tres cabezas, es decir, tres espíritus nacidos de un mismo padre, pues ellas sólo hacen uno, sólo componen una misma cosa, siendo del mismo género y de la misma raza; una está en el fuego, la otra en el aire, la tercera en el agua, esto es el azufre, la sal y el mercurio. Hamuel sobre Senior dice también:
nuestra agua de vida es triple, aunque sólo sea una en la que están comprendidos el aire, el fuego y el agua. Esta agua tiene un alma a la que se llama oro y agua divina. Su padre ha reunido estas tres cabezas porque son homogéneas.
Se ha emplazado el reino de Gerión en España por la misma razón que se ha puesto allí el jardín de las hespérides. Un filósofo anónimo[2] ha tomado perfectamente la idea del autor de esta fábula cuando dice: Por la gracia de Dios, el padre y el hijo residen en un mismo sujeto y reinan en un reino magnífico. Entre sus dos cabezas se muestra la de un venerable anciano, es muy remarcable que su manto es de color rojo sangre. Pero en fin, ¿se ha visto jamás en la
naturaleza unos bueyes de color púrpura, y bueyes que, según la fábula, se comían a los que habitaban con ellos? Los bueyes de esta especie ¿no son precisamente esta materia disolvente de los filósofos, que disuelve lo que se pone en el vaso con ella? ¿No son éstos de la misma naturaleza que los caballos de Diomedes? ¿No dan a entender perfectamente lo que se ha de pensar de ello, los parientes de Gerión? Crisaor, su padre, viene de Χρυσός, oro, y su madre Calírroe significa agua bella y corriente, de Καλως, bella, y de ρ΄όω, yo fluyo; porque la circunstancia que el autor de esta fábula ha tenido a la vista es la del elixir al rojo, donde el disolvente o agua mercurial es un agua fluyente que es el principio y la madre, que tras haber disuelto al oro filosófico, o Crisaor, se unen conjuntamente y de este matrimonio nace Gerión. El color del azufre u oro de los filósofos, es el de los bueyes y estos bueyes son la misma cosa que el disolvente que se come a sus huéspedes.
Para llevar a cabo el robo de estos bueyes, Hércules se ve obligado a matar a Gerión, al perro
Orto, al dragón y a Euritión que estaban al cuidado de estos bueyes, es decir, que para llegar a la fijación, significada como hemos visto, por Euristeo, es preciso matar o hacer pudrir conjuntamente las materias que componen el elixir. El perro que tiene dos cabezas es el compuesto del cuerpo disoluble y del disolvente; el dragón con siete cabezas son las siete circulaciones o sublimaciones que se hacen antes de que el compuesto se vuelva fijo. Euritión se dice que es el pastor, porque viene de έρύομαι, guardar, defender.
Pero no era suficiente haber robado estos bueyes, era preciso llevarlos a Euristeo. Hércules sabía bien el camino que debía hacer y debía salvar mil obstáculos que se oponían a su deseo. Si Bochart hubiera reflexionado un poco sobre el camino que tomó Hércules para volver no hubiera trasladado España a Epira. Hércules primero condujo a estos bueyes desde una isla del océano llamada Gardira, en Tartesa, como si se dijera desde una isla flotante a tierra firme, puesto que Gardira viene de γαΐα, tierra, y de δεΐρω, venir e ir. Se ha visto la misma cosa de Delos. Se dice de esta isla que está en el océano o el mar, porque el mercurio filosófico donde flota la isla de los filósofos es llamado también mar por los filósofos.
[1] . Hesíodo, Teogonía.
[2] . Citado por Mayer en su Arcana arcanissima, p. 233.

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