martes, octubre 31, 2006

Juegos y Combates




La religión había consagrado esta clase de espectáculos y cuando los romanos los adoptaron, el senado emitió una sentencia en la que se dictaba que todos serían dedicados a alguna divinidad. Así mismo era costumbre ofrecer sacrificios antes de empezarlos. Los griegos tenían cuatro
juegos principales y célebres en los tiempos señalados, a saber, los olímpicos, los píticos, los nemeos y los ístmicos. El primero era dedicado a Júpiter, el segundo a Apolo, el tercero a Arquemor, hijo de Licurgo, y el cuarto a Neptuno. Los más famosos eran los de Olimpia que se celebraban cada cuatro años. Así mismo fundaron su cronología basándose en el intervalo de tiempo que había de una olimpiada a otra. La recompensa que se daba a los vencedores sólo era una corona de laurel, de olivo, de álamo o de alguna planta; algunas veces se elevaban estatuas en su honor y se cantaba su triunfo por toda Grecia. El motivo de la religión no fue el único que dio lugar a la institución de estos juegos, una doble política tuvo parte en ello. Los jóvenes se formaban para la guerra y en ellos se volvían más adecuados para las expediciones militares, estaban más alerta, más dispuestos, más robustos y adquirían una vigorosa salud. Finalmente mediante estos ejercicios y por las solemnidades de las fiestas se conservaba la memoria alegórica de un secreto conocido por los sabios filósofos pero ignorado por el común.
Así mismo se animaba a los pueblos a estos ejercicios a ejemplo de los pretendidos dioses que se decía que allí habían sido vencedores.
Estos juegos eran de tres clases: los ecuestres o curules, que consistían en carreras de caballos o de carros, estaban dedicados al Sol y a Neptuno; los agonales y los gímnicos, compuestos de combates de hombres, de mujeres y de bestias, estaban consagrados a Marte y a Diana; finalmente los escénicos, los poéticos y los de música, que consistían en tragedias, comedias, sátiras y danzas, estaban dedicados a Venus, Apolo, Minerva y a
Baco.Pero en fin, se dirá ¿qué relación tienen estos juegos con vuestra pretendida piedra filosofal? Confieso que la disposición que se tomó en estos juegos, para volverse apropiada a los ejercicios militares, es bien diferente de la que es requerida para la Medicina. Una busca destruir a los hombres y la otra conservarlos. Pero finalmente ¿se ignora que Minerva, diosa de la sabiduría y de las ciencias, lo era al mismo tiempo de la guerra y de los combates? El arte militar, pues ¿es un camino que conduce a las ciencias o las ciencias conducen al arte militar? ¡qué incompatibilidad entre el reposo y la tranquilidad del gabinete, con el tumulto de las armas y el perpetuo estruendo de los combates! Apolo es el presidente de la asamblea de las musas, inventor de la Poesía y la Medicina, sinembargo está representado como el vencedor de Tifón. ¿No se le ve con el arco y las flechas en la mano? No, no era sin razón que se dijera que fue el principal vencedor de aquellos juegos, que Zeto, hijo del Aquilón, y Calais su hermano lo fueran en Diaula donde la carrera fue redoblada; Cástor en la del estadio; Pólux en el combate de cesto; Telamón y Perseo en el juego de palet; Peleo en la lucha; Meleagro en combate de azagaya; Cigno, hijo de Marte, sobre Diodoto en combate a muerte; Belerofonte en carrera de caballos; finalmente Hércules en toda clase de juegos y combates.
Algunos autores han dividido estos tiempos en tres; el primero comprende el reinado de los dioses; el segundo el reinado de los héroes y el tercero el reinado de los príncipes conocidos, que fueron sus sucesores. El primero nos es absolutamente desconocido, el segundo lo es un poco menos y el tercero nos proporciona épocas ciertas.
Yo pensaría de buen grado que el tiempo que ha precedido inmediatamente a las olimpiadas, no está mal nombrado como tiempo de los héroes, no porque los dioses, las diosas, los héroes y heroínas de la fábula hayan vivido y existido durante aquel tiempo, sino porque se trata del tiempo en el que otros héroes más reales vivieron y en la imaginación de algunos tomaron nacimiento los dioses y los héroes. Tales fueron Hermes y muchos otros filósofos egipcios, sacerdotes y reyes; entre los griegos, Orfeo, Lino, Melampo, Museo, Amfión, Eumolpo, etc. fueron los autores de la teogonía de los egipcios, de los griegos y etc, y que pudieron ser, o bien ellos mismos o sus sucesores, los institutores de las fiestas y los juegos.
Dicen que Hércules, en el retorno de la conquista del toisón de oro, reunió a los argonautas en las orillas del río Alfeo cerca de la ciudad de Pisa en la Élide, no lejos del monte Olimpo,
para celebrar estos mismos juegos en acción de gracias por los dichosos sucesos de su viaje, y prometieron reunirse cada
cuatro años con el mismo objetivo.
Cada olimpiada comprendía cuatro años completos y se celebraba en el cincuentavo mes llamado Parthénius o Apollonios, según el comentador de Píndaro. Empezaba el día de Luna llena y se disponía todo para los sacrificios y las ceremonias. Los juegos duraban cinco días; cada día estaba destinado a un juego o a un combate que le era propio. Hércules, según algunos autores,[1] empezó estos juegos en honor de Júpiter, después de que hubo castigado a Augias, rey de la Élide, hijo del Sol y de Ifiboé, porque no le había dado la recompensa que le había prometido, por haber limpiado el establo de los bueyes de este rey.
Se dice[2] que Hércules las instituyó en honor a Pélope, lo que es más verosímil que decir que las instituyó Pélope. Éste sólo existió como alegoría del primer color que sobreviene a la materia de la gran obra, es decir el negro, indicado por su mismo nombre, ya que Pélope viene de πελός, negro, y de όπος, jugo, humor, como si se dijera jugo negro. No es sorprendente, pues, que algún filósofo, artista de la gran obra, haya instituido estos juegos en memoria de Pélope, es decir, en memoria de la gran obra, cuyo color negro, o el agua mercurial llegada a la negrura, es el comienzo y la llave, según el decir de todos los filósofos. En el siguiente libro se verá que Hércules es tomado casi siempre por el artista, y algunas veces por el mercurio de los sabios, que lo hace todo en la obra.
Apolo venció a Mercurio en una carrera, en el transcurso de uno de estos juegos. El hecho es muy difícil de creer. La fábula nos representa a Mercurio como el más ligero de los dioses, pues lleva alas en la cabeza y en los pies y es tan ágil que no puede permanecer en reposo
. En verdad Apolo es pintado como un hombre joven, pero lleva un calzado de oro y en consecuencia extremadamente pesado y capaz de impedirle correr con la misma velocidad que lo haría Mercurio. Se ha de entender, pues, que en ello haya algo sobre entendido.
Los autores dicen que Apolo fue vencedor en la carrera la primera vez que se celebraron los juegos olímpicos, es decir, que esta pretendida primera vez sólo fue celebrada en las ideas del primero que relató el hecho y que hablaba alegóricamente de los juegos olímpicos que suceden en las operaciones de la obra, donde Apolo, el más pesado de los dioses, es aquel que permanece vencedor del mismo Mercurio, porque el Apolo de los filósofos, o su oro, llega al punto de arrastrar al Mercurio filosófico, que es totalmente volátil, y darle una fijeza permanente. El fenómeno queda esclarecido. He aquí en qué consiste la victoria de Apolo sobre Mercurio. Cuando se dice, pues, que el primero venció al segundo en la carrera, la proposición es equívoca, primero se pensaría que Apolo corrió más rápido que Mercurio y que habiendo llegado primero a la meta resultó vencedor. Nada de eso; Apolo corrió, es verdad, tras Mercurio y con él, porque el mercurio filosófico primero volatiliza al oro de los filósofos, pero finalmente la fijeza de este último toma ventaja y fija la volatilidad del otro, de manera que todo se vuelve fijo, en el campo de batalla permanece Apolo, que en consecuencia es vencedor. ¿Se podría explicar de otra manera?
Hércules instituyó estos juegos en memoria de Pélope, es decir, que un filósofo hermético, bajo el nombre de Hércules, los instituyó para hacer una alegoría en memoria de la gran obra, que casi todos los filósofos que la han tratado sólo empiezan a hablar de ella cuando la materia de
la que se hace la medicina dorada, ha llegado al color negro y se parece a la pez negra fundida, que es como un jugo ennegrecido, significado por Pélope. Tras el color negro, las carreras de los juegos olímpicos empiezan en el vaso de los filósofos. Entonces Hércules provoca a todo el mundo para el combate; ningún humano osa medirse con él y Júpiter disfrazado se presenta en el campo; Hércules osa intentar resistírsele y la lucha empieza, el combate dura bastante tiempo, pero Júpiter al ver que la victoria es dudosa, determina darse a conocer. Enseguida viene Marte y también se manifiesta; finalmente se presenta Apolo con Mercurio, y Apolo es vencedor. Así pasó en los pretendidos primeros juegos olímpicos.Ya lo hemos dicho más de una vez, la volatilización de la materia de la medicina dorada se hace cuando esta materia está en perfecta disolución, y esta disolución se hace cuando la materia ha llegado al negro; entonces las partes vuelan acá y allá circulando en el vaso; he aquí las carreras y los combates que duran hasta que la materia ha llegado a un grado de fijeza capaz de resistir los más vivos ataques del fuego. También se dice que el color gris-blanco, llamado Júpiter por los filósofos, es el primero que se presenta después del negro. Este color negro es el disfraz de Júpiter. Cuando esta negrura desaparece, es Júpiter que se manifiesta a Hércules, es decir, al artista. Antes del color rojo oscuro, llamado Sol o Apolo, se ve el color de la herrumbre de hierro, llamado Marte. Entonces es este dios de la guerra el que se hace vencedor; pero finalmente Apolo lo es también de Mercurio, porque el magisterio termina con la fijación del rojo. Se ha tenido razón, pues, al considerar a estos pretendidos combates de los dioses en los juegos olímpicos como una fábula, o más bien como una alegoría, pero cuya explicación es absolutamente imposible en cualquier otro sistema que en aquel sobre el cual apoyo el mío, lo que lo prueba claramente es que, según los autores, Hércules fue vencedor en toda clase de combates, es como si se dijera que el artista o el filósofo hermético es el vencedor desde que ha terminado la medicina dorada.

[1] . Isacio y Píndaro.
[2] . Higinio. Op. cit.

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