Los filósofos, conformándose a los antiguos, entienden por la serpiente que devora su cola su azufre, por ejemplo R. Llull que dice: Mi hijo es el azufre o la culebra que devora su cola, el león rugiente, la tajante espada que corta, mortifica y disuelve todo.
ya que estos son los verdaderos principios de la filosofía, que los sabios no han osado mostrar ni nombrar claramente a sus propios hijos. El que está debajo sin alas es el fijo o el macho, el que está encima, con alas, es el volátil o la hembra negra y oscura que tomará el dominio durante muchos meses. El primero es llamado azufre, o bien, calidez y sequedad, y el segundo plata viva o frialdad y humedad. Estos son el Sol y la Luna de fuente mercurial y origen sulfuroso, que por el fuego continuo se adornan con vestiduras reales para vencer toda cosa metálica, sólida, dura y
fuerte, cuando son unidos y después transformados en quintaesencia.
Los filósofos herméticos siempre han tenido esta idea de limo respecto a Saturno, puesto que han dado este nombre a su caos o materia disuelta y reducida a barro negro, al que han llamado plomo de los sabios. Pero como estos nombres de plomo y Saturno podrían inducir a error a los químicos, Ripley les ha advertido diciendo: Nuestra reina está encerrada en una cosa vil, despreciada y aparentemente no vale nada. En efecto, ¿qué hay más despreciable que el barro? Pero tened cuidado y no engañaros respecto a nuestro Saturno, creedme, el plomo siempre será plomo.
Es propiamente esta disolución, llamada por los filósofos reducción de los cuerpos a su primera materia, que ha hecho dar la serpiente y la guadaña como símbolo a Saturno.
1 comentario:
Sr: José Romero
EXCELENTE TRABAJO!!!
Felicito al traductor y agradezco infinitamente que deje este esfuerzo en estas páginas para el acceso de gente como yo, que se interesa en el tema.
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