Se observan tres maneras de ser,[1] que constituyen tres géneros, o tres clases llamados reinos, el animal, el vegetal y el mineral. Los minerales solamente se engendran en la tierra, los vegetales tienen sus raíces en la tierra y se elevan en el agua y en el aire, los animales toman nacimiento en el aire, el agua y la tierra, y el aire es para todos un principio de vida. Cualquier diferencia que los mixtos parecen tener en cuanto a sus formas exteriores no difiere en ellos, en nada, en cuanto a sus principios;[2] la tierra y el agua son la base de todos y el aire sólo entra en su composición como instrumento, así mismo como el fuego. La luz obra sobre el aire, el aire sobre el agua, el agua sobre la tierra. El agua a menudo es el instrumento de mezcla en las obras del arte, pero esta mezcla sólo es superficial, como lo podemos ver en el pan, en el ladrillo, etc. Hay otra mixtura íntima que Beccher llama central.[3] Es esta por la cual el agua es realmente mezclada con la tierra y no se puede separar sin destruir la forma del mixto. No entraremos en detalles de los diferentes grados de esta cohesión a fin de ser más breve. Se puede ver todo esto en la obra que acabamos de citar.
[1] . Cosmopolita, Nueva Luz Química, trat. 7.
[2] . Cosmopolita, Ibidem, trat. 2.
[3] . Beccher, Física subterranea, secc. I, cap. 4.
[1] . Cosmopolita, Nueva Luz Química, trat. 7.
[2] . Cosmopolita, Ibidem, trat. 2.
[3] . Beccher, Física subterranea, secc. I, cap. 4.
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