jueves, abril 26, 2007

La Conquista del Toisón de Oro (1)

Lo que prueba la antigüedad de esta fábula es que Homero hace dos menciones en el libro 12 de la Odisea.
Para dar una idea justa de esta ficción, se habría de tomar la cosa desde su origen, explicar cómo este pretendido Toisón de oro fue llevado a la Cólquide y recorrer toda la historia de Atamas (o Atamante), de Ino, de Néfele y de Frixo, de Learco y de Melicertes, pero como tendremos ocasión de hablar de ello en el cuarto libro, explicando los juegos ístmicos, sólo entraremos en el detalle de esta expedición según lo que Orfeo y Apolonio han referido.
Jasón tuvo por padre a Esón, a Creteo por abuelo a Eolo por bisabuelo y a Júpiter por trisabuelo. Su madre fue Polimede, hija de Autólico, aunque otros dicen que fue Alcímeda lo que convendría igualmente para el fondo de la historia, según mi sistema. Tiro hija de Salmoneo, educada por Creteo, hermano de aquel, gustó a Neptuno y tuvo a Neleo y Pelias; luego se desposó con Creteo su tío, del que tuvo tres hijos, Esón, Feres y Amitaón. Creteo conquistó la ciudad de Yolco y la hizo capital de sus estados y al morir dejó la corona a Esón.
Pelias, a quien Creteo no le había dado ningún establecimiento, pues no le pertenecía, se volvió poderoso mediante intrigas y destronó a Esón. Entre tanto Jasón vino al mundo, Pelias se inquietó por ello pues cogió celos de él, y buscó por todos los medios hacerlo morir. Pero Esón y su esposa habían adivinado los malvados deseos del usurpador, y llevaron al joven Jasón, que entonces se llamaba Diomedes, al antro de Quirón, hijo de Saturno y de la ninfa Fílira, que habitaba sobre el monte Pelión, y le confiaron su educación. El centauro era tenido como el hombre más sabio y el más hábil de su tiempo. Jasón aprendió allí la medicina y las artes útiles para la vida. Este joven príncipe, al llegar a la edad varonil, se introdujo en la corte de Yolco, tras haber ejecutado punto por punto todo lo que el oráculo le había predicho. Pelias no dudó de que Jasón había adquirido mucho el favor del pueblo y de los grandes. Se volvió más celoso, y buscando un pretexto honesto para deshacerse de él, le propuso la conquista del Toisón de oro, persuadido de que Jasón no rehusaría una ocasión tan favorable de adquirir gloria. Pelias, que conocía todos los riesgos, pensó que moriría en el intento. Por su lado Jasón presintió todos los peligros que iba a correr, sin embargo la proposición fue de su gusto y su gran coraje no le permitió negarse a aceptarla.
Lo dispuso todo y siguiendo los consejos de Palas, hizo construir un barco al cual le puso un mástil hecho de un roble parlante de los de la selva de Dodona. Este barco fue llamado Argo, los autores no están de acuerdo sobre el motivo que hizo nombrarlo así. Apolonio, Diodoro de Sicilia, Servio y algunos otros pretenden que este nombre le fue dado porque Argos propuso el diseño, incluso se varía mucho sobre este Argos, los unos le toman por el mismo que Juno empleó para la vigilancia de Io, hijo de Arestor; pero Meziriac quiere que se lea en Apolonio de Rodas, hijo de Alector, en lugar de hijo de Arestor.
Sin entrar en detalle de los diferentes pensamientos respecto a la denominación de este barco, lo que se puede ver en muchos autores, diré solamente que fue construido de madera del monte Pelión, según la opinión de los antiguos. Ptolomeo Efestión dice, en relación a Fotius, que Hércules fue el constructor. En cuanto a la forma de este barco, los autores no están muy de acuerdo entre ellos. Unos dicen que era largo, otros que redondo, aquellos que tenía veinticinco remos a cada lado, estos que tenía treinta, pero en general se conviene en que no estaba hecho como los barcos ordinarios. Orfeo y los más antiguos autores que han hablado, no han dicho nada de esta forma, todo lo que los otros aportan sólo está fundado en conjeturas.
Todas las circunstancias de esta pretendida expedición sufren contradicción. Se varía sobre el jefe y sobre el número de los que le acompañaban. Algunos aseguran que Hércules fue el primero en ser escogido como jefe y que Jasón no lo fue hasta después de que Hércules hubiera sido abandonado en la Troade, donde descendió a tierra para ir a buscar a Hilas. Otros pretenden que no tuvo ninguna parte en esta empresa, pero el pensamiento más común es que se embarcó con los argonautas.
En cuanto al número de estos, no se puede establecer nada como cierto, puesto que unos autores nombran a los que otros no mencionan. Se cuentan comúnmente cincuenta, todos de origen divino. Unos hijos de Neptuno, otros de Mercurio, de Marte, de Baco, de Júpiter. Se puede ver los nombres y la historia resumida en el tomo tercero de la mitología del abad Banier, página 211 y ss, donde lo explica todo conforme a sus ideas, y decide, como es común en él, rechazar lo que no puede ajustar. Admite, por ejemplo, en el número de los argonautas a Acasto, hijo de Pelias y a Neleo, hermano de éste. Aparentemente, si esta expedición fuera un hecho verdadero, y se supone que Pelias era perseguidor y enemigo jurado de Jasón y el mismo Pelias no quiso embarcar a su sobrino en esta peligrosa expedición, porque pensaba que su pérdida sería segura ¿por qué dio permiso a Acasto para acompañarlo, él que buscaba hacer perecer a Jasón para conservar la corona para este hijo suyo? No faltarían razones para rechazar otras tantas que este erudito mitólogo admite basándose en otros autores; sería fácil probar que no podían encontrarse allí, según el sistema de este mismo erudito, pero ello provocaría una discusión que no entra en nuestro plan.

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