domingo, abril 08, 2007

El Perro y el Lobo

Este animal estaba consagrado a Mercurio a causa de su fidelidad, de su vigilancia y de su industria. Así mismo era el carácter jeroglífico de este dios, es por lo que se le representaba con una cabeza de perro y se le llamaba Anubis; es lo que hace decir a Virgilio: Omnigenumque deum monstra & latrador Anubis. Horus-Apolo da una razón por la cual los egipcios tomaban al perro como símbolo de Mercurio, dice:[1] es que este animal observa fijamente los simulacros de los dioses, lo que no hacen los otros animales, y porque el perro es en los jeroglíficos el de un secretario o ministro.
Aunque esta primera razón no parezca tener relación visible y palpable con el arte sacerdotal, los filósofos herméticos no se expresarían de otra manera en su enigmático estilo. Todos dicen que sólo su Mercurio es el que puede actuar sobre sus metales, a los cuales dan los nombres de los dioses o los planetas, y que su Mercurio es un águila que mira al Sol fijamente sin pestañear los ojos y sin ser deslumbrado, dan a su Mercurio los nombres de perro de Corascene y perro de Armenia. Hemos aportado otras razones en el capítulo de Anubis.
El lobo tiene mucho parecido con el perro, por así decirlo, sólo es un perro salvaje, por lo tanto no es sorprendente que fuera partícipe de los mismos honores que el perro. Tenía también alguna relación con Osiris, puesto que los egipcios pensaban que Osiris había tomado la forma de lobo para ayudar a Isis y a Horus contra Tifón. Esta fábula parecería ridícula a un hombre que sólo busque la historia, pero no lo es de ninguna manera en el sentido filosófico, puesto que los filósofos herméticos ocultan bajo el nombre de lobo, su materia perfeccionada hasta un cierto grado. Basilio Valentín[2] dice que es preciso tomar un lobo arrebatador y hambriento que corra por el desierto, buscando siempre qué devorar. El que ponga atención a lo que hemos dicho en el capítulo de Osiris y del combate de Isis contra Tifón, verá fácilmente la analogía que se encuentra entre Osiris y el lobo en ciertas circunstancias de la obra y el por qué los egipcios declaraban esta ficción. Es suficiente para dirigirse sobre las vías, el hacer observar que el lobo era consagrado a Apolo, lo que hizo que se la llamara Apolo Lucius.
La fábula dice también, según el relato de algunos autores, que Latona para evitar las persecuciones y los efectos de los celos de Juno, se ocultó bajo la forma de una loba y bajo esta forma puso en el mundo a Apolo. Se dice que Osiris y Horus eran los jeroglíficos de Apolo, lo que debe de entenderse del Sol u oro filosófico. Nuestro lobo –dice Rashí–[3] se encuentra en Oriente y nuestro perro en Occidente. Ellos se muerden el uno al otro, volviéndose rabiosos y se matan. De su corrupción se forma un veneno que seguidamente se cambia en tríaca. El autor anónimo de las rimas alemanas dice también: El filósofo Alejandro nos enseña que un lobo y un perro han sido levantados en esta arcilla y que tienen los dos el mismo origen. Este origen está señalado en la ficción de Osiris donde se dice que este príncipe se hizo acompañar de sus dos hijos, Anubis bajo la forma de perro y Macedón bajo la forma de lobo. Estos dos animales representaban, pues, jeroglíficamente dos cosas tomadas de un mismo sujeto, o de una misma substancia, de los que uno es más tratable y el otro más feroz. Isis, según la inscripción de su columna, dice que ella misma es este perro brillante entre los astros al que llamamos la canícula.

[1] . Horus-Apolo, lib. 1, cap. 40.
[2] . Basilio Valentín, Las doce llaves. Llave 1.
[3] . Raíz, Epístolas.

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