miércoles, abril 11, 2007

El Cinocéfalo

Ninguno entre los jeroglíficos egipcios es más frecuente que el cinocéfalo, puesto que era propiamente la figura de Anubis o Mercurio, ya que este animal tiene el cuerpo parecido al de un hombre y la cabeza a la de un perro. San Agustín[1] lo menciona y Tomás de Valois dice en el lib. 3, cap. 12 y 16 que San Agustín al hablar de Mercurio o el Hermes egipcio entendía al cinocéfalo. Isidoro[2] dice que Hermes tenía cabeza de perro. Virgilio, Ovidio, Propercio, Prudencio, Amiano, todos ellos le dan el epíteto de ladrador. Los egipcios habían señalado tanto la relación del cinocéfalo con el Sol y la Luna que lo emplearon a menudo como símbolo de estos dos astros, si creemos a Horapolo. Este animal orinaba una vez cada hora del día y de la noche en el tiempo de los equinoccios.[3] Se volvía triste y melancólico durante los dos o tres primeros días de la Luna, porque entonces no aparece a nuestros ojos, la lloraba como si nos hubiera sido arrebatada. Los egipcios suponían también que el cinocéfalo había indicado a Isis el cuerpo de Osiris que buscaba, ponían a menudo a este animal detrás de este dios y de esta diosa.

Todos estos razonamientos son propiamente alegóricos, la verdad de todo esto es que el cinocéfalo era el jeroglífico de Mercurio y del mercurio filosófico, que debía de acompañar siempre a Isis, como su ministro, porque, como hemos dicho en los capítulos de estos dioses, sin el Mercurio Isis y Osiris no pueden hacer nada en la obra. Hermes o el Mercurio filosófico al haber dado ocasión, por su nombre, de confundirlo con el mercurio filosófico, del que se supone inventor, no es sorprendente que los egipcios y los autores que no estaban en el caso, hayan confundido la cosa inventada con su inventor, puesto que llevaban el mismo nombre, y en consecuencia hayan tomado el jeroglífico del uno por el jeroglífico del otro. Cuando el cinocéfalo está representado con el caduceo, algunos vasos o con una Luna creciente, o con la flor de loto o alguna cosa acuática o volátil, es entonces un jeroglífico del mercurio de los filósofos, pero cuando se le ve con una caña o un rollo de papel, representa a Hermes, que se dice ser el inventor de la escritura y de las ciencias y además secretario y consejero de Isis.
La idea de tomar a este animal por símbolo de Hermes ha venido de que los egipcios pensaban que el cinocéfalo sabía escribir naturalmente las letras que estaban en uso en el país, es por lo que cuando se llevaba a los sacerdotes un cinocéfalo para ser alimentado con los otros en el templo, se le presentaba un trozo de canilla o de junco propio para formar los caracteres de la escritura, con la tinta y el papel a fin de conocer si era de la raza de los que conocían la escritura y que sabían escribir. Horapolo hace mención de este uso en el capítulo 14 del primer libro de su interpretación de los jeroglíficos egipcios y dice que es por esta razón que el cinocéfalo estaba consagrado a Hermes.

[1] . S. Agustín, lib. 2 de La Ciudad de Dios, cap. 14.
[2] . Isidoro de Sevilla, lib. 8, último capítulo.
[3] . Horapolo, lib. 1, cap. 16.

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