Louis Cattiaux
“Física y metafísica de la pintura”
Introducción
Esta obra se ciñe voluntariamente a lo esencial que un artista pintor ha de
conocer de la técnica y de la inspiración de su arte.
La estética que depende de la cultura del artista y
del medio social que le baña no será aquí objeto de ningún juego analítico
gratuito.
Reservamos para los únicos críticos cualificados el
cuidado de comentar la obra que brota de las tinieblas del ser oculto.
Este libro tiene por objeto alentar a quienes
poseen el don innato a que realicen su obra, así como aclarar las cosas a
quienes se obstinan en creer que se puede penetrar el Arte por la astucia, por
la fuerza o por la mediocridad.
Los llamados tendrán que soportar, por amor a su
Dios, la pobreza y la soledad, sin buscar otro consuelo que su arte, a fin de
probar su vocación y mantenerse íntegros hasta el día incierto del triunfo
electivo.
Incluso cuando la prueba toma el cariz de un
exterminio, como es el caso en determinados períodos críticos de nuestras
sociedades actuales, el artista ha de sobrevivir ante cualquier tentación del
mundo, venga del abandono o de la gloria, de la miseria o de la opulencia; para
ello sólo dispone de un medio: «el olvido de sí mismo» en el amor desinteresado
por su arte.
Para el artista, la prueba de la vida encarnada es
particularmente turbadora, pero esta jugarreta aparente es lo que le mantiene
despierto en medio mismo de la muerte del mundo que le rodea; su rebeldía no
tiene otra salida que la aceptación y el abandono en el mar de la vida sensible
que le arrastra y le sumerge.
Cuando haya renunciado a todo, lo poseerá todo. Tal
es la ley oculta y sabia, que sólo entrega el mundo a quien ya no podía seguir
siendo víctima de esa asombrosa posesión.
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