martes, abril 17, 2012

Arcana arcanissima-4, LA GENEALOGÍA DE LOS DIOSES Y LAS DIOSAS

LIBRO III

GENEALOGÍA DE LOS DIOSES Y DIOSAS:

UN ÁRBOL FILOSÓFICO QUE DESARROLLA INNUMERABLES

RAMAS DE HÉROES JEROGLÍFICOS


Desde los siglos más remotos los poetas y los historiadores han adoptado a los dioses y diosas de los paganos, y esto en la mayor parte del mundo. Querer emprender su refutación en nuestra época (casi la última) en la que la religión cristiana brilla (gracias a Dios) en todo su esplendor, equivaldría a querer destejer una tela confeccionada hace miles de años. Incluso probablemente el intento sería inútil; ¿no les parecería superfluo a los cristianos suficientemente confirmados en su fe? En cuanto a los escribanos paganos que lo han llenado casi todo de supersticiosas aventuras de los dioses (o de héroes que descienden de ellos) sólo puede parecerles imposible, por definición.

Así, que nadie piense que hemos redactado este tratado con la intención de resaltar la verdad de la doctrina exponiendo la falsedad de las divinidades paganas en flagrante delito. Pues todo esto ya se conoce desde hace mucho tiempo según la historia santa y sobrepasa toda puesta en consideración.

Sin embargo muchos elementos pueden ayudar, elementos que tomados aisladamente no tendrían efecto. Además, incluso con un Sol en su cenit, es permisible encender una pequeña lámpara en una casa privada para inspeccionar a fondo los lugares más oscuros. He aquí por qué pensamos que no sería injusto, que fuésemos recompensados por nuestro trabajo si elucidáramos, aunque fuera un poco, las genealogías de los dioses y diosas que por ellas mismas ya están suficientemente recubiertas y ocultas, y si las devolviéramos al verdadero origen del que han salido.

Pues contentarse con saber que las cosas o los personajes que durante mucho tiempo se han tomado por dioses no lo son, parece ser que no procura tanta luz al genio humano como el hecho de buscar más, basándose en las fuentes de la verdad, lo que los más sabios han debido y deben comprender por estas cosas y estos personajes, a partir del momento en que ya no se trata de dioses.[1] En efecto, nadie podría imaginarse que se hayan introducido vanamente o por azar.

Es por lo que en el primer libro y según el talento que nos ha sido concedido por el Dador supremo, hemos desvelado a título de prueba las principales doctrinas egipcias llamadas jeroglíficas.

En el segundo libro hemos recorrido las alegorías de los griegos, las más patentes y aquellas que indican al oro de manera más típica.

Ahora pasaremos revista a la familia dorada de los dioses y diosas. De ella deriva tal cadena con sus anillos, una numerosa progenitura de dioses y héroes que aún sufre el mundo actualmente.

En el libro VIII de la Ilíada, Homero enseña que todos los dioses, suspendidos en una cadena de oro, tratan de tirar a Júpiter desde el cielo hacia abajo.[2] Su intento fracasa. En efecto, si se suprime a Júpiter la mayoría de ellos desaparecería puesto que él es su primogenitor. Así tiene en propiedad más peso y autoridad que todos los otros ya que el imperio del mundo, como dice la fábula, proviene de él. Todos los paganos lo han honrado como al más grande de los dioses.

Sin embargo no se dice que haya nacido de él mismo, sino de padres anteriores al tiempo mismo. Entonces vamos a empezar por ellos. Estos son Saturno y Rea. Pero tampoco a estos se les reconoce sin ningún origen, estos también han nacido de otros. Vayamos hacia ellos; estos son el Cielo y la Tierra.

I. LA CREACIÓN DEL MUNDO, EL CIELO Y LA TIERRA

Los paganos que no tenían el fundamento de la tradición y el conocimiento de las Escrituras santas, a partir de las densas tinieblas del espíritu humano han concebido diversas opiniones sobre Dios y sobre las partes del mundo. Algunos han contemplado como eterna la causa primera, pero le han añadido el mundo como una realización que le era contemporánea. Es el caso de los peripatéticos con su Aristóteles.

Otros han dicho que la causa eficiente era un Dios eterno que había creado el mundo no de toda la eternidad sino voluntariamente en el tiempo. Es lo que enseñan los platónicos con el divino Platón, cuyo parecer tiene más afinidad con los cristianos que el de los otros filósofos.

Algunos han imaginado que el mundo fue hecho por azar en el choque de los átomos.[3]

Otros han inventado que algunas partes eran hechas muy pequeñas, unas junto otras, dicho de otra manera, que eran coaguladas como la manteca a partir de la leche. Así los arcadios se jactaban de haber existido antes que la Luna.[4]

Y otros que se esfuerzan en resolver esta cuestión: “¿ha sido el huevo antes que la gallina o la gallina ha existido antes que el huevo?”, enseñan curiosos nacimientos de hombres o de animales como el de los ratones en Egipto, que ya hemos relatado en el primer libro. No reconocen al Creador del cielo y de la tierra que lo ha hecho todo de la nada, han pensado que todos los animales así como los vegetales habían surgido espontáneamente de una mezcla de tierra y agua diversamente proporcionada a la que se le adjuntaron el aire y el fuego. Para ellos el cielo y la tierra no tienen origen y han existido siempre. Es por lo que incluso si los tenían como obras fabricadas, o creadas, por miedo a verse forzados a confesar también su causa eficiente avanzando así al infinito, los han tomado por los primeros dioses no engendrados.

El cielo abrazó al aire y la tierra contenía el agua, es decir, el Océano y los mares. Además de esto decidieron que los ríos, los manantiales, las montañas y los vientos eran contemporáneos de la tierra y el cielo, o parientes o emparentados, o bien, lo que es más creíble, que habían nacido del primer lecho. De ahí viene que del Cielo y la Tierra provenga el nacimiento de todos los dioses y de todas las cosas.

Pero aunque no sea necesario dar una respuesta en oposición a tan frívolos y absurdos preceptos, en pocas palabras vamos a dar unas buenas nociones que desbaraten su intención.

Si el hombre siempre proviene del humano de sexo doble, si los otros animales se hacen de su propia simiente y los vegetales de sus semejantes, y eso tiene lugar en el tiempo para cada uno de los individuos, entonces ninguno de ellos es producido por azar y no hay nada de eterno en cuanto a los individuos e incluso en cuanto a la especie. Y lo que es verdad para las partes no hay razón alguna para que no sea muy verdadero para la totalidad. Se considera que la primera proposición es verificada por la experiencia y la razón del encadenamiento es conocida puesto que todo lo que nace de la simiente de su especie nace por la naturaleza y no por azar. Pues lo que en los individuos es nacido en el tiempo no puede ser dicho eterno después. De lo que se deduce que la segunda proposición también es verídica. Es así como el hombre y los otros animales, vegetales y todas las partes de la tierra y del agua, las especies y lo que contienen, el aire y todo el cielo con sus contenidos no han sido eternos sino que han empezado en el tiempo. Y esto no de ellos mismos. Entonces de otro. ¿Quién es este otro? ¡El Dios de los dioses, el Creador de las criaturas!

Dejemos aquí de lado los otros argumentos, que son conocidos, y consideremos ahora aquellos que se han creído ser los primeros, los grandes dioses: el Cielo y la Tierra, con su linaje.

No negamos que algunos paganos de entre los más sabios, ante esta cantidad de dioses que finalmente era necesario reducir a la unidad de la causa primera, han asimilado a casi todos los dioses a los elementos del gran mundo y así han renunciado tácitamente a la pluralidad de las divinidades. Entre estos Varrón que ha velado enormemente para que los dioses no parecieran excesivamente legendarios. Pero como esta opinión contiene muchas absurdidades que no estaban en la intención de los autores que fueron los primeros en introducir en Grecia esta genealogía de los dioses originales de Egipto, la rechazamos totalmente.

Así, el Cielo y la Tierra engendraron a Saturno y Rea. Después a Titán, Jápeto, Tetis, Ceres, Temis y los otros que enumera Hesiodo.[5]

De Saturno y Rea nacieron Júpiter, Juno, Neptuno, Glauca y Plutón. De Saturno y Fílira vino Quirón. De las partes genitales de Saturno nació Venus. De Juno sola, Hebe.

De Júpiter solo, que había devorado a su esposa Metis, salió Palas, extraída de su cabeza. De Júpiter y su esposa Juno, Vulcano y Marte. Júpiter con Latona como concubina tuvo a Apolo y Diana. Con Maya tuvo a Mercurio. De Sémele tuvo a Dionisos. De Danae a Perseo. De Alcmena a Hércules. De Leda a Pólux y Helena, Castor y Clitemnestra de unos huevos dobles. De Europa a Minos y Rodamante. De Antíope a Anfión y Zeto. De Talía a los hermanos Pálicos. De Ceres a Proserpina. Y estos sólo son los principales hijos de Júpiter entre muchos otros que omitimos aquí.

Sólo trataremos de los principales. Después tocaremos a algunos de sus nietos y biznietos más significativos, la mayor parte provenientes de los hijos (en número de ochenta) que Neptuno tuvo de diferentes Ninfas, y también otros que hemos omitido con tal de abreviar.

No negamos que el Cielo y la Tierra se hayan acoplado, mientras que se tome la cosa en un sentido natural, es decir, si se toma el cielo por el agente y la tierra por el paciente, siendo aquel la forma y esta la materia, y si son creadas las cosas como deben serlo, proviniendo cada una de su simiente.

Por el contrario, si se le da un sentido sobrenatural, o si se toma la historia por lo que suenan las palabras, es decir, por un acto de generación o coito, según nuestra opinión, es preciso cuidar este fantasma con eléboro[6] si se quiere extirparlo; por la razón o con cualquier argumento, sea el que sea, no se conseguirá.

Es curioso que los sabios paganos hayan desvariado con tal quimera. Atribuir testículos al Cielo, padre de Saturno. Que este último se los haya amputado por miedo a que le nacieran otros hijos. Jamás nadie en los asilos ha delirado tanto como esos sabios. Respecto a Dios nadie ha abrazado una opinión menos verídica que estos “teólogos”, si los dioses permiten que los llame así. Más ellos responderán: esto se ha hecho con razón, si el Cielo ha sido castrado es para evitar que engendrara otro cielo y otra tierra. Sin embargo si todo semejante engendra a su semejante, Saturno y Rea y los otros pequeños saturninos, sus hijos, serían nuevos cielos y nuevas tierras, y no obstante nadie lo admite así. Al contrario, lo más corriente es que de Saturno hagan el tiempo, de Titán y Jápeto hagan no se qué genitores, de Tetis una diosa marina, de Ceres la diosa de las cosechas, y de Temis la diosa de la justicia.

II. SATURNO

Veamos primero a Saturno y examinemos al padre partiendo del hijo, o a los descendientes partiendo de este padre; a este Saturno los Antiguos lo describían como a un viejo pálido y encorvado. En una mano llevaba una guadaña y un dragón mordiéndose la cola. Con la otra mano se metía en la boca a un pequeño niño y lo devoraba. Tenía la cabeza cubierta con un casco recubierto con una tela. A su lado cuatro hijos, entre los cuales estaba Júpiter que le cortó sus partes viriles, de donde nació Venus.[7] Cuentan que Saturno se hizo transmitir el poder a pesar de que era más joven que Titán. De pronto los hijos de este, llamados Titanes, le declararon la guerra. Se decidió que todo hijo varón que naciera de Saturno mediante Rea fuera suprimido. Es lo que empujó a Saturno a ordenar que se le trajera el recién nacido Júpiter. Pero engañado por Rea, en lugar del niño recibió una piedra envuelta en una mantilla que al instante devoró en lugar de Júpiter. Y Júpiter fue llevado a otra parte en Creta, donde los coribantes lo criaron hasta que alcanzó la suficiente edad.

Neptuno y Plutón, al nacer, habrían escapado de la misma manera a la voracidad de Saturno; Rea le entregó una cosa diferente cada vez.

Pero Saturno también amó a Fílira, hija de Océano. Como Opis lo sorprendió en el acto se metamorfoseó en caballo engendrando así al más justo y prudente de los centauros, el que sería preceptor de discípulos como Jasón, Hércules, Aquiles, etc., se trata de Quirón.

Después Saturno recibió de su hijo lo que él mismo había inflingido a su padre: la castración y pérdida del poder, según la regla que dice que se es castigado con aquello mismo en lo que se ha pecado. Es entonces cuando se dice que el hijo del Cielo vino a refugiarse en Italia.

De todas maneras es sorprendente que una porción de tierra tan exigua haya podido contener al hijo de un padre tan grande y que esta lo haya acogido con hospitalidad mientras que era un exiliado latente (de donde se ve que la palabra Latium ha tenido origen).[8] Pero si los paganos han querido fabricar estas cuchufletas es para referir al menos los nombres, las fundaciones y los gobernantes de sus reinos y sus ciudades a algún dios muy antiguo. Así se les creería nacidos y descendientes de dioses y no de hombres.

El emplazamiento de Saturno era honrado en otro tiempo con cirios encendidos y estos cirios eran colocados por los más ricos. En efecto, Saturno parece haber sido o haber designado la antorcha de la vida humana, y se le tenía por el inventor de muchas de las comodidades. En honor de este dios se celebraban las Saturnales entre los romanos, que eran unas fiestas en las que los amos servían a los esclavos.

Lo que merece ser mencionado sobre todo es (como lo relata Natali Conti conforme a Trismegisto) que tres hombres plenamente sabios han florecido en el tiempo de Trismegisto: Cielo, Saturno y Mercurio.

Como ya se ha dicho, la mayoría han explicado a Saturno como el tiempo, en tanto que nacido del movimiento del cielo. Y se hace que uno al menos, Saturno, como el Cielo ha sido despojado de sus partes viriles. Este mismo tiempo lo devora todo y destruye a todos sus hijos generados en el tiempo y fuera del tiempo. Los devora, por así decirlo, sin perdonar nada, excepto quizás las piedras más duras. De donde se dice que Saturno expulsó una piedra vomitándola.

He aquí las cosas que pegan. ¡Bien! pero como se dice, hay en ello cuatro que cojean.

En efecto si Cielo es el padre del tiempo, Saturno, ¿Por qué la Tierra fue su madre? ¿Acaso la tierra ha concebido el tiempo? ¿Qué función tiene la tierra en la producción del tiempo? ¿Qué es el cielo si no se tiene en cuenta el movimiento de los planetas? ¿Qué pasaría si el cielo estuviera inmóvil y sólo los planetas se movieran? ¿Provocaría esto la inexistencia del tiempo? ¿Por qué no tomar más bien al Sol por el tiempo o por el padre del tiempo, mejor que Saturno o el Cielo, este Sol que causa el año, el día y la noche, el verano y el invierno y las otras alternancias del tiempo?

¿Por qué se representa a Saturno cojo mientras que el tiempo es tan rápido que posee alas más ágiles que los vientos? ¿Por qué se hace de él un viejo mientras que el tiempo no envejece y más bien representaría un hombre joven? Pues así como la llama de fuego es siempre nueva sin menguar durante el menor lapso de tiempo, sino que al contrario siempre sucede una nueva a la precedente, incluso el tiempo y su momento[9] al que se llama precisamente “ahora”, rejuvenece siempre sin sufrir la menor vejez.

El dragón que lleva Saturno ¿no haría más bien referencia a la juventud que al círculo del año, puesto que se desnuda de su piel? ¿No sería esta serpiente de la misma especie que aquellas que se asignan a Mercurio, Esculapio, al jardín de las Hespérides y a los otros lugares señalados anteriormente? ¿Verdaderamente este animal podría indicar la redondez del año, pues allí uno concuerda entre dos adversarios irreductibles y otro parte la prudencia del espíritu o la extrema vigilancia?

La verdadera razón de este jeroglífico es la que Basilio expone de esta manera:

Yo Saturno, el más alto de los planetas en el firmamento, doy testimonio ante vosotros, Señores, que entre vosotros soy el más inútil y el más vil, que tengo un cuerpo deforme y corruptible, de color negro; que estoy expuesto a las injurias de numerosas aflicciones en este valle de miserias, pero soy, por tanto, al que todos ponéis a prueba. En efecto, no tengo morada permanente, y arrebato conmigo a mi semejante. La causa de mi miseria no es imputable a nadie a no ser al inconstante Mercurio que por su descuido y negligencia ha inflingido este mal.[10]

Él mismo relata que ha contraído numerosos defectos por culpa de su nodriza, que es cojo de un pié, pero que se ha vuelto dócil de espíritu, sabio, sutil y circunspecto, a fin de poder vencer a cualquiera en la guerra excepto a dos que serían superiores a él en riqueza y en potencia.[11]

Si se le ve pálido y encorvado ciertamente es a causa de su mala digestión. Si lleva una guadaña es porque pone a prueba a todas las personas.[12] Lleva un dragón porque puede renovarlos o bien renovarse a sí mismo. En cuanto a la razón de que el dragón devore con la cabeza su cola se encuentra a menudo en muchos autores, no es otra cosa que lo que cualquiera pueda ver allí. Que considere la diferencia con esta y notará cuán alejadas están las monedas de bronce de los altramuces[13] y las de oro de las de plomo.

Saturno devora a los hijos que ha engendrado; si alguien quiere tomar a estos hijos por los cuatro elementos o por otros cuerpos, es parecido.

Tiene la cabeza recubierta con un casco porque es fuerte en la guerra, pero por encima de este casco además tiene una tela de poco valor. Así se menosprecia su fortuna.

Pero ¿qué significa esta guerra con los Titanes? Que de entre sus congéneres es a Saturno ciertamente a quien hay que elegir para reinar, porque él los sobrepasa sino en edad sí en sabiduría y autoridad.

Para que le nazca Júpiter con Juno devora y digiere una piedra. ¡Que gran ficción para un tan gran dios, si no hubiera allí algún secreto! Pero que se vea aquí a esa piedra sobre el Helicón donde se la ha dejado como monumento.

La lascivia[14] de Saturno que fue expulsado ¿es la causa de toda lascivia en la naturaleza, esta lubricidad de la que Venus habría nacido tan bella y que es inherente a todo lo que se reproduce? ¿Han provocado las bolsas de Saturno tan gran ventaja para el mundo?

¡Oh, demencia humana, que se te recibe con el reír de Demócrito! ¡Oh ceguera de los espíritus, que se te deplora por los lloros de Heráclito, si los paganos han pensado realmente que los dioses han perpetrado un tal crimen hacia sus dioses, y que un hijo ha cometido este con su padre! A decir verdad, nos cuesta suponerlo de todos aquellos autores, sean cuales fueren, que nos han dejado suficiente testimonio de ello.

Comúnmente los autores comprenden por Saturno la negrura que sobreviene al comienzo de la obra; así lo mencionan en numerosos pasajes donde tratan de la serie de planetas.

Después la castración de Saturno por Júpiter la toman, y no erróneamente, por el alejamiento de esta negrura que se produce por esta jupiteriana blancura sombría o cenicienta que le sigue.[15]

Natali Conti enjuiciando a aquellos que tratan de la quymia, toma a este planeta con antipatía:

Además, como a cada planeta se ha atribuido un metal según cierto parecido, estos verdugos de los metales que son los artistas químicos han trastornado esta fábula refiriéndola casi toda a su arte mientras que confiesan que Géber, Hermes y Raimundo[16] quieren imitar a los platónicos. Según ellos, si los Antiguos han inventado que Júpiter ha cortado las partes genitales de Saturno con una afilada hoz lanzándolas al mar, y que Venus ha nacido de la espuma que ha resultado de ello, es porque Saturno es una cierta sal, padre de Júpiter, es decir, de la sal preparada que se hace de él por preparación. Pero visto que cuando Júpiter se manifiesta en el vaso de vidrio se resuelve en un agua muy penetrante y tenue a causa de la fuerza del fuego que se toma igualmente del mismo Júpiter (puesto que lleva consigo las partes viriles, cortando y separando el azufre interno oculto en la sal) las partes genitales recaen en el vaso que está allí para recibirlas. He aquí por qué se dice que las partes viriles de Saturno han sido amputadas y que cuando la sal cae en el agua como en el mar, de esta sal y del azufre nace Venus.

Así estos verdugos de los metales se esfuerzan en cogitar sobre estos artificios y otros del mismo género, que les permitirán transmutar los metales en otras formas aterrorizados por la forma más horrorosa de la pobreza, y teniendo continuamente en el espíritu esta sentencia del muy encantador poeta Timocles que dice: “La plata es para los mortales una sangre y un soplo. Es bello no estar en algún recurso cualquiera, tal sombra de muerto circula entre los vivos”.

Pero te ruego escuches unas palabras querido Conti: ¿tanto te molesta la estrella de Saturno para que acometas así a todo el arte químico tomándolo por un sueño a causa de la interpretación que uno u otro habría dado de las fábulas que no gustan a tu paladar?

¿Es únicamente a causa de aquel que ha escrito así sobre Saturno (quizás apuntas a este italiano, Bracesco) y que ha aplicado esto al arte químico alguna vez?

¿Es por esto que no hay ninguna verdad en la quymia? Entre tanto él ha comprendido que estos datos que tú tuerces para hacer moral, conciernen más bien a la quymia y a los arcanos de la naturaleza.

¿A ti qué si la quymia es verdadera contra tu prejuicio a la vez que contra tu comprensión? ¿La vuelves falsa porque la juzgas de otra manera o porque no la comprendes? ¡No lo conseguirás nunca, vamos!

Mi discurso no va sobre los verdugos de los metales sino sobre el arte químico que realiza la medicina de oro, aunque no fabrique oro y no maquine nada contrario a la naturaleza.

A esos márcalos con hierro al rojo como falsarios, incluso si no están ávidos de verdad y no sean de tu parecer.

Pero ¿Qué pasa si aquel que trata las realidades químicas realiza una medicina que le permite curar a los enfermos? ¿No merecerá su salario o su precio? ¿No es conveniente que por este medio escape a la pobreza? No hay nada extraño, pues, en lo que hacen a su manera (legítima) aquellos que tú llamas verdugos de los metales.

Lo que está claro es que algunos de entre ellos (hablo de los verdaderos) han extraído más verdad de los metales que la que tú hayas podido arrebatar de las fábulas, ¡y no digamos nada de su utilidad!

Géber, Hermes y Raimundo no fueron platónicos. Los imita quien puede, no por su fachada sino por su obra.

Nosotros no tomamos a Saturno por el azufre o la sal; si embargo afirmamos que su color aparece antes de que el azufre filosófico aparezca realmente. Lo que se comprende por sus órganos genitales lo hablaremos más extensamente cuando expliquemos a Venus.

Hay los autores antiguos que quieren que Saturno haya reinado en Egipto y que haya desposado a su hermana Rea. De su unión nacerían Júpiter y Juno los cuales habrían tenido cinco hijos.

A Saturno se le atribuye la llave y la vara, probablemente porque tenía alguna cosa en común con el Jano de dos caras (que es la “puerta”, ianua, del año) con el cual habría vivido.

No se conocen suficientemente las comodidades inventadas por Saturno ni el por qué se le llama “antorcha de la vida humana”, a menos que la causa sea secreta.

Así mismo ¿por qué este ritual tan ridículo en las fiestas de Saturno donde los maestros debían servir a los esclavos que obtenían cada uno la libertad de palabra?[17]

Es porque este planeta, el más alto, sufre la conjunción con el más bajo y el medio. Así lo expresa Avicena:

Y así como el Sol tiene más vigor dando su fuerza hasta Saturno y abajo hasta la Luna, así mismo el oro es más precioso que los otros. Y así, como todas las cosas celestes están mezcladas a las terrestres, envían su fuerza de arriba hacia abajo: pues la fuerza de las cosas terrestres tienden a subir hacia arriba, y la fuerza de arriba a descender hacia abajo. Y así como no puede ser que Saturno haga su curso con el Sol en el mismo signo, así no puede suceder que este magisterio extraiga oro del plomo. Pero comprende lo que queremos decir: es que una vez que tú tienes la razón no puede ser que no haya magisterio.[18]

El Rosario y Emagino en la Turba afirman lo mismo: que el Sol da su luz desde arriba hasta la Luna, y después mira todas las cosas, tanto las superiores como las inferiores; y que mientras que el esplendor de Saturno suba en el aire sólo aparece como tenebroso, y Mercurio va al encuentro de los rayos del Sol.[19]

En cuanto a lo que relata Trismegisto de los tres célebres sabios de su tiempo: Cielo, Saturno y Mercurio, esto convence a todos los paganos de su falsedad. Pues ¿cómo puede presentarse a estos tres personajes como habiendo vivido en el mismo tiempo si no es alegóricamente? Pero es suficiente al respecto.

Los hermanos de Saturno son Titán, Jápeto y otros. Sus hermanas son Tetis, Ceres, Temis, y si hay otras sería muy largo enumerarlas aquí, además de que no serviría a nuestra intención de tallar cada cosa hasta lo vivo. Sin embargo en la medida que sea necesario las iremos mencionando suficientemente.

III. LOS HIJOS DE SATURNO

1. JÚPITER, JUNO Y PLUTÓN

Vayamos ahora a la elucidación de las hazañas y los jeroglíficos de los hijos de Saturno: Júpiter.

Sustraído de la voracidad de Saturno, Júpiter fue deportado con los dáctilos[20] del monte Ida en Creta. Allí se le educó y fue alimentado por una cabra, abejas y diferentes nodrizas. He aquí el resumen de lo que se lee en diversos autores de las fábulas: nacido en Tebas en Arcadia entre los mesenios, habría sido arrebatado a Saturno en Beocia y su educación fue confiada a los coribantes en Creta. Estos cubrían los lloros del niño simulando sacrificios con gran estruendo de címbalos y tambores. Tuvo como nodrizas a Adrestea y a Ida, hijas de Meliseo y hermanas de los curetes, es decir, de los dáctilos. Cuando fue adulto Titán se dio cuenta de que se criaba a los hijos de Saturno clandestinamente, contrariamente al juramento y las leyes, y se inflamó de cólera, él y sus hijos los Titanes. Capturó a Saturno y a Opis y los dejó en prisión bajo una buena vigilancia. Pero Júpiter venció a los Titanes y liberó a su padre. Después Saturno organizó emboscadas contra Júpiter pues empezó a desconfiar de su apoyo. Entonces Júpiter destituyó a su padre del reino, lo ató con una cuerda de lana y lo echó al Tártaro. Finalmente le amputó sus partes viriles con la misma hoz con la que él había castrado a su padre Cielo. Se dice que la hoz fue tirada en la isla de Drépane y las partes sexuales al mar, de donde nació Venus.

A esta victoria de Júpiter sobre los Titanes y sobre su padre Saturno asistieron los otros dioses. Apolo cantó su victoria tocando la cítara, vestido con una toga púrpura y coronado con laurel. Se relata que fue entonces cuando Júpiter propuso a Vesta (gracias a la cual había obtenido el poder) que escogiera lo que más quisiera. Esta eligió la virginidad y las primicias de los sacrificios.

Según el rumor, Baco también tomó parte en esta guerra contra los Titanes que lo cortaron a trozos, y Palas llevó su corazón aún palpitante a Júpiter.

Después los Gigantes se dirigieron contra Júpiter que los dispersó con su rayo. Entre estos Gigantes estaba Egeón (que tenía cien manos y cincuenta cabezas). Se había propuesto echar a Júpiter de su trono. Este lo mandó bajo el monte Etna. Así cada vez que se movía de lado el Etna vomitaba llamas.

En cuanto a Juno se dice que nació con Júpiter en un mismo parto. Fue educada por las Horas. Otros dicen que lo fue por Océano y Tetis.

Empujado por el deseo de poseerla, Júpiter se transformó en cuclillo atrapado en una tormenta. Tiritando de frío vino a refugiarse en el regazo de Juno. A penas lo había recubierto con su vestido retomó su primera forma y la abrazó para luego desposarla.

De Juno y Júpiter nacieron Marte, Argeo, Ilitia y Hebe. Otros añaden a Vulcano. Pero Luciano imagina a éste nacido de Juno en una concepción que le sobrevino sin el comercio con macho…

Para los antiguos Juno era la diosa de las riquezas. La leyenda cuenta que un día Júpiter la suspendió desde lo alto atándole luego dos yunques en los pies, las manos se las había atado con una cuerda de oro. Los otros dioses soportaron mal el tener que ver a Juno así pendiendo en el éter sin poderla liberar.

Se le atribuyen catorce ninfas. Se le consagra el pavo real. He aquí el motivo: Argos, muerto por Mercurio a causa de ella, había sido transformado en esta ave.

En otras circunstancias se le ha consagrado como ave la oca y como animal la vaca. Esta formó parte de los jeroglíficos egipcios e indica a Juno.

Natali emplea la misma técnica para las fábulas de Juno que para las de Saturno. Según él, los artesanos químicos se han esforzado en acercar algunos rasgos a sus fuegos y a sus vasos:[21]

Según ellos Juno es hija de Saturno y de Opis, hermana y esposa de Júpiter, nació antes que Júpiter pero en el mismo parto. Es la reina de los dioses, diosa de las riquezas, preside los partos y los casamientos. Lo que se llama Juno no es otra cosa que el agua de mercurio. Es hija de Saturno por la sencilla razón que es de él y de su tierra que ella se destila y fluye; esta tierra da los recursos, es decir, el oro químico que destilan juntos Juno y Júpiter, es decir, el agua de mercurio y la sal abandonada en el fondo del pequeño vaso de vidrio y del vaso. Pero como la primera en manar del pequeño vaso es el agua de mercurio, Juno nació antes que Júpiter, etc.

He aquí quien insinúa que estas fábulas de Juno y de Júpiter eran conocidas por numerosas personas que se dedicaban a la quymia y que estas gentes sabían sobre qué sujeto se las había inventado e introducido, aunque todos no las interpretaran de una misma manera y cada uno hiciera una interpretación diferente según sus materias y sus maneras de operar. Pues ellos están de acuerdo en este punto, a saber, que en estas pinturas jeroglíficas hay vestigios de una muy antigua filosofía química usada entre los egipcios y entre los griegos y que estas imágenes eran propagadas y repetidas en los libros de casi todos los poetas pero sólo eran comprendidas por muy pocos, y aún superficialmente.

En cuanto a Júpiter ¿qué es él y qué sujeto indica? He aquí un versículo conocido y citado entre los poetas y que lo hace discernir:

Júpiter, Plutón, el Sol y Dionisos, son lo mismo.[22]

Así pues, si Júpiter debe comprenderse como idéntico a Plutón y a los otros, veamos primero a Plutón.

Se dice que es hermano de Júpiter, igualmente nacido de Saturno y Opis. Combatió del lado de Júpiter y tras diferentes victorias y dichosas hazañas con éxito repartió el gobierno de los territorios con Júpiter y Neptuno echándolo a suerte. Es el imperio de las Españas que le tocó, con todas las regiones de Occidente. De lo que Estrabón dice:

Ha transmitido en la memoria que Plutón era el dios de la opulencia y que había habitado en Iberia tras los Pirineos.[23]

Se le dibuja montado en un carro tirado por caballos negros. Se le llama Plutón porque da las riquezas.[24] Ha llevado una vida de celibato, sin hijos. Es el único de los dioses que ha estado en este caso; ninguna diosa podía sufrir hacerse su esposa vista su deformidad y su oscuridad. Sin embargo secuestró a Proserpina, la hija de Ceres, y se la llevó en un carro hasta el río Chémaro en Sicilia y de allí a sus reinos subterráneos.

Poseía un perro de tres cabezas llamado Cerbero, al cual inmoló un toro. Se le dedicaban coronas hechas de narciso, adiante,[25] y ciprés.

Se le representa llevando como insignia las llaves, así como Júpiter tenía un cetro y Neptuno un tridente. Y Estrabón afirma:

En las riberas del río Córalo, donde tenían lugar los ritos sagrados pambeotianos, fue erigido, por alguna razón mística, un altar común a Plutón y Palas.[26]

Esto en cuanto a Plutón. Lo que concierne al Sol y a Dionisos y lo que se refiere a este, se hablará más adelante.

Así pues, Júpiter y Juno son hermano y hermana, marido y mujer, el agente y el paciente: se comprenden, pues, en un solo sujeto del que Saturno y Rea, Osiris e Isis eran arquetipos y personajes jeroglíficos de semejante condición.

Como esta cuestión se ha dilucidado suficientemente más arriba no hay necesidad de repetirla aquí.

Pero ¿por qué razón este sujeto se cubre de tantas fábulas? Pensemos que esto se ha hecho en parte para manifestar una cosa oculta, y en parte para mostrar cual era el poder de Júpiter tal como se cree.

Le ha substituido una piedra, y es esto lo que conviene. Se confía su educación a los sacerdotes que lo ocultan con el ruido de los címbalos. En efecto, si no es unido al bronce filosófico y si no es alimentado con él, por así decirlo, en un solo vaso, todo el trabajo está perdido.

Sus nodrizas son las hijas de Meliseo, o como otros dicen, de las abejas,[27] porque estos insectos volátiles van y vienen ascendiendo y descendiendo alrededor del feto, es decir, del hijo filosófico.

Vence a los Titanes, es decir, las exhalaciones humosas que lanzan puntas.

Aleja a su padre Saturno del poder: tras la negrura llega la blancura jovial.[28] Amputa sus partes viriles: es este famoso azufre del que la negrura y su propia generación proceden.

Apolo ha cantado su victoria vestido con una toga púrpura. Es porque cuando aparece el color púrpura ha llegado la victoria, después de Júpiter.

Por Vesta se comprende el fuego. Su beneficio ha permitido a Júpiter alcanzar el poder. Se otorga a Vesta el voto de conservar siempre la virginidad puesto que el fuego siempre es nuevo, puro e inmaculado como una virgen. Aunque esto era un jeroglífico para los egipcios y los griegos, entre los romanos fue adoptado como algo de lo más religioso, puesto que tantas vírgenes, las vestales, mantenían para Vesta un fuego perpetuamente encendido, así como su virginidad. Las historias dan testimonio de ello.

La manera en que Júpiter se apodera del amor de Juno para conseguir desposarla es absurda si se toma la cosa por lo que suena la letra. Por el contrario, si se tiene en cuenta su sentido oculto, es el pájaro que pondrá en nuestra puerta la relación de la cosa con la naturaleza: el cuclillo pone sus huevos en el nido de un pequeño pájaro, y este, en recompensa por haberlo alimentado, se deja devorar por el que ha salido del huevo en su nido. ¡Que horrible señal de ingratitud!

Inventar tales costumbres para atribuírselas a los dioses y diosas parecería extraño incluso a la raza más insensata. Pero las alegorías de este género ponen a estos autores fuera de causa en ocurrencia porque, en el magisterio filosófico, la madre es devorada por su hijo y la hermana por su hermano.

Así Llull dice:

Toma una cosa vil y hazla abrazar a sus padres hasta que estos revienten profundamente y estén como muertos.[29]

La plata viva es causa de su propia muerte, pues se mata a sí misma, y después mata a su padre y a su madre, y les extrae el alma de sus cuerpos y se bebe todas sus humedades.[30]

Juno es tenida por la diosa de las riquezas. Es por lo que Júpiter ha puesto una ligadura de oro en las manos de la diosa y la ha suspendido en alto por los pies. En efecto, puesto que Júpiter y Juno son agente y paciente, fijo y volátil, ésta, vista su volatilidad, es a veces suspendida en el aire, mientras que sube y se adhiere a la parte superior.

La ninfa, ella misma se ha atribuido las porciones acuosas; en cuanto al pavo real, se refiere a los diferentes colores que se suceden, según la proporción de la materia volátil. Pues cuando el todo permanece fijo no hay más que un solo color no cambiante.

En cuanto a Mercurio, había matado a Argos con una piedra, del que se figura que sus cien ojos fueron implantados por Juno en la cola del pavo real.

Plutón también es un dios de opulencia pues en los lugares subterráneos e infernales, en los cuales preside, es donde se buscan las riquezas. Se le consagra el toro, es decir, el Apis egipcio, puesto que la intención es la misma. Habita en los Pirineos puesto que es el primer lugar donde los fenicios han buscado los metales en Europa, como se ha dicho anteriormente. También es allí donde Hércules fue a buscar los bueyes. Si allí está el Cerbero con sus tres cabezas como guardián y las llaves como insignia, es porque sin su llave no se puede obtener nada. Ha arrebatado a Proserpina y la ha llevado hacia el río Chémaro para que el agente no aparezca sin el paciente.

En cuanto a la causa mística por la cual Plutón y Palas han tenido un altar en común no la vamos a olfatear poco. Pues si el palacio de Plutón se le abre a alguien y a esto se le añade el artificio de Palas, entonces es cuando se confecciona este supremo medicamento que se busca y que, agenciado por el arte de Palas a partir del don de Plutón, abre los admirables misterios. En efecto, la reunión de Palas con Vulcano, Prometeo o Plutón es siempre portadora de augurio y designa algo místico, como lo vamos a señalar suficientemente por todas partes.

2. NEPTUNO Y SUS DESCENIENTES; QUIRÓN

Neptuno, tercer hijo de Saturno recibió en suertes el gobierno del mar y de las islas. Como esposa tenía, además de diferentes concubinas, a Amfitrite que le dio un gran número de hijos. Tuvo a Fénix de Libia.

De Pirene tuvo a Io como hija. Para que si hiciera invisible, Júpiter la encerró en una niebla y como Juno se introdujo allí la transformó en una vaca blanca. Finalmente, una vez muerto Argos, Juno la hostigó con la picadura de un tábano. Esto la forzó a atravesar a nado muchos mares de Europa y Asia hasta llegar finalmente a Egipto a las aguas del Nilo donde se dice que reencontró su forma humana. Los egipcios la han venerado bajo el nombre de Isis.

De ahí que se fabricara una estatua cornuda de Isis llamándola tanto Luna como tierra. Ya se ha explicado anteriormente que la vaca era la imagen jeroglífica de Isis y de Juno, como el toro lo era de Osiris y de Plutón.

Neptuno con Apolo construyeron las murallas de Troya. Él avanza con un tridente en una concha y con un sombrío vestido azul; tiene los cabellos negros y los ojos azules. Es tirado por cuatro caballos o, como dicen otros, cuatro vacas marinas. El mismo Neptuno tuvo dos hijos: Proteo, que lo tuvo de la ninfa Fénix, y Tritón de Amfitrite. Dos hijos de Proteo, Tmilo y Telégono, los mató Hércules porque habían asesinado a los huéspedes. Tuvo una hija, Idotea que enseñó a Menelao cómo podría atrapar a su padre Proteo, tal como lo relata Homero.[31]

Tritón es el que toca la corneta[32] y la trompeta de Neptuno. Su hija, la virgen Tritia, era sacerdotisa de Minerva. Abrazada por Marte engendró a Melánipo. Tritón tomó parte en la guerra contra los Gigantes del lado de Júpiter y provocó la victoria con una caracola que había encontrado, emitiendo un inaudito sonido que hizo huir a los Gigantes. La parte superior de su cuerpo hasta el ombligo era humana y la inferior hasta la cola era de delfín. Sus patas delanteras eran de caballo y su cola era doble con forma de Luna. Sus espaldas tenían un color púrpura.

Los romanos habían emplazado por encima del templo de Saturno un Tritón de gran tamaño, que soplaba en una corneta cada vez que se levantaba viento y ocultaba su cola en la tierra.

Entre las hijas de Saturno también tuvo a Glauca, nacida de Opis.

De Fílira, Saturno tuvo a Quirón que desposó a Chariclo, una hija de Apolo o de Océano o de Perseo. Su hija era Ociroe. Pero como su padre había tomado la apariencia de caballo yendo a encontrar a Fílira, por miedo a ser reconocido, Quirón había conservado la parte superior de su cuerpo hasta el ombligo humana y la parte inferior de caballo. Se dice que ya de adulto partió hacia los bosques y que fue el primero en observar las virtudes de los planetas.

Se le llama Quirón por su habilidad en la cirugía, es decir, la labor de sus manos. De Diana aprendió la manera de cazar en los bosques. Se le describe como maestro de Aquiles, Hércules, Jasón y Esculapio en lo que concierne al arte de cuidar y lanzar la jabalina; ya lo habíamos señalado. Pero un día manipuló con poca precaución las flechas envenenadas de Hércules. Una de ellas le hirió en un pie y murió de dolor por esta herida.

Proteo, Tritón y otros monstruos de este tipo inventados por los poetas lo que indican es la materia filosófica. Lo hemos dicho por aquí y por allá hasta ahora y lo vamos a seguir diciendo. Por Cerbero, la Quimera, la Esfinge y los dragones, hijos de Tifón y Equidna, es lo mismo.[33]

Hemos dilucidado el problema de Quirón en las artimañas de “Jasón”. Hemos dicho que era maestro de muchos héroes y que les había enseñado los trabajos manuales, es decir, la práctica que concierne a la búsqueda de la medicina de oro.

3. VENUS

Veamos ahora otro prodigio engendrado por Saturno, pero sin defecto de naturaleza, es decir, Venus.

Según lo que se relata su nacimiento es hiperfísico. Puesto que proviene de las partes genitales de Saturno lanzadas al mar, y de la espuma del mar. Por lo que los griegos la llaman Afrodita, pues άφρός significa “espuma”. Se presume que su concha llegó primero a Chipre, por lo que se la llama Cipria como si estuviera encargada del bronce ciprio.[34] Sobre su belleza y la manera en que sale del mar se puede consultar a los poetas y los pintores. Apeles[35] por ejemplo, en este tema expresa la más excelente fuerza de su arte. Ella es considerada la más bella de todas las diosas. Por ello obtuvo de Paris la manzana de oro que debía ser dada como voto a la más bella, prometiéndole a cambio la más bella de las mujeres, Helena.

Durante los siglos que siguieron la reputación de su belleza fue extendida de tal manera en las alegorías de los poetas griegos y romanos que se le ofrecieron sacrificios como diosa de la voluptuosidad y del amor. ¡Cuántos templos y cuántas instituciones le fueron dedicados! ¡Cuántas miles de lascivas mujeres fueron consagradas a su servicio, es decir, a la líbido! Esto fue hasta tal punto así que había un dicho que decía que no podía haber quien no fuera a Corinto, como si ver y visitar Corinto fuera la cosa más dichosa que pudiera suceder, Corinto es donde estaban consideradas como una maravilla tantas miles de prostitutas de Venus que atraían y atrapaban fácilmente a todo tipo de extranjeros con la seducción de sus encantos y de su voluptuosidad. Y desde entonces Venus, una vez tomada por una diosa tan benevolente hacia el género humano, no se encontró a nadie para declararle la guerra; nadie que no esté fuertemente aplicado a su culto o que no sea vendido allí.

Respetar a Marte como dios y otorgarle honor parecería una cosa contraria a la naturaleza humana pues se cree que se alegra con la efusión de sangre y con la muerte. Al contrario, reconocer a Venus como diosa y testimoniarle respeto por la voluptuosidad era juzgado como algo amable y agradable a todo tipo de gente. De donde se ha dicho que Venus amaba la paz y Marte la guerra, que uno era causa de muerte y la otra de vida. Pero en este dominio como en otros, se ha de deplorar la ceguera del espíritu humano que no ha podido discernir lo lícito de lo ilícito y el bien del mal.

Venus no había sido introducida por los primeros egipcios y los griegos en tanto que líbido, sino como hija de Saturno (cuya hermana es la Verdad, ocultada en un profundo pozo). Ciertamente ella era muy bella y excitaba el fuego en nuestro sujeto, es decir, el amor y el deseo de propagarse. Es esto lo que ha proporcionado ocasión a toda idolatría y al culto de Venus. Sí, ello era necesario, se podría demostrar que es así trayendo el testimonio de muchos autores. Pero nos contetaremos en proponer que lo que vamos a decir de Venus no se entiende de la líbido animal, o de la voluptuosidad y el deseo de coito, como hacen algunos mitólogos que explican las fábulas venusianas de una manera sucia. Partimos del principio de que no se trata para nada de la estrella celeste a la que se llama Venus, Héspero o Lucifer, el planeta que precede o sigue al Sol, ni del metal conocido comúnmente y que el pueblo de quimistas también llama por este nombre. Admitimos que se trata de un cierto sujeto filosófico sin el cual nada se puede realizar.

Hermes dice:

Venus dice: Yo engendro la luz, las tinieblas no son de mi naturaleza; y si mi metal no estuviera seco, todos los cuerpos necesitarían de mí. Porque yo los licuo, yo destruyo su rojez y extraigo su substancia. Pues cuando yo y mi hermano estamos unidos no hay nada mejor ni más venerable.

Por otra parte, un rey dominador dice a sus hermanos que son testigos: Soy coronado y adornado con una diadema, me visto con vuestro reino y pongo alegría en vuestros corazones. Soy echado en los brazos y en el pecho de mi madre y en su substancia y hago contenerse y reposar mi substancia. Compongo lo invisible a partir de lo visible. Entonces lo oculto aparecerá y todo lo que los filósofos han ocultado será engendrado de nosotros.[36]

Igualmente Flamel citando a Demócrito dice:

Haz pues, salir al día el cuerpo del bronce en cantidad conveniente como una cierta lengua oblonga. Después excita en él a Vulcano poniéndolo sobre los carbones irradiando luego con la sal de mina, luego con el ocre ático, continuamente, o bien decorando alternativamente la espalda y el pecho de la Pafiana,[37] ella se volverá mucho más bella, y rechazando el color glauco aparecerá totalmente dorada. Probablemente después de haber visto esto es cuando Paris prefirió a Venus antes que a Juno y a Palas.[38]

Y:

Venus, como un ser humano, posee un alma y un cuerpo. Es preciso, pues, desnudar la materia de su cuerpo para que por el espíritu tingente y permanente ella se acomode a la perfección de toda cosa buscada.

¿Quién es Venus? Visto que el ser humano es un cuerpo material, el alma es una parte tenue en ella misma que produce en la luz por el régimen, es decir, que es un espíritu que tiene el poder de tintar. Mientras que el cuerpo es grosero y material; este cuerpo terrestre tiene su sombra. Es esta sombra la que se ha de desnudar por un mago ígneo.[39]

Que esto sea suficiente. Cicerón, apoyándose en Varrón, el Orfeo romano, es decir, el teólogo pagano, pone en escena a muchas Venus como tenía costumbre de hacer con todos los otros dioses, diosas y héroes.[40] Pues como estos personajes son en realidad jeroglíficos y se les fabricó con intención para aquellos que reconocieran lo que se entendía bajo ellos, se dice que tal dios, diosa, héroe o heroína que provenía de ellos desciende de diversos padres en diferentes lugares, tiempos y circunstancias. Cada vez se ve que este es el caso. Entonces por miedo a que pareciera que había una fábula o una falsedad en la religión recibida, se encontró el remedio en distinguir a varios personajes. Esto permitía conciliar cosas muy diversas. Y digo yo que es así como Cicerón afirma en el lugar citado, que hubo tres Venus de diferentes orígenes. La primera nacida del Cielo y del Día, en un santuario en Élide. La segunda nacida de la espuma y habría engendrado con Mercurio al segundo Cupido. La tercera sería una procreación de Júpiter y Dione, y es esta la que se habría desposado con Vulcano.

En cuanto a nosotros sabemos que Venus no fue ni una diosa ni un ser humano, sino un personaje casi escénico extendido entre los egipcios para explicar nociones ocultas bajo estos nombres. Es por lo que los más antiguos han enseñado que había nacido de Júpiter y de Juno, al mismo tiempo que Osiris, Isis, Tifón y Apolo.

Pues que se diga que ha nacido de Saturno, Júpiter, Cielo u otra parte ella no es más que una y no varias como así lo han pretendido los más sabios de entre los paganos en sus delirios. Si los autores están de acuerdo en cuanto a ella, no se preocupan de las palabras. En efecto, dicen que los nombres existen a causa de las cosas y no las cosas a causa de los nombres.[41] Estos tienen la función de vestido y aquellas son los cuerpos vivientes. Es el relleno del que los vestidos están llenos lo que los amantes aman, dice el Cómico, y no el vestido mismo.[42] Igualmente los filósofos admiran y ponen atención al contenido de los nombres, es decir, sólo a las cosas y no a los nombres. Y así, sea lo que sea que se diga de los dioses no deja de ser una fábula. Lo que Cicerón puede distinguir en personas, cosas y tiempos lo hace con suficiente cuidado pero no en verdad. En efecto, sus distinciones llevan hacia las no entidades y a cosas manifiestamente falsas.

¿Ha nacido Venus del Cielo y del Día? ¿Ha acoplado el Cielo al Día con la susodicha Tierra? ¡Oh, médicos agujeread en medio de la vena! Cicerón delira por demasiada sabiduría: él hace tres Júpiter de los cuales los dos primeros han nacido en Arcadia, el primero tiene como padre al Cielo y el otro el Éter. En cuanto al tercero dice que tuvo por padre a un Saturno cretense.[43]

Del primero han nacido Proserpina y Liberto; del más antiguo Júpiter (rey de los Atenienses) y de Proserpina han nacido los Dioscures.

Igualmente veremos en su lugar que hubo cinco Mercurios, muchos Apolos, Cupidos, Bacos, Hércules, Soles, Lunas o Dianas.

Que me perdonen también los mitólogos si no explico a Venus como la lujuria o la libido, para eso ya hay muchos en el mundo entero. Pues si se discursea sobre el primer origen y sobre la verdad de una cosa, pienso que es preciso opinar y hablar según lo que es la cosa. Si al contrario, se trata de un hábito recibido, estimo que no es necesario alejarse reculando, sin una causa manifiesta. Los médicos saben que en el cuerpo de los animales y sobre todo de los hombres, las funciones son variadas: naturales, vitales y animales, y que estas se distinguen en sensitivas y motrices, en intelecto y voluntad, y que son numerosas las diferencias de cada una, como también son diferentes los órganos y sus sedes. Entre estas funciones naturales sólo una es llamada función generativa: ella está situada en los miembros reservados para la generación. Es esta la que los mitólogos explican como siendo Venus. Pero, si se nos permite, ¿dónde suceden aquellas que son dedicadas a las otras funciones, Salacia, Venilia, Cinxia, Prema, Virginensis, Partunda, Lucina, Rumina. Cunina, Edulica, Potina?[44] Y ¿quién podría contarlas a todas?

Ya hemos contado anteriormente que Venus fue la amiga de Adonis.

En lo que sigue diremos quién fue la madre de todos estos hijos de Saturno y por quién fue hecha.

He aquí suficiente en cuanto a los hijos de Saturno si es que, a lo largo de este tratado, nos proponemos buscar la única Verdad a la que se llama hija del Tiempo.

Volvamos ahora a Júpiter y Juno.

IV. LOS HIJOS DE JÚPITER Y JUNO

1. PALAS, MARTE Y SU HIJA HARMONÍA

Primero Júpiter desposó a Metis, hija de Océano, y por lo que se dice esta dio a beber una droga a Saturno que le hizo vomitar primero una piedra y después a los hijos que había devorado. Pero cuando Metis quedó en cinta Júpiter la engulló (se ignora si por amor o por odio). De este alimento el mismo Júpiter quedó en cinta y trajo al mundo a Palas que salió totalmente armada de su cabeza. Después desposó a Temis y en tercer lugar a Juno que conservó como su esposa. Según otros fue a Tetis a quien habría abrazado, esta anteriormente se cambiaba en diferentes formas. Cuando quedó en cinta, Júpiter conoció que de ella nacería aquel que se apoderaría del poder del cielo, la absorbió y es por lo que después puso en el mundo a Palas cerca del río Tritón. Se le llama Trintonia, ya sea por esto o bien porque fue educada por Tritón.

Así pues, Palas ha nacido sin madre de la cabeza de Júpiter y es Vulcano quien con su hacha le ha abierto la vía.

Homero la llama Alalcomenia, por el nombre de una ciudad de Beocia, Alalcomena, donde según Estrabón sus habitantes pretenden que Minerva habría nacido allí.[45]

Sobre la lluvia de oro que ha decorado el lugar del nacimiento de Palas, Rodas, hemos hablado anteriormente. Otros, que hacen de Saturno o de Júpiter un hijo de Amón, escriben que Amón propuso a Palas la educación de Dionisos en Nisa para evitar las emboscadas que Rea le tendía.

Respecto a la razón de su nombre algunos están en desacuerdo. Hay quien piensa que es porque llevó el corazón palpitante de Dionisos arrancado por los Titanes. Otros piensan que es porque lanzaba dardos.[46] Otros dicen que habría matado con su jabalina un Gigante llamado Palas. De donde le viene el nombre, se dice indistintamente Palas, Tritonia, y Minerva. Se cree que ha permanecido siempre virgen y que volvió ciego a Tiresias que la vio desnuda cuando se lavaba en la fuente Hipocrena del Helicón. Vulcano quiso violentarla y su esperanza quedó frustrada, ya lo hemos contado anteriormente.

En cuanto al Paladio, saldrá a cuestión más adelante cuando mostremos nuestras búsquedas sobre Troya.

Cualquiera puede percibir fácilmente lo que los Antiguos entendían por esta diosa. Y a decir verdad, pensamos que esta Palas nacida de la cabeza de Júpiter lo que indica es la sabiduría de un espíritu agudo y una cabeza espabilada.[47]

En efecto, sin ella nada puede realizarse ni en los asuntos difíciles ni en el magisterio filosófico que por esta razón es llamado magisterio de los sabios.

Esta contemplación de los arcanos designados por Palas no debe ser prostituido por el pueblo, sino más bien ser ocultado bajo los velos de la filosofía, como así lo advierten los filósofos en numerosos lugares mediante conjuros e imprecaciones. Sin ninguna duda es por eso que Tiresias ha sido representado ciego, porque ha visto a Palas desnuda, así como Acteón fue transformado en ciervo por haber visto a Diana. En cuanto a Juno, desde que oyó decir que un engendramiento sobrenatural se había producido de la cabeza de su consorte se irritó y se dice que golpeó la tierra con sus funestas execraciones. Al instante se puso en movimiento el famoso Tifón, padre de tantos dragones.

Un día Palas fue invitada por Apolo a un banquete en casa de Júpiter. Entre otros platos comió ensalada salvaje y se cuenta que eso la puso en cinta a pesar de que anteriormente era estéril. Dio a luz a Hebe, una doncella a la que los latinos llamaron Juventud. Es esta Hebe quien durante largo tiempo sirvió las copas a Júpiter en el cielo.

Se dice que fue dada a Hércules como esposa. Era hermana de Marte y de Vulcano.

Marte, era hijo de Júpiter y Juno; los Antiguos no lo dudan en absoluto. Se lee que sus hazañas sólo eran batallas y adulterios con diferentes concubinas pues no tenía esposa propia. Haremos mención de muy pocas de sus aventuras.

Su adulterio con Venus es muy notorio. He aquí lo que el poeta Ovidio dice de ello:

Se cuenta una fábula muy conocida en todo el cielo, Marte y Venus presos de las astucias de Mulciber.[48]

Venus, la más bella, la más tierna y la más voluptuosa de las mujeres, se desposó con Vulcano, este marido deforme y cojo que era obrero. Es por lo que Marte se unió a ella en secreto; pero denunciado por el Sol, fue atrapado por Vulcano en unos hilos imperceptibles pero muy sólidos, hasta el punto de provocar la risa y la burla entre los dioses que observaban la escena.

Los poetas y los escribanos paganos toman e interpretan a Marte como el dios de la guerra, y por la cólera, la venganza, la bilis y el furor. Pero los más antiguos lo consideran como una cierta fuerza ígnea, ardiente, producida por Júpiter, una fuerza que no teme soportar los asaltos y combates del fuego y cuyo cuerpo es casi invulnerable.

Si nuestra Venus se acuesta con este Marte en el lecho conveniente, se hace ligar por Vulcano mediante un hilo de bronce o de acero, y de ello nace la más bella muchacha, llamada Harmonía, es decir, compuesta armónicamente y completada en todos los números.[49] Muy antiguamente se decía que era una potencia protectora. A su boda asistieron todos los dioses y diosas, con sus regalos y sus cantos nupciales; diferentes poetas hacen inventario de ello. Se desposó con Cadmo al que ya hemos mencionado, hijo de Agenor rey de los fenicios. El dragón que mató a los compañeros de Cadmo que transportaban el agua, es hijo de Marte y de Venus según algunos. Por lo que habría nacido tío materno de Harmonía.[50]

Tras las numerosas desgracias que sufrió Cadmo se figura que fue transformado, al mismo tiempo que su esposa Harmonía, en dragón. De manera que el acostarse de casi todos los dioses o de los héroes jeroglíficos corresponde a su aparición,[51] por miedo a que se conozca que se trata de una fábula. En efecto, Harmonía nació de Marte y Venus, es esta medicina de oro elaborada por primera vez mediante un largo trabajo. Si ella es congratulada a Cadmo (de quien viene el nombre de nuestro Cadmio), todos los dioses están allí con sus regalos, es decir, que el fruto o efecto esperado, no puede estar ausente.

Finalmente es transformada al mismo tiempo que Cadmo en dragón, e incluso lo que es peor, en basilisco. En efecto, nuestra medicina incorporada de nuevo a su semejante atrapa la fuerza y los ojos del basilisco, como se lee muy frecuentemente entre nuestros filósofos. A ello se refieren las siguientes citas de los filósofos. En la Metáfora de Belino, en el Rosario se encuentra:

Si de una parte me extraes de mi naturaleza, y si de otra parte extraes a mi esposa de su naturaleza, y después matáis las naturalezas, entonces somos enderezados en una nueva e incorpórea resurrección para que en adelante ya no podamos morir más.[52]

Y en el Muy Gran Secreto:

El oro habla y dice: Que sean malditos aquellos que vilipendian mi muy noble forma. Yo soy un ser muy noble. Todas las influencias del cielo son reunidas en uno en mi generación por los mandatos del Dios poderoso. Soy la obra de una naturaleza perfecta y he nacido sin adulterio, pero estos pequeños jóvenes soñadores y ciegos me llaman hijo natural y bastardo y me ignoran. Sin embargo soy incorruptible e hijo del Sol. La menor parte de mi substancia contiene mi todo, y no se puede encontrar en mí nada corruptible. No obstante estas gentes me quieren multiplicar, a mí y a mi substancia, a partir de cosa corruptibles. ¿Cómo estas personas podrían crear hijos semejantes a mí sin mi consentimiento y mi consejo? Esto no se hará de ninguna manera mientras que no haya echado yo mismo mi simiente ígnea en mi sangre fluyente, blanca e ígnea.

Estas palabras de filósofo describen de manera muy evidente la Harmonía filosófica. Alguien ha dado esta definición:

El elixir es un cierto compuesto que en él mismo tiene encerrada en una virtud mineral manifestándose como el condimento, el antídoto y la medicina de todos los cuerpos a purificar y a transformar en solífico y lunífica verdaderos.[53]

2. VULCANO

Pero por su obra, colocando una red para aprisionar a Marte y a Venus, Vulcano también ha favorecido el nacimiento de Harmonía, el nacimiento de nuestra medicina filosófica, incluso aunque se piense que lo ha hecho por celos. Diremos a parte y muy brevemente que se deduce de ello que era hermano de Marte, puesto que se le menciona a menudo en otras partes y que sin Vulcano difícilmente puede ser dilucidado el menor dios o diosa jeroglíficos.

A causa de su deformidad su madre Juno lo precipitó desde el cielo al mar.[54] Esta caida lo habría dejado cojo. Después fue educado por los habitantes de Lemnos. Con la más gran falsedad se cree que el fuego es de su invención, como otros han dicho lo mismo de Prometeo. De ahí las lampadoforias[55] que le eran dedicadas. Hablaremos de ello más adelante.

Se piensa que tenía un taller en la isla de Lipara[56] donde fabricaba cantidad de armas para los dioses. Forjaba también los rayos para Júpiter. Fabricó un talón de bronce que presidía la isla de Creta. Así mismo formó un perro de bronce viviente y de una extraordinaria belleza que ofreció a Júpiter; este a su vez se lo ofreció a Europa, que lo dio como regalo a Procris, y este lo dio a Céfalo. Después este perro fue transformado en piedra por Júpiter.

Por orden de Júpiter, Vulcano formó a Pandora, que debía ser ofrecida a los hombres por el fuego que Prometeo había arrebatado. Él es quien fabricó las armas que Júpiter usó contra los Gigantes, a cambio de reivindicar el casamiento de Palas. Pero esta opuso resistencia a su deseo amoroso.

Se le consagran los leones puesto que estos son animales ígneos. Como servidores tenía a los Cíclopes: Brontés, Esteropés y Piracmón a los cuales menciona Virgilio.[57] Como hijos tuvo a Ardalo quien construyó un santuario a las Musas cerca de Trezene, y Broteo que al ser burlado por todos, pues su figura era fea, se echó al fuego.

A parte de Venus, Vulcano tuvo por esposa a Egle, es decir, “Esplendor”.

Vulcano nunca olvidaría los ultrajes que le había inflingido su madre Juno (a la que se figura diosa de las riquezas). Le envió como regalo una silla de oro con ataduras ocultas. Cuando se sentó en la silla las ligaduras la atraparon.

En el artículo “Vulcano”, Natali hace notar que los autores químicos se atribuyen también la propiedad de Vulcano; que entienden por Vulcano al azufre o plata trepadora que no recibe en sí mismo nada que no sea de su misma naturaleza, y se disocia al contrario de todas las cosas. Las salpicaduras con las que Natali rocía después a los quimistas, ignoro si lo hace por impotencia de espíritu, por incompetencia o por envidia. Pero que guarde sus sarcasmos para él mismo, este κυνός ὄμματ ἔχων, “quien a los ojos del perro”.[58] Él atraviesa el fuego de una espada tratando también a Vulcano injuriosamente.[59] Es más, demuestra que no conoce más que el uso del fuego que le permite calentarse las manos, cocinar los alimentos o forjar las herramientas. Estima que se pueden fabricar excelentes medicinas sin el servicio del fuego. En lo que se equivoca. En efecto, las mejores medicinas carecen del mejor elemento que es el fuego, en tanto que cercano a la espiritualidad y a la simplicidad, y que sin él ni la naturaleza ni el arte actúan.

Es por lo que jamás se debe separar a Vulcano de la medicina sino que al contrario se debe unir a ella con la más gran energía como lo haría un cocinero en su cocina. Ya hemos contado más arriba que Vulcano tenía algo en común con Palas, si no el lecho, al menos el culto del mismo altar. Así Palas debe gobernar a Vulcano, es decir, que la premeditación y la sabiduría deben gobernar al fuego filosófico, y como a propósito de este fuego los repliegues son numerosos, lo encontramos tratado en gran cantidad de pasajes. No obstante se pueden reducir todos los fuegos a las cuatro clases mencionadas en los autores; no hay duda y estos mismos autores dan testimonio de ello. Estos son los fuegos: natural, innatural, contra natura, y ocasional o elemental. Así se expresa Ripley:

Hay cuatro clases de fuego que debes conocer: el natural, el innatural, el contra natura y el elemental que enciende la madera. Estos son los fuegos de los que nos servimos y ninguno más. El fuego contra natura debe torturar los cuerpos. Como te digo, él mismo es un dragón que consume violentamente como el fuego del infierno. El fuego de la naturaleza es el tercer menstruo. Este fuego se encuentra en cada cosa. Llamamos innatural al fuego ocasional, como el calor de las cenizas y de los baños, para pudrir. Sin estos fuegos no llevarás nada a la putrefacción, para que pueda ser separado de su materia, para que al mismo tiempo ella sea proporcionada a una nueva conjunción. Haz pues, en el interior de tu vaso, un fuego que pueda consumir más eficazmente que el fuego elemental.[60]

He aquí lo que dice este autor. Y otros autores son del mismo parecer: Llull, Flamel y la Escalera de los filósofos[61] Comprendemos, pues, por Vulcano propiamente el fuego ocasional o innatural y elemental, pero no el fuego natural. Sin embargo añadimos que el fuego contra natura debe ser preparado por el mismo Vulcano. Si lo reconoces obtendrás la mitad de la obra filosófica.

Se dice que Vulcano habitaba en Lemnos pues está establecido que esta isla tiene sobre todo una tierra caliente y medicinal. Los objetos de orfebrería que ha fabricado en parte son filosóficos y en parte de otra intención, si se los considera atentamente. Ha dado forma a los escudos y las armas de los dioses y de los héroes; ha distribuido sus insignias por la razón de que todo su movimiento y todo su poder provienen del fuego y es lo que hace su cualidad o la que se le supone. A cada uno de ellos ha dejado los recuerdos de su arte: a Júpiter el cetro y los rayos, a Marte un escudo, a Neptuno un tridente y así sucesivamente.

Además ha encadenado a su madre a su silla de oro, lo que llega en la última parte de la obra, cuando todas las cosas aparecen con un excelente color.

V. LOS HIJOS DE JÚPITER Y DE SUS CONCUBINAS

1. APOLO Y DIANA

Ahora para seguir he aquí a los hijos que Júpiter tuvo de sus concubinas. Los principales son Apolo y Diana nacidos de Latona, como la mayoría piensa. Pero Herodoto escribe en “Euterpe” que Apolo y Diana son hijos de Dionisos y de Isis y que Latona fue su nodriza mientras que los tuvo a su cuidado. En efecto, Latona que era una de las ocho divinidades egipcias, guardó al Apolo que Ceres le había confiado. Lo protegió en la isla de Ploto, es decir “flotante”, del ataque de Tifón que buscaba a los hijos de Osiris.[62]

APOLO O EL SOL

Tulio cuenta cuatro Apolos.[63] El más antiguo habría nacido de Vulcano. Era protector de Atenas. Otro sería hijo de Coribas en Creta. El tercero habría salido de Júpiter y Latona. El cuarto sería llamado Nomion en Arcadia.

No obstante el tercero es el más célebre y es a este a quien se atribuyen todas las hazañas y los numerosos hijos nacidos de sus diferentes concubinas.

Pero si consideramos el asunto tal como ha pasado o tal cual se presenta según la naturaleza, ni Herodoto ni Cicerón tendrían necesidad de hacer distinción entre estos personajes. Y es lo mismo para cada uno de sus supuestos padres, a partir del momento en que se trata de un personaje jeroglífico que no encuentra su lugar en la substancia, sino únicamente en la cualidad o en la relación, a no ser que prefiramos hacer segundas nociones. El sentido es idéntico, que se diga que Apolo es hijo de Latona o de Isis, de Osiris o de Júpiter, pues Osiris y Júpiter, Isis y Juno no son más que una única realidad.

Y no tiene ninguna importancia el hecho de fijar si Latona ha sido nodriza o madre de Apolo: el rol es el mismo. Sin embargo si uno se inclina sobre la concordancia de la cosa, la opinión que la hace nodriza se verifica mejor. Pero como se ha recibido así nosotros decidimos que Latona es madre y nodriza de Apolo y de Diana.

Los paganos no han determinado nada cierto sobre Apolo y el Sol, ni sobre Diana y la Luna, como para decir si se trata de los mismos personajes o de otros distintos. Ninguna precisión en cuanto a su situación ¿vivían en la tierra o en el cielo? ¿Eran luminarias del cielo o héroes terrestres?

Cicerón guarda su reflejo en el libro III de La Naturaleza de los dioses: viene con cinco Soles.[64]

Él dice que uno de los llamados Soles ha nacido de Júpiter. Se dice que ha sido el nieto del Éter.

El segundo es hijo de Hiperión.

El tercero ha nacido de Vulcano hijo del Nilo. Su ciudad según los egipcios es aquella que se llama Heliópolis.

El cuarto es aquel que Acanto ha engendrado en Rodas en los tiempos heróicos, el abuelo de Ialise, Camiro y Lindos.

El quinto es aquel del que se cuenta que era de Cólquide y había procreado a Aetes y Circe.

¡Ficciones, como todos estos nombres! Los diferentes poetas los han atribuido a cosas, personas y lugares diversos. Se habría de estar ciego para no verlo. Pero los paganos están muy empeñados en buscar así el remedio a su superstición por miedo a atribuir al dios único muchos parientes o patrias diferentes. Puesto que han dicho que todos eran dioses, ¿dónde han permanecido, pues, tantos dioses Soles? Si se tratara de luminarias del cielo idénticas al Sol celeste, ¿puede ser que estén reunidos en un solo lugar cuando han envejecido, una vez que se ha retirado la luz? Si fueran reyes y hombres ¿por qué se les llama dioses o se dice que han cumplido hazañas de dioses? De igual modo no es el nombre de Sol lo que podría hacer dioses; y aún menos los adulterios que se imputan a muchos de ellos, ni los otros tipos de aventuras o crímenes. Pues si se les toma por la letra o por acontecimientos históricos, las hazañas de estos personajes convencerían más siendo de medio hombres que de hombres. Y en este caso sería demasiado que merecieran el nombre de dioses.

Así pues, es igual si Apolo se muestra cuádruple y el Sol quíntuple, y si ha nacido de diferentes padres o en diversos lugares, sigue siendo un único personaje jeroglífico, conocido no por los escribanos paganos sino por los artistas cristianos y por los médicos. Este personaje ha nacido de Osiris y de Isis, o también de Júpiter y Juno, o incluso de Júpiter y Latona.

Tanto Apolo como el Sol se han comprendido comúnmente como el Sol del cielo. Pero se puede decir que este es el ojo del mundo, el corazón del cielo, el rey de los planetas, la lámpara de la tierra, el cazador de sombras, la fuente de la vida, el artesano del día, el padre de la luz o el corcel de Dios todo poderoso, pero en ningún caso Dios mismo.

Negar que el Sol y la Luna fuesen dioses habría parecido irreligioso a los paganos pues habrían visto en ello un crimen digno de ser castigado con la pena capital.

Anaxágoras[65] fue el primero que, despreciando las amenazas de las falsas religiones, dijo que el Sol no era un dios sino una piedra inflamada y ardiente. Demostró que las causas de los eclipses del Sol y la Luna eran accidentes naturales y no, como piensan los paganos, pasiones y enfermedades del Sol o de la Luna a los que se quería remediar golpeando planchas de bronce para ir en su ayuda, Ovidio lo dice:

[El color] de la Luna cuando los bronces, para ayudarla, resuenan en vano.[66]

Que Anaxágoras, como algunos así lo pretenden, haya comprendido al Sol analógicamente (en este caso habría insinuado que el Sol filosófico era una piedra roja y ardiente), o que lo haya echo para reír y burlarse de la superstición del pueblo, debe aceptarse, pues su opinión retira toda divinidad a las criaturas y a las luminarias del mundo.

Se atribuyen a Apolo numerosos hijos: Orfeo, Himeneo e Ialemo, hijos que tuvo de Calíope; Delfos de Acachalis; Corono de Crisorte; Lino de Terpsícore; Esculapio de la ninfa Coronis.

Según la tradición Apolo vino a Delfos desde los hiperbóreos. La ciudad saca su nombre de Delfos su hijo. Sobre Delfos los Antiguos han inventado y he aquí la fábula: Júpiter quería encontrar el medio y el ombligo de la tierra. Para ello envió a dos águilas volando a la misma velocidad, una hacia Oriente y la otra hacia Occidente. Las hizo volar en línea recta y en sentido inverso. Finalmente se encontraron en Delfos donde se consagró un águila de oro en eterna memoria de este acontecimiento.

La cosa es puramente legendaria y no contiene ninguna verdad en ella misma a parte de demostrar que Delfos y su templo de Apolo se encuentran en el ombligo de la tierra. Ello traiciona a un restringido conocimiento de la geografía. En efecto, desde este punto de vista, no importa en que lugar se encuentre el medio del mundo, puesto que el cuerpo de la tierra es esférico y no cuadrado o de otra forma.

Por lo demás, este templo de Delfos tan célebre donde Apolo otorgaba sus oráculos en la Antigüedad y donde tenía un altar hecho con ladrillos de oro macizo (el riquísimo rey de Lidia, Creso, envió mil de ellos), este templo elevó de tal manera este lugar en honor y cultura que llegó a aparecer como la cima del mundo o el medio de la tierra.

Si por el contrario, todo esto se ha forjado como una alegoría, el autor del Consejo, según la Epístola de Aristóteles, no lo expone torpemente cuando dice:

Porque de este arte hay dos piedras principales de una admirable naturaleza: una blanca y una roja. La blanca empieza a aparecer al ocultarse el Sol sobre la faz[67] de las aguas, hasta media noche, tras haberse extendido en profundidad; mientras que la roja lo hace a la inversa puesto que empieza a subir por encima de las aguas al levantarse el Sol hasta el mediodía, tras haber descendido en profundidad.[68]

He aquí las dos águilas que se reúnen en medio de la tierra y es allí donde es erigida un águila de oro como recuerdo.

Se consagran a Apolo las cigarras en virtud de su canto, y el pez lira. Así mismo los sabios de Grecia le han dedicado un trípode de oro. El enebro y el laurel eran considerados como muy agradables para él. Más o menos, todos los objetos de oro le han sido atribuidos, como los zapatos de oro, por ejemplo. Los cuervos y los grifos estaban bajo su protección. Se le sacrificaba un buey y un cordero y se le atribuía la invención de la cítara, el arte de curar, así como la ciencia y la habilidad en el tiro de arco.

Siempre se le pinta joven, con los cabellos muy largos y teniendo como singular prelidección una rama de laurel, imagen de la Luna. En el retrato que los Antiguos fabricaron de él lo mostraban llevando las Gracias en su derecha y el arco y las flechas en su izquierda.

Se le ha llamado Pitio porque había matado con sus flechas a Tifón[69] que, corrompido después por el calor, dio su nombre a Apolo Pitio. En efecto πύθεσθαι significa “pudrirse”. Se hablará de ello más adelante.

Pero los motivos por los que se ha atribuido a Apolo todo esto son evidentes: es porque Apolo es un dios de oro, cálido, no cambiante, que envía sus flechas contra Tifón y sobresale en el arte de curar. Y esto es porque él es el mismo Horus, el último de los dioses que se figura haber reinado en Egipto y que es la medicina tan buscada por los cuerpos humanos.

Es el que preside las Musas, es la luz y el hecho[70] de los poetas, al cual es dedicado el laurel sonoro[71] y siempre verde cuya imagen comparte con la Luna o Diana, su hermana; lleva las Gracias en la mano derecha puesto que es un don gracioso de Dios, y las flechas en la mano izquierda pues tiene el poder de multiplicarse de nuevo y extender sus fuerzas contra Tifón.

El buey le es consagrado ya que Apis corresponde a Horus.

En cuanto al trípode de oro es porque el triple lazo que consiste en cuerpo, alma y espíritu, ha sido perfecto, y porque a partir del círculo del Sol se hace un triángulo que de nuevo en medio del cuadrado es reducido a círculo.

Habita en el Parnaso de tres cabezas, pues es preciso sobrepasar la doble labor de la preparación y de la obra antes de llegar a alcanzarla.

LOS HIJOS DE APOLO: ORFEO, ESCULAPIO Y FAETÓN

Se figura que uno de sus hijos fue Orfeo, así como Lino, más bien en razón de la fuerza poética y de la ciencia del canto que por otras causas. En efecto, el honor que en consecuencia han recibido Orfeo y Lino, son los poetas quienes se lo han otorgado como maestros suyos, en señal de gratitud. Así atribuyeron a Orfeo hazañas increíbles. Por ejemplo, que tocando la cítara movía las rocas, atraía a los animales salvajes, detenía el curso de los ríos y a los pájaros en su vuelo. Esto significa que por un único artificio reblandecía las cosas duras y endurecía las blandas o fluidas. Pues como canta el poeta:

Así como este barro se endurece y esta cera se licua[72] por un único medio[73]

Igualmente se dice que por este canto se cumplen diversas operaciones. Ya hemos indicado que este Orfeo fue el primero en transferir la religión de Egipto a los griegos. De donde Luciano relata en su Diálogo de astrología, que fue el primero en transmitir la astrología a los griegos:

Pero los griegos no entendían nada de la astrología que vino de los etíopes o de los egipcios; fue Orfeo, hijo de Calíope y de Oeagro, el primero en explicarles estas materias.[74]

Más lejos se hablará abundantemente de los misterios sagrados de Baco que él inauguró; haremos lo mismo con su esposa Eurídice.

Pausanias da testimonio de ello en las “Beóticas”: Orfeo inventó cantidad de cosas útiles para la vida humana y la sociedad política. Por ejemplo él fue el primero en dar acceso a las iniciaciones de los dioses y a la teología universal. Imaginó los castigos para los crímenes impíos e inventó remedios para cantidad de enfermedades.[75] Como él mismo lo escribe en las Argonáuticas a propósito de su persona:

El soplo me lleva a decir lo que no he dicho jamás en el transcurso del tiempo, cuando he sido empujado por el aguijón de Baco a contar los espantosos piques del rey Apolo, así como los pactos con las potencias superiores y los remedios para los mortales.[76]

Con estas palabras indica suficientemente que esto debía de comprenderse de cierta medicina que provenía de Apolo. Es a esto a lo que se refieren los libros de física del mismo autor. Él mismo los enumera al comienzo de las Argonáuticas. Se trata de la generación recíproca de los elementos entre ellos, de la fuerza del amor en las cosas naturales, y de las pequeñas piedras. En cuanto a los otros libros tratan de varios temas encubiertos bajo alegorías.

En el Libro sobre las piedras, da un resumen de su enseñanza, allí donde describe el antro de Mercurio, repleto de todos los bienes, del que hablaremos en el artículo “Mercurio”. Al mismo tiempo atestigua que ha sido conocedor de los más grandes secretos cuando canta:

Pero cualquiera que es guiado por la prudencia del corazón (yo diré las cosas más grandes y las más numerosas, para omitir las otras) si las quiere saber, sabrá todo lo que los mortales meditan en su pecho; sabrá qué cosas crían entre ellos los pájaros del cielo que vuelan en las alturas. Sabrá cómo graznan un indecible canto a ciertos mortales, y cómo la raza anunciadora del fatum indica el pensamiento de Júpiter. Este sabrá fijar los silbidos del dragón que serpentea en tierra, y sabrá llevarlo sobre los venenos de las serpientes.[77]

He aquí las cosas que otros podrían interpretar en el sentido mágico o adivinatorio en tanto que eventualmente sea permitido; pero en realidad Orfeo jamás fue mago. Y si lo había sido o si había sido agorero nunca hubiera podido afirmar que sabía esto, sino alegóricamente. Así por ejemplo, se cuenta de Demócrito que comprendía los augurios y las voces de los pájaros, como también se dice lo mismo de Apolonio de Tiana. Y Demócrito (que había sacado su doctrina de Egipto) tenía la costumbre de llamar a ciertos pájaros con un determinado nombre. Se mezclaba su sangre y nacía una serpiente. Comiéndola luego se comprendía el lenguaje de todos los pájaros.

También se dice de Melampo que tras haber visto ciertas serpientes entendía el discurso de los pájaros.

Cualquiera que esté dotado de razón podrá discernir que hechos de este género no pueden ser más falsos si se toman tal como suenan. Por lo que Cicerón, que se inclinaba sobre la letra de la enseñanza de Demócrito, dice:

Ningún hombre de tan gran autoridad ha proferido tan grandes mentiras jamás.[78]

A decir verdad, para evitar que se tome a Demócrito por tan gran mentiroso, del que Hipócrates admiraba su sabiduría y sus doradas palabras, y con el que Platón se deleitaba, sabremos de su honor por la alegoría, igual que la de Orfeo, Apolonio y Melampo, diciendo que por los pájaros se comprenden las cosas volátiles, mientras que por las serpientes se entienden los sujetos filosóficos volúbilis.[79] Pues la serpiente nacida de la sangre podrida de ciertos pájaros, una vez comida, se puede creer que hace que las voces de los pájaros no queden ignoradas para nadie. En efecto, a partir de las substancias volátiles, por la putrefacción de la disolución, se hace una quintaesencia firme i fija a la que se llama “serpiente” puesto que es penetrante y licuada. Y es por similitud de naturaleza que esta serpiente vuelve perceptibles a estos mismos pájaros a partir de los cuales se ha desarrollado.

Los libros de los autores modernos están llenos de estas alegorías. Los curiosos pueden consultarlos.

El mismo Orfeo ha figurado que atraído por el amor de su esposa fue llevado a las residencias infernales de Plutón y al Ténaro cuando dice en las Argonáuticas:

He contado todo lo que he visto, cómo he estado en el Ténaro, en las sombrías moradas de Dite y en los tristes reinos, confiando en mi cítara y empujado por el amor de mi esposa.[80]

En cuanto a lo que son los reinos de Plutón, ya lo hemos expuesto anteriormente. Son estos reinos subterráneos del lado de los Pirineos de donde se consiguen los minerales para la medicina de los hombres y los metales para su riqueza.

Lo que falta decir de Orfeo se remitirá más adelante y se omitirá aquí.

Añadiremos algunas palabras sobre Esculapio, reconocido por todos como hijo natural de Apolo.

Según la tradición, su madre fue Coronis. Ella había concebido de Apolo y después tuvo una aventura con otro. Fue muerta por Diana. En el momento en que la puso en la hoguera Mercurio retiró a Esculapio del vientre de la muerta, a menos que no fuera el mismo Febo quien lo hiciera, como dice Ovidio:

Febo no soportó que sus simientes se redujeran en las mismas cenizas. Entonces arrancó a su hijo de las llamas y del vientre de su madre y lo llevó al antro del doble Quirón.[81]

Se ha querido que su nodriza fuera una tórtola y que fuera educado en casa del centauro Quirón que hizo de él un erudito y le enseñó el arte de curar. Primero se le llamó Apio[82] pues dulcificaba los dolores de las enfermedades con sus medicamentos. Pero cuando hubo curado a Asclé se dice que fue llamado Esculapio, que en griego se dice Asclepios.

La fábula dice que Hipólito, hecho trozos por los caballos, fue revivido gracias a su arte. Esto habría provocado la cólera de Júpiter, pues no soportaba la idea de que se hubiera encontrado un arte que permitiera volver a la vida a los hombres; habría engullido con su rayo al inventor de este arte. Virgilio habla de ello en el libro VII de la Enéida.[83]

Su padre soportó mal este hecho y tuvo gran duelo por ello (se cree que sus lágrimas se convirtieron en electrum).

Aniquiló a los Cíclopes con sus flechas. Por lo que fue exiliado del cielo y vagabundeó por la tierra. Se enamoró del joven Jacinto y lo mató por descuido lanzando el disco cuando estaba compitiendo con él, como así lo cuenta Ovidio.[84]

Huyó de Esparta hacia Troya junto a Laomedón que justamente estaba a punto de construir las murallas de la ciudad. Allí participó como mercenario. Hablaremos de ello en el apartado dedicado a “Troya”.

De su esposa Pioné, Esculapio y Macaón y Podalirio, Jasón[85] y Higiea. Hay quien pone a Higiea como esposa de Esculapio y no como hija.

Se ha escrito que las serpientes estaban bajo su tutela y que le estaba dedicado el dragón. En efecto, dos dragones se enroscan en su bastón. Se le ofrece un gallo y una cabra.

Es claro que es de Apolo de donde sale Esculapio (el autor y el patrón de toda medicina) como así lo han inventado los paganos, así como de la ninfa Coronis (que significa “corneja”), puesto que nuestro Apolo-Horus al que se debe ver vestido de púrpura en el fondo del vaso, aún abraza a Coronis, es decir, esta hez negra, condenada y despreciable de la que nuestro Esculapio se separa por combustión o calcinación. Por lo que la madre de Coronis es Flegia (φλέγειν significa “quemar”) como Semele lo es de Baco desde un punto de vista casi idéntico.

En cuanto a la versión en la que Mercurio es quien habría extraído a Esculapio de las cenizas de su madre, la cosa viene a ser lo mismo pues es el oficio de Mercurio, sólo es de Mercurio de quien se dice: se trata del más alto arcano filosófico y médico, ocultándose bajo la extracción de Esculapio de sus heces o cenizas. Esto es de tal manera evidente que si esta historia fuera la única cosa que quedara como memoria de la Antigüedad profunda, proporcionaría un testimonio suficiente de esta medicina de oro y de la vanidad de la teología pagana. Pues cuando Júpiter se unió a Latona (que, aunque es roja, es inútil mientras no se vuelva blanca), después de cierto espacio de tiempo nació la Luna o Diana, de la que hablaremos luego; y poco después nació Apolo, el hermano de Diana. Debió aparecer él vestido de púrpura y ella de un color cándido o de carne. Y aunque el hermano y la hermana fueran gemelos la hermana apareció a la luz antes que su hermano, lo que quiere decir que la blancura va antes que la rojez, y ella ocupó el lugar de la comadrona para su madre, y por sorprendente que parezca es lo que se produce en el arte filosófico donde la rojez no aparece si antes no le precede la blancura. Una vez que ha nacido la rojez (es decir, Apolo) se acuesta en el vaso con Coronis, es decir, con una ninfa negra como una corneja, y engendra a Esculapio, es decir, al autor de toda medicina filosófica. Este Esculapio no se puede separar de su madre, es decir, de la tierra negra, si no es por combustión. Entonces nace Esculapio el muy puro, la medicina de oro filosófica, perfecto en todos sus números. Sobre esta famosa hez negra se puede consultar a muchos autores pues la mencionan por todas partes. He aquí como ejemplo lo que dice Arnaldo:

Esta ceniza muy rubicunda, impalpable en ella misma, también se eleva y crece a la manera de un fermento, y en la susodicha calcinación se separa una tierra negra muy sutil y muy brillante que se encuentra en el fondo del vaso bajo dicho polvo rojo, etc.[86]

Es nuestro Esculapio, de quien Hermes dice:

Nuestro hijo ya reina y es revestido de ornamento rojo y de carne. En lo sucesivo nuestro hijo, el rey engendrado, toma su tintura del fuego. Pero la mar y las tinieblas le huyen, y el dragón que guarda los agujeros huye de los rayos del Sol, y nuestro hijo muerto está vivo, y el rey ha venido del fuego y se regocijará del matrimonio. Las cosas ocultas aparecerán y nuestro hijo por el fuego se volverá un combatiente ya vivificado y supereminente en tinturas.[87]

Se dice que la nodriza de Esculapio es Trigoné porque para su alimento conviene una doble reiteración. Se le dice Apio, como si fuera blandus, “dulcificante”, porque indica el nepente, el medicamento de Helena.[88] Vuelve la vida a los muertos, porque la tierra muerta es vivificada de nuevo por la recepción de su propia alma, como se afirma en numerosos lugares y como lo atestigua Bonillo en la Turba:

Es por lo que esta naturaleza cuya humedad le ha sido quitada, cuando es dispersada a través de las noches, aparece semejante a una muerte, y esta naturaleza carece entonces de fuego, hasta que su cuerpo y su espíritu sean vueltos en tierra, haciéndose entonces un polvo semejante a un muerto en su tumba. Una vez acabadas estas cosas, Dios le devuelve su espíritu y su alma, y nuestra naturaleza con toda imperfección quitada es confortada i corregida. Es preciso pues, quemar esta cosa sin temor, hasta que se vuelva ceniza. Que esta ceniza sea apta para recibir el espíritu, el alma y la tintura infusa.[89]

Así pues, Esculapio, mediante su arte, devuelve los cuerpos muertos a la vida. Esto es porque aquellos que son imperfectos y como muertos, él los lleva de la imperfección a la salud y a una vida continua.

En cuanto a la razón del nombre de su esposa y de sus hijos, es bien evidente: en efecto, si Jasón viene de “curar”, Higiea viene de “salud”.[90]

En lo que concierne a las serpientes se ve suficientemente claro el por qué están todas bajo su protección, pues las dos serpientes, una alada y otra sin alas, es decir, la doble substancia mercurial, el macho y la hembra, son el principio y el fin de la obra. De donde un dragón vela sobre él y le es consagrado de la misma manera que a Mercurio y a los otros dioses y héroes de esta familia por la misma causa. Y esto era tenido por muy cierto entre los paganos hasta tal punto que los legados han reintroducido al dios Esculapio en Roma bajo la apariencia de una serpiente o de un dragón, cuando una terrible epidemia de peste les había azotado. Este acontecimiento se relata más adelante en el libro IV.

Así el diablo ha dado el cambio a la superstición de los paganos, lo que fue impuesto a nuestros primeros padres bajo la misma forma, transformándose en dragón para hacerse pasar por Esculapio. Y lo que algunos añaden, con la complicidad de los sacerdotes, de los huevos de corneja, que de ellos han salido serpientes, probablemente pase así, incluso si es un jeroglífico y no tenga nada de histórico como el hecho de que Esculapio haya nacido de un huevo de corneja. En efecto, este huevo filosófico negruzco abunda en las numerosas superfluidades de las que nuestro Esculapio debe ser separado. Pues he aquí lo que dice Arnaldo en el lugar citado un poco más arriba:

…porque dicha tierra negra se separa de la mezcla en la calcinación, ella que no hace mucho había sido inseparable en toda la obra a causa de su muy fuerte unión. Y es por lo que ha sido necesario separarla mediante un artificio muy fuerte. Pues si permaneciera mezclada impediría, por su impureza, la penetración de la materia pura.[91]

Pero Llull demuestra que nuestra medicina elaborada hasta aquí tiene cada vez más la forma de un huevo, cuando dice:

Una vez que se haya enfriado, el artista encontrará a nuestro niño redondo, como un huevo que debe extraer y purificar.[92]

También dice:

Tras el nacimiento de este color empieza a unificarse en medio en forma redonda a la manera de una Luna muy redonda, que se contiene circularmente.[93]

Una vez que Esculapio ha sido extraído de las cenizas es confiado a Quirón para ser educado, es decir, a la operación de las manos. Pues como lo atestigua Bodillo en la Turba:

El feto extraído sólo se alimenta de leche y de fuego por él mismo, y poco a poco en tanto que es muy pequeño, y cuanto más se consume en sus huesos confortados, más joven se vuelve, y cuando lo consigue se basta a sí mismo.[94]

Es lo que significa la educación de Quirón puesto que casi debe ser conducido por la mano para poder tolerar el fuego.

Esculapio es mencionado por el más antiguo Hermes que estableció los diálogos donde él interviene, y que se cita en otros lugares.

Dejamos de lado aquí a los hijos que tuvo el Sol (que no es otro que Apolo) entre los cuales había Aetes del que hemos hablado anteriormente, Augias del que hablaremos más adelante y Faetón.

Este último, hijo de la ninfa Climene, vino un día a encontrar a su padre y consiguió que le permitiera subir sobre el carro del Sol. Su deseo le fue funesto: iba conducido por los cuatro caballos del Sol cuando fue precipitado desde el cielo al Éridan, no lejos de los Pirineos.[95]

Esta elegante invención ha permitido a los poetas dar a la vez una doctrina física y enseñanzas de moral: en ello se indica claramente cómo el Faetón filosófico cae precipitado en el Éridan aurífero, y al mismo tiempo da el precepto de no aspirar demasiado alto ni tentar a lo que está por encima de su cabeza o más allá de sus propias fuerzas.

Y si se considera correctamente la cosa Faetón es idéntico a Esculapio con la diferencia de que este se refiere al uso de la medicina mientras que aquel concierne a todo el resto, es decir, a las cosas que muchos estiman increíbles.

En efecto, aquí Faetón, por el ardor que el Sol ha concebido, ha inflamado el Éridan y lo ha desecado. Es más, ha hecho el oro, como otros lo han contado en las fábulas. Augurel estima, según Llull, que si cae en el mar todo el mar será inflamado y desecado y se volverá aurífero, por no decir (como algunos lo insinuan) que todo será convertido en oro.[96]

DIANA O LA LUNA

Pero volvamos a la hermana del Sol o Apolo. Hablamos de la Luna o Diana, que es producida con él en el momento del mismo parto, aunque le haya precedido en tiempo.

La mayoría estiman que el lugar de nacimiento de Apolo y Diana es Delos.

Y aquellos que habitan no lejos de Apidano,[97] que se llaman arcadios proselenes (lo que equivale a decir “antelunares”[98]) han nacido delante de la Luna, según algunos chistosos.

Entre estos autores está Apolonio de Rodas en sus Argonáuticas,[99] su comentador Mnaseas, y Aristóteles.[100] También está Teodoro (libro XXIX), Ariston de Chios y Denis de Calcis en el primer libro de su Edificación,[101] que han afirmado con el más gran descaro que poco antes de la guerra de Hércules contra los Gigantes, la Luna habría aparecido por primera vez, dice la fábula que en el tiempo en el que Proseleno, hijo de Orcomeno, reinaba sobre los arcadios. Es lo que relata Duris de Samos en el libro XV de la Historia de Macedonia.[102]

Con tales relaciones tan mentirosas los paganos se apoyaban para demostrar la antigüedad de su raza, tirando del nombre de un personaje que jamás ha existido, o que si existió no tenía ningún peso. Admitamos que haya existido alguien con el nombre de Proseleno. ¿Podría haber nacido antes del nacimiento de la Luna?

Imaginemos que se quiera responder a eso: ¿no sería normal que se preguntara cómo ha podido vivir Proseleno tanto tiempo en la negrura con sus arcadios, puesto que los mismos autores atestiguan que la Luna-Diana y el Sol-Apolo han nacido del mismo parto y en el mismo día, no en la luz (pues no la había) sino con la luz?

Pero ¡cómo se entrega a sus desbordamientos el asno de Arcadia con estas ensaladas! Lo peor es que no sólo tiene a los arcadios. También los otros pueblos están puestos en ello. Han adoptado en ellos mismos estos monumentos de los dioses (y de los héroes, sus retoños) que han entonado los poetas. De ahí la cantidad de lugares donde habría nacido Júpiter, como Natali dice:

Es curioso: tanto es en Creta como en Tebas, tanto en Arcadia como entre los mesenios.[103]

Y por no decir nada de otros dioses o héroes ¿cuántas ciudades no se han jactado de ser la patria de Homero o de ser de su raza? ¿Cuántas ciudades no han exhibido su sepulcro? Cicerón da testimonio de ello en el Pro Archia.[104]

Reconocemos los mismos indicios de vanidad y falsa gloria entre nuestro Tesalo, hijo de Hipócrates; se vanagloriaba con descaro ante los atenienses de que su raza así como su arte descendían de Apolo.

¿Pero qué sería él si Esculapio o Apolo no hubieran vivido jamás? ¿Es que Tesalo no habría tenido ancestros? Pero en aquel tiempo esta práctica era corriente. O bien ¿No habría nacido Eneas de Venus, o Rómulo y Remo no habrían sido engendrados de Marte y de la vestal Rea Silvia que descendía de Eneas?

¿No hubo cantidad de ciudades, comarcas y naciones que aún estaban bajo el paganismo que tenían sus autores que las hacían provenir de dioses o héroes troyanos o de otros? Así la verdad ha sido aplastada por la lisonjería y la opinión de la dignidad y de la antigüedad es imprimida en el espíritu de los hombres mediante mentiras.

De la Luna, en tanto que luz del cielo, no diremos nada aquí; la consideraremos como hija de Latona y hermana de Apolo, llamada también Diana. Ella ha venido en ayuda de su hermano en el momento de nacer jugando el papel de partera para su madre Latona; ya hemos tocado alguna cosa al respecto y la razón de ello es suficientemente perceptible. En efecto, la rojez debe seguir a la blancura y no al contrario; todos los filósofos dan testimonio de ello.

A continuación Diana hizo voto de perpetua virginidad y le fue concedida por su padre Júpiter; el peligro del alumbramiento al que había asistido la aterrorizó. En efecto, la blancura aparente no debe ser suprimida sino cocida hasta llegar a la rojez.[105] Es por lo que se dice que permaneció virgen.

Los paganos la invocan también bajo el nombre de Lucina y se le atribuía el presidir los partos aportando su ayuda, como Juno (que nació de Rea también en el mismo parto que Júpiter). También ella llevaba a la luz a todo aquello que nacía.

Se la representaba como a una cazadora que siempre utilizaba el arco y las flechas. Así, sin saber lo que era, traspasó al excelente cazador Orión que nadaba en las aguas; lo hizo por la envidiosa instigación de Apolo.

Se le ha llamado también Cintia por el nombre de una montaña muy alta de Delos, donde había nacido. Se cree que es a la vez macho y hembra, como así lo dice Orfeo en un himno:

Creciente y menguante, la misma también es hembra y macho.[106]

Alcman el lírico estima que es la esposa del aire, del que ha concebido un hijo, el Rocío.[107]

Marco Manilio figura que se desplaza en un carro de dos caballos y no en una cuadriga como el Sol.[108]

El famoso himnógrafo Homero escribe que viste o se quita sus espléndidas vestiduras a voluntad, se lava en el Océano, y aparece luminosa u oscura según la luminosidad de sus vestidos.[109]

Se dice que su carro es tirado por dos ciervas blancas.

Cicerón establece tres Dianas[110]: la primera hija de Júpiter y Proserpina, quien habría puesto en el mundo al alado Cupido.

La segunda, más conocida, de la que hemos aprendido que había nacido del tercer Júpiter y de Latona.

La tercera, según una tradición, tuvo por padre a Upis y por madre a Glauce. Los griegos a menudo la llaman Upis por el nombre de su padre.

Latona es su madre y la de Apolo, y esto es muy verídico. Pues dicha Lato o Latona indica un solo y mismo sujeto. Y es lo que Morien repite muy regularmente cuando dice:

Nuestro latón,[111] aunque primero sea rojo, es inútil, etc.[112]

Y:

Si, del resto, el latón es quemado con el azufre, etc.[113]

Igualmente:

Pero si el latón puro es cocido también largo tiempo, etc.[114]

Y hay infinidad de pasajes de este tipo que se han de consultar en su lugar.

Diana mató a Orión con sus flechas, Orión el gran cazador, el Orión de los tres padres, hijo de Júpiter, de Neptuno y Mercurio. Vuelto ciego por Oenopión, se refugió en Lemnos donde Vulcano lo acogió. Vulcano tuvo piedad de él y quiso que su criado lo condujera a Oriente donde recuperó la salud y la vista.

Y yo pregunto ¿qué clase de ayuda podía proporcionar Vulcano a Orión a no ser que fuera la que provenía de su arte? Es por eso que lo envió hacia Oriente. Esto es fácil de comprender y no necesita explicación. Es a este Orión a quien Diana traspasó con sus flechas pensando que era un trozo de madera, cuando nadaba en el mar.

Por otro lado, Diana es macho y hembra puesto que es de una naturaleza hermafrodita[115] y en el magisterio filosófico, bajo la blancura se encuentra la rojez; y es de la hembra que se hace el macho.

Así se expresa Senior al respecto:

Tal es la virtud de la hembra, que se ha hecho hembra en nueve días. Esta significa el alma, que es la virtud de la hembra vuelta macho cuando se coagula y se condensa en el fuego: ella se hace macho caliente y seco por la misma cosa que adquiere de la parte del fuego; entonces se llama macho, y se nombra esta agua coagulada con el nombre de no importa qué macho. Finalmente se la desposa, y él proviene de ella, y él es su raíz y su coagulación.[116]

Diana o la Luna tuvo como hijo al Rocío, aunque se haya decretado que era virgen. Esto es porque es preciso que el rocío caiga antes de levantarse. Utiliza un carro con dos caballos y no con cuatro porque sólo hace aparecer dos colores, el negro y el blanco, y porque tiene tres elementos.

Al contrario, el Sol requiere la totalidad de los cuatro colores y de los cuatro elementos, si hemos de creer a los autores.

2. MERCURIO

Júpiter también tuvo de Maya a Mercurio. Este dios es representado como el más vigilante de todos. Ha nacido en Arcadia sobre el monte Cilene.

Pausanias cuenta que ha nacido sobre el monte Coricieno, no lejos de Tanagra, y que fue lavado sobre el Tricreno (donde había tres manantiales), en el campo de Fineo, por las ninfas que habitaban cerca de esta montaña.[117]

Otros dicen que fue educado bajo una verdolaga, planta que desborda una enorme cantidad de humedad y frialdad. Por lo que Llull también menciona esta planta entre los vegetales apropiados para Mercurio cuando dice:

Entre los vegetales, la viña es dicha materia masculina, igual que la gran lunar que es un jugo vital, así como la raíz del trigo o de la paja y los puerros y la verdolaga, la malva, la mercurial, y la celidonia.[118]

Según algunos cuando nació Mercurio fue Juno quien le proporcionó la leche; lo habría alimentado algún tiempo por inconsciencia. Mientras succionaba del pecho de Juno, Mercurio habría dejado escapar leche de su boca. Así se fabricó la vía láctea en el cielo.

Otros han preferido la versión según la cual es Opis quien amamantó al niño. Ella habría comprimido esta leche en forma de piedra que luego ofreció a Saturno. Esta piedra caída en el cielo habría producido la vía láctea.

Sería un lujo de rico perder el tiempo en escudriñar escrupulosamente sujetos tan manifiestamente falsos si no se ocultara en ello algún secreto. Pues lo que acabamos de enumerar hasta aquí, aunque sea poco, ha sido aceptado por el mundo y creido por los paganos.

Pero para nosotros está claro: Mercurio es el sujeto del arte químico.

Sea donde sea que haya nacido, siempre desciende de un lugar montañoso. Su madre Maya es una de las Pléyades, hija de Atlas, y se la considera una de las montañas adyacentes a Atlas como ya lo hemos señalado. Es por lo que ya sea nacido de Maya o del monte Cilene en Arcadia, es lo mismo.

Ha sido lavado en el Tricreno por las ninfas, es decir, que ha sido purgado tres veces[119] en sus propias aguas.

Se le pinta alado, acompañado de un gallo. Se hace de él un bello joven sin afeite ni adornos, de semblante alegre y vivos ojos. Con una cadena de oro ligada a las orejas de los hombres podía tirar de los mortales donde quería.

Los egipcios le habían hecho una estatua con la cara en parte negra y en parte de oro y luminosa. Se ha acuñado una moneda en la que se le ve acompañado de un carnero, puesto que preside a los rebaños. Se le pone un caduceo equipado con dos serpientes, una macho y una hembra, entrelazándose y ajustándose dejando descender sus colas hasta el mango del caduceo. Este caduceo lo recibió de Apolo en agradecimiento por la lira que había inventado y que le había regalado. He aquí qué razón se da tradicionalmente de las dos serpientes enroscadas: había echado este caduceo entre dos serpientes que se golpeaban con una increíble rudeza. Al instante se convirtieron en amigas. Desde entonces lleva este especial bastón con las dos serpientes enroscadas.

Esto es totalmente químico y es lo que ha hecho que la más alta Antigüedad lo haya imaginado y propagado. Nadie puede no darse cuenta de esto, a menos que nunca haya leído nada, o que tenga un juicio retorcido o el cerebro muy duro. Hay tal cantidad de volúmenes que dan testimonio de ello en todas o en casi todas las páginas, se cuentan tal cantidad de autores tanto modernos como antiguos que han hablado de ello, que nos dispensaremos de citar aquí esos testimonios uno por uno.

Si está alado y se le pinta como tal es porque el mercurio filosófico, incluso si no lo es, el vulgar y crudo, siempre tiene alas para echarse a volar, cuando está retenido por su hermano.

Hay un gallo a su lado a causa de su despabilamiento, su vivacidad y su volatilidad.

Es bello y sin afeite ni adornos porque es homogéneo, legítimo por naturaleza y sin mezcla sea la que sea.

Que conduzca a los hombres por las orejas con una cadena de oro es creíble, no solo por su elocuencia, como algunos explican, sino porque Mercurio tiene entre los egipcios la reputación de ser el autor de todas las leyes, todas las artes, la medicina, el comercio y de toda la civilización. Ya lo habíamos dicho.

Mercurio ha guiado a Isis. Se ha dicho, pues, que ella había sido educada por Mercurio y que había recibido de él todas las artes y todas las leyes. Es así como Mercurio saca realmente a los hombres por las orejas, pero con una cadena de oro, puesto que es bajo el impulso de su arte que todas las ficciones, pinturas, esculturas, hechos y realizaciones son puestas en obra.

Por otro lado, si los egipcios lo han representado con una cara negra de un lado y dorada del otro es porque realmente él es así: una es la cara interior y la otra la exterior.

En la moneda de bronce acuñada con el carnero representa la naturaleza de Marte.

El caduceo con las dos serpientes es porque la substancia mercurial es doble; seca y cálida, fría y húmeda. Tiene, pues, dos cualidades contrarias que vuelven siempre a la concordia. Una es macho y la otra hembra. Una es el agente y la otra el paciente. Su bastón es de una virtud admirable puesto que es el que crea la concordia entre las serpientes que no se entienden y que tocando los cuerpos él extrae las almas y las devuelve allí. Pues esto sólo lo realiza el mercurio en el magisterio filosófico. Es por lo que vulgarmente se dice:

Es en el mercurio donde se encuentra todo lo que buscan los sabios.[120]

Y Llull, en el Libro de la quinta esencia, dice:

Hay ciertos elementos que endurecen, fijan y congelan y hay otros que son endurecidos, fijados y congelados. Es así como hay una doble consideración en el arte, en saber componer, a partir de una sola naturaleza de un solo metal, dos licores contrarios en composición: uno que tenga una virtud fijadora, coagulante y endurecedora, y el otro que sea volátil, no fijo y blando. Pero es este segundo licor el que es endurecido, fijado y congelado por el primero. De estos dos licores juntos resulta una sola piedra congelada, fija y endurecida, teniendo la virtud de congelar lo que no lo está, de endurecer lo que es blando, de fijar lo que no es fijo y reblandecer lo que está duro.[121]

Tal es, pues, esta doble conexión de serpientes representadas una alada y la otra sin alas. Tal es la doble cara de Jano, que observa el pasado y prospecta el porvenir, o más bien cuya naturaleza no fija penetra en la fija como por una puerta abierta.[122] Tal es este doble pájaro, uno con plumas y el otro sin plumas; uno teniendo la cola del otro en el pico, como se encuentra en la figura de Senior.[123]

¿Qué más es preciso? La cosa es suficientemente conocida. No es obligado, pues, aportar más testimonios como demostración.

En cuanto al carácter ladrón de Mercurio, he aquí que es curioso: todos están de acuerdo en decir que desde su más tierna infancia había hurtado los útiles de la forja de Vulcano, quien se había encargado de su instrucción. El mismo día en que nació robó el cinturón de Venus, el cetro de Júpiter, los bovinos del rey Admeto que Apolo apacentaba, y el carcaj de éste.

A penas acababa de aparecer a la luz que ya venció a Cupido en la palestra. Más tarde, ya de adulto, obtuvo diferentes funciones: Barrer el comedor de los dioses, ocuparse del embaldosado de la curia, hacer circular las órdenes de Júpiter e ir a la carrera de aquí para allá durante el día, hacer descender a las almas de los muertos a los infiernos durante la noche, presidir las palestras y las asambleas y todo ello sin reposar nunca.

Inventor de la lira, fue el primero en extender nueve cuerdas sobre una tortuga encontrada cerca del Nilo. Fue el primero en marcar los tres tonos de las cuerdas: agudo, grave y medio.

Transformó al pastor Bato en mojón indicador.[124] Mató con una piedra a Argo, el de los cien ojos, que guardaba a Io transformada en vaca.

Dirigió a Egipto y dio leyes y letras a los egipcios, quienes consideraron una impiedad nombrarle. Algunos le llamaban Trofonio cuando permanecía sobre la tierra.

Se manifiesta como autor de la astronomía, la filosofía y la religión para los sacerdotes tebanos que practicaban enormemente estas disciplinas, como lo atestigua Estrabón.[125] Y Marco Manilio dice esto en verso:

Tú, el Cileniano, tú autor de un tan gran misterio, es por ti que el cielo interior así como los astros son conocidos, etc.[126]

El mismo poeta se esfuerza en demostrar que Mercurio es quién, al salir, inventó el fundamento universal de la religión entre los egipcios al mismo tiempo que los ritos, los misterios y las causas de las cosas naturales.[127] Por otro lado ¿Será por eso que deducimos que es el axioma a menudo más repetido en el capítulo sobre Egipto y sus jeroglíficos, a saber, que todas las cosas dependen de Mercurio y que es un maestro en todos los dominios?

Su carácter ladrón es bien conocido. Todos aquellos que han intentado fabricar un Mercurio lo han experimentado en sus gastos. Sea cual sea este Mercurio se han hecho robar por él. Es el caso de Vulcano y de los otros dioses.

Entonces ¿por qué se dice que ha sido educado por Vulcano? Es porque propiamente es discípulo de Vulcano. Vulcano es su preceptor.

Sus funciones son suficientemente claras: se le llama Mercurio, como si fuera medius currens (“quien corre en medio, como intermediario”) pues él era un muchacho de carrera para los dioses.[128] Así mismo en el arte filosófico corre al comienzo, en medio y al final.

Si ha inventado los instrumentos de música y los intervalos es porque todo se hace por peso, número y medida, de donde sale finalmente algún sonido.

Transforma a Bato en roca y mata a Argo con una piedra. Nada sorprendente. Él mismo es un Mercurio, es decir, un mojón de piedra indicador que se encuentra a veces en los cruces de tres caminos.

Es el creador de toda disciplina, como se ha repetido a menudo. Pero el hecho de que era una impiedad pronunciar su nombre prueba manifiestamente que los misterios habían salido de Mercurio, habían sido instituidos por él y estaban envueltos de silencio.

Además hay otra evidente prueba de esto, y es que también se encuentra a Mercurio entre las famosas divinidades de Samotracia cuyas ceremonias garantizaban a aquel que las había observado la total inmunidad en las más turbulentas tempestades. Se cuenta que Ulises fue iniciado en Samotracia[129] pero que había utilizado una cinta (vitta) blanca a guisa de faja estrecha (taeniis). El hecho es que los iniciadores sujetaban fajas púrpuras entorno al vientre. Por lo demás, esta era la costumbre para iniciar a los Cabires[130] y he aquí los nombres de los dioses que era impiedad nombrar: AXIOERUS, AXIOCERSA, AXIOCERSUS. Axioerus era Ceres; Axiocersa era Proserpina; Axiocersus era Plutón.

A estos se añadía CASMILUS que era Mercurio, como lo escribe Dionisidoro. Se le llama el dios triple; es considerado como marino, celeste y terrestre. Siendo unido a Hécate tuvo tres hijas.

Por el Mercurio terrestre los atenienses tenían unas celebraciones llamadas Choes, el treceavo día de la Luna de Noviembre, en el transcurso de las cuales se mezclaba en una sola marmita las simientes de todas las especies y se ponían a cocer.

También organizaban en su honor las Hidrofobias de las que se hablará más adelante.

Licofrón le da como sobrenombre “Ctarus de Nonacris, dios de las tres cabezas”.[131] En Lactancio que cita a Hermes, es contado entre los tres que habían poseído la sabiduría suprema; Urano o el cielo, Saturno y Mercurio.[132]

Algunos lo llaman Poligio, al cual Hércules consagra su maza tras su victoria sobre los Gigantes.

El cuarto día de cada mes ha sido dedicado a Mercurio, como el primero y el séptimo lo han sido a Apolo (que es el Sol).

Según una tradición habría tenido una conversación con Plutón y Júpiter y habría explicado los secretos de sus leyes a los hombres.

Se le consagra la lengua de las víctimas que se arroja en último lugar al fuego.

Tuvo muchos hijos (entre otros al Argonauta Etálides.) y muchas hijas. Píndaro menciona una: Angelia.[133] Se le sacrifica un becerro. Se llevaba su estatua entre los otros símbolos sagrados de Eleusis; hablaremos de ello a propósito de los misterios de Eleusis.

Además de lo que ya se ha dicho, todo esto explica claramente la naturaleza de Mercurio. He aquí por qué formaba parte de los misterios y era tomado por un dios. Seguramente esto proviene de los principales jeroglíficos egipcios y griegos y es por lo que estas ceremonias se celebraban con el silencio de los iniciados y por personas que juraban no revelar nada a nadie.

Es vano pues, opinar como Lactancio en su libro sobre la falsa religión, que Mercurio ha sido un hombre de un genio y una sabiduría singulares.[134]

Cicerón en La Naturaleza de los dioses, pone en escena varios Mercurios.[135] Afirma que uno tenía por padre al Cielo y por madre al Día, el segundo era hijo de Valens y de Foronis, el tercero venía de Júpiter y Maya, el cuarto tenía por padre al Nilo y que el quinto era aquel que veneran los habitantes de Feneo.

Al menos hay un Mercurio, el jeroglífico, que no es ni dios ni hombre, aunque no puedo negar que haya habido en Egipto algunos hombres de muy alta sabiduría llamados Mercurio, es decir, Hermes, pero a los que no se les puede atribuir nada de lo que se ha dicho.

Así, por ejemplo, el mismo Hermes Trismejisto cuenta a Mercurio entre los más sabios, pero entendiendo por ello al Mercurio jeroglífico. Es este el que es contado entre los dioses egipcios y eleusinos, y es lo mismo para el de Samotracia que comparte con ellos las mismas ceremonias, cuya intención es idéntica. Tanto estas como aquellas eran muy secretas.[136] Mercurio tenía que encontrarse tanto en unas como en las otras.

Los sacerdotes y los iniciados tenían sobre la lengua una llave de oro. Unos y otros han hecho sacrificios a la diosa del silencio Angérona o al dios Harpócrates. Es la razón por la que era impiedad extender en el pueblo los nombres de los dioses, no porque fuera malo en sí mismo el nombrar a los dioses en los que se creía, sino porque se quería evitar que fuesen conocidos los secretos que se ocultaban bajo los nombres de estos dioses y de estos misterios.

Tal fue la única y propia razón por la que se seleccionaba a los iniciados haciéndoles prestar juramento, ellos celebraban estos misterios y veían estos simulacros.

Estaba prohibido divulgar cualquier cosa a propósito de los dioses o de los misterios o incluso nombrar a los dioses entre ellos mismos. Por lo que se atribuía a estos dioses algunos nombres comunes y generosos que debían designar su dignidad suprema, tales como Axioerus, Axiocersa y Axiocersus: Ceres, Proserpina y Plutón.

Ceres es aquella que en su honor se instituyeron los misterios de Eleusis. Se hablará de ello en el siguiente libro.

Plutón es el dios subterráneo de las riquezas; se ha hablado de él anteriormente.

Se les añade a Mercurio como servidor, él que es todo en todas las cosas.

La fábula dice que Ulises fue iniciado en estos misterios. En efecto, así le ha placido a Homero. Pero en ellos se utilizan fajas púrpuras y no blancas. He aquí donde se encuentra la causa de tantos vagabundeos y tempestades que le han sido enviados durante su retorno. Pero él salió sano y salvo.

¿Por qué es triple Mercurio? Aquel que lee a nuestros autores lo sabe, según Hermes:

He visto tres caras en un solo padre.[137]

Así el Rosario dice:

La materia de la piedra de los filósofos es un agua y se la comprende del agua de tres cosas como lo prueba Hortulano. Y no deben ser ni más ni menos. Él dice que el Sol es el macho, que la Luna es la hembra, y que Mercurio es el esperma.[138]

Se da también a Mercurio el nombre de Nonácrites, puesto que Nonacris, una montaña muy celebrada en Arcadia, posee en su cima unas aguas muy frías fluyendo gota a gota de un peñasco. Además a esta agua se la llama “estigia” pues ningún utensilio, ya sea de plata, de bronce o de hierro no puede subsistir en ella sin consumirse y corroerse. Se cree que no se la podía conservar a no ser en una pezuña de mula.

Mercurio ha cumplido los mandatos de los dioses sobre el mar, en el cielo y sobre la tierra. Es por lo que se le dice marino, celeste y terrestre según el caso. Es lo que algunos piensan; pero nosotros al contrario, sabemos que es porque en él se encuentran lo superior y lo inferior, el cielo y la tierra de los filósofos, y que la tierra participa del agua. Es por lo que se dice que tiene tres naturalezas, es decir, que consiste en tierra y agua en tanto que elementos propiamente visibles, y además de esto, en quintaesencia, es decir, en una virtud celeste oculta.

Uniéndose a la materia triple de Hécate le ha engendrado hijos.

Pero ¿por qué los atenienses han practicado tales ceremonias para el Mercurio terrestre llamado Trofonius, poniendo en una sola marmita todo tipo de simientes para cocerlas? Es sorprendente, y esto descubre los ritos egipcios sobre los cuales se podría permitir razonar en la línea de lo que se ha dicho hasta aquí.

Se remarca también que hay una razón mística en los días del mes dedicados a Mercurio y parece ser que también es de ello que entre los romanos nació el uso de contar los siete días con los planetas, puesto que entre ellos, como ahora, el primero y el séptimo día es asignado a Apolo, y el cuarto a Mercurio. Esto no es pues, en función de la época o del movimiento de la Luna como antes.

Ya se ha aclarado suficiente el porqué Mercurio explicó a los hombres las leyes que había obtenido de Júpiter y de Plutón, el dios de las riquezas.

En cuanto a la lengua, le era consagrada no como se ha pensado hasta ahora en tanto que dios de la elocuencia, sino más bien del silencio, y porque sus misterios deben ser muertos comprimiendo la lengua entre las empalizadas de los dientes. He aquí el por qué en cierto rito exterior se echaba al final esta lengua al fuego.

Se le creía mensajero de los dioses; se ha figurado, pues, que tuvo una hija llamada Angelia. Describiremos su estatua cuando hablemos de los misterios de Eleusis.

Así, es este famoso Mercurio quien ha instituido sus leyes, sus ritos sagrados, sus ceremonias y sus cultos en todas partes del mundo. Y puesto que realmente no ha existido más que jeroglíficamente y alegóricamente según el intelecto de los sacerdotes egipcios y de los poetas griegos, y con un arte muy secreto conocido por ellos en su época, no obstante, todos los dominios mundanos, es él en tanto que dios terrestre quien los ha dirigido, ordenado, fijado y refijado.

Desde Egipto penetró en Fenicia y entre los griegos con su religión y misterios, y de allí a los romanos que le rindieron culto a él y a los dioses emparentados. Estos romanos lo impusieron a casi la totalidad del mundo, del que tenían el dominio. He aquí cómo los españoles, galos, germanos, bretones y los otros pueblos sacrificaban para Mercurio como para Marte. Esto resalta de manera evidente entre los antiguos historiadores.

Sin embargo personalmente, yo más bien tendría tendencia a pensar que los germanos fueron a buscar el culto a Mercurio directamente de los egipcios (si es verdad que son poco cuidadosos con los nombres romanos o las divinidades romanas con una autoridad a penas confirmada por unos cientos[139]). Como prueba de ello veo que los egipcios llamaban a Mercurio THEUT[140] y que los germanos (quizás por su veneración hacia Mercurio) se llamaban THEUTONES o TEUTSCHEN, practicaban en los bosques un culto a Mercurio al mismo tiempo que a Marte, y esto mucho antes de la llegada de los romanos a Germania.

Hay quien alega otras razones a su nombre; no lo ignoro y no lo refuto demasiado a no ser que sean más bien presupuestos que probados.

Plinio[141] estima que los pueblos de Germania son llamados Teutonus porque creían haber nacido de la tierra. En efecto, se dice que Mercurio verdaderamente nace de la tierra. También está Teutates que quiere decir “Mercurio” antiguamente en lengua gala, pues los galos veneraban también a Mercurio y lo apaciguaban con sangre humana.

De donde Lucano dice:

Y por los cuales se apacigua el salvaje Toutates con la funesta sangre.[142]

Aventino, en el libro I, hace de Tuiscon un hijo de Noé. Este lo habría engendrado en Armenia y lo habría enviado a Europa asignándole todo lo que se encuentra entre el Rin y el Tanais.[143]

Otros quieren que Tuiscon sea Ascenas, el primer hijo nacido de Gomer,[144] de donde los germanos son llamados die Teutschen.

Pero estas hipótesis sobre los orígenes de los pueblos son muy poco seguras. No se han confiado a los escritos con mucha verdad, y las creemos tal como las hemos recibido, o más bien, las aceptamos aunque no las creamos todas.

Por lo tanto que esto sea suficiente sobre Mercurio, el dios cósmico, a aquellos que quieren más indicios les mostraremos su ANTRO. Lo vamos a hacer según Orfeo y después según uno de nuestros compatriotas.

He aquí cómo se expresa Orfeo en el Libro de las piedras, en el pasaje en el que exhorta a las gentes al estudio y donde los envía a la gruta de Mercurio, llena de todos los bienes y ventajas. He aquí sus versos:

Pero todo hombre que sea conducido por la prudencia del corazón entre en la gruta donde Mercurio ha depositado numerosos bienes. Tiene allí un enorme montón. Ese conseguirá tomarlas para él a dos manos y llevárselas a casa. Ese conseguirá evitar todas las contrariedades.

Y Augurel describe de manera casi idéntica la cámara y el lecho de la ninfa Glaura:

Hay un bosque en la cima del monte sagrado donde una fuente de plata hace bajar brillantes ondas, donde un ahondado subterráneo se abre hacia un antro. En el interior es una virgen quien lo posee, ella es de una potestad divina superior. Los cultivadores la llaman Glaura, su nombre antiguo. Allí se sube penosamente por un estrecho sendero, escabroso y escarpado. Ante el vestíbulo mismo de la gruta una superficie lisa e igual, pero no grande, está ceñida de erizadas sombras; y sobre la orilla del río y la orla de toba está recubierta de verde musgo y espesos grumos de hiedra.

Pero si alguien entra allí con felicidad al instante se desnuda de toda mancha humana (Oh, cosa admirable de decir) abandona bruscamente todo peso mortal y se le hace un espíritu puro y totalmente ligero. Que ese revise todas las entradas y que se le lleve, ágil, por todos los rincones en medio de los cuales reside la ninfa de oro y el tálamo de oro sobre el que ella resplandece.

Además aquellos que vienen pisan con los pies tabletas de oro e incluso la vajilla ha sido forjada en oro. ¡Ah Treviso! Por miedo a titubear alguna parte gana este antro en las montañas, tú que buscas los principios de cosas tan grandes. Y lo que allí abajo te parezca más precioso extráelo, y no economices para ello ni gasto ni mucho trabajo.[145]

Estos versos realmente dorados de un reciente poeta de oro, explican suficientemente lo que Orfeo ha entendido por el antro de Mercurio del que recomienda la visita a todos los sabios. En efecto, en este antro es donde habita la ninfa llamada Glaura, quien ella misma es Mercurio, y que se atribuye por comparación tantos sobrenombres como nombres tienen las cosas en el mundo, por miedo a que los indignos se apoderen de él. Por lo que en la Turba se dice, hacia el final:

No te dejes engañar, pues, por la infinita cantidad de palabras; está muerto tanto como vivo. Pero ten por cierto que es una cosa a la que nada extranjero le llega o es traída. Busca pues, lo que se le asocia y no le añade nada de extranjero. Y deja a las gentes multiplicar los nombres, pues no lo multiplican a él, los niños se reirían de nuestra sabiduría.[146]

No nos ocupemos, pues, de los nombres que los Modernos han atribuido a esta materia y a este sujeto, puesto que son innumerables. Nosotros decimos solamente que entre los más antiguos esta misma y única cosa es llamada Mercurio y que por ello se comprende a Apis, y a tantos toros consagrados a los dioses. También otros: todos los dragones domados de los que se ha hablado anteriormente, y casi todos los jeroglíficos de animales y de divinidades. Hay también los muchos monstruos descendientes de Tifón y Equidna: Cerbero, la Quimera, la Esfinge, la Hidra, Hécate, Gerión, tantos leones, caballos, pájaros, bestias, que hemos citado o que vamos a mencionar, cada uno en su lugar.[147]

3. DIONISOS

Vayamos ahora a Dionisos, hijo de Júpiter y Semele. No es menos célebre que Mercurio. Este Dionisos griego corresponde al Osiris egipcio, y al Baco romano, es lo que resalta de todo lo que se le atribuye. Es por lo que este sujeto siempre uno, lo nombraremos tanto Osiris o Dionisos o Baco mezclándolos, como así lo han hecho los Antiguos que lo sobre entienden.

Semele era hija de Cadmo y Harmonía. Como ella era mortal y Júpiter buscaba abrazarla (es lo que inventan los poetas) Juno, la esposa de Júpiter, se disfrazó de vieja y convenció a Semele para que obligara a Júpiter a jurarle por el mar Estigio que le concedería lo que le pidiera y que luego le reclamara que se presentara ante ella tal y como era cuando enlazó a Juno. Semele hizo este pedido a Júpiter con mucha insistencia pero no pudiendo resistir el poder del rayo fue convertida en ceniza. Como el feto que había concebido de Júpiter tenía ocho meses cumplidos aconteció lo que describe Ovidio en estos bellos versos:

Esta pidió a Júpiter un regalo sin nombre; el dios le respondió: “Escoge, no sufrirás ningún rechazo. Y para que me creas mejor que igualmente sean cómplices las potencias divinas del impetuoso Estigio. Es el temor de los dioses y su dios”.

Dichosa por este mal, muy poderoso, y habiendo de perecer por la sumisión de su amante, Semele le dijo: “Tal como fue el hábito de abrazar a la Saturnina cuando entablasteis los contratos de Venus, igualmente dádmelo a mi”…

El cuerpo mortal no soportó estos tumultos aéreos y se consumió por estos dones conyugales.[148]

Pero del vientre de la abrazada Semele Júpiter arrancó el feto, y para impedir que pereciera lo metió en una incisión que se hizo en el muslo y lo cosió, y lo llevó hasta el tiempo exacto de la madurez.[149]

He aquí cómo se describe el hecho:

El hijo todavía inacabado es arrancado del seno de su madre, y tierno, es cosido (si se permite creerlo) en el muslo de su padre, para cumplir los tiempos maternales.[150]

De donde se le llamó Dionisos porque ha picado el muslo de Júpiter puesto que nació cornudo,[151] o bien, según otros, porque Júpiter estaba cojo[152] por llevarlo cosido en el muslo. O bien, según otros, porque Júpiter envió una lluvia cuando nació.[153]

Otros afirman que a penas nacido, Dionisos fue deportado por Mercurio a Nisa, una ciudad de Arabia vecina de Egipto, para hacer que las ninfas lo educaran. De donde se le ha llamado también bimater, “de doble madre”.[154]

Algunos han dicho que Semele dio a luz a un hijo de Júpiter pero que Cadmo la había arrebatado con el niño que acababa de nacer, la había colocado en un cofre de madera que el oleaje del mar llevó hasta el país de Oréato (ciudad de Laconia). Allí los indígenas encontraron el cofre y lo abrieron, pero Semele estaba muerta. Le hicieron un entierro magnífico y educaron al niño.

Meleagro sin embargo, pensaba que el niño no fue cosido en el muslo de Júpiter, sino que estaban las ninfas que inmediatamente lo arrancaron de las cenizas y lo educaron.

Demarco dice que fueron las Horas que lo educaron y que sucedió en Egipto, como lo quiere Orfeo que fue el primero en pretender que había nacido en Tebas. Se dice que esto aconteció porque Orfeo partió hacia Egipto y allí aprendió los misterios sagrados. Amigo de los tebanos descendientes de Cadmo, habría querido serles agradable inventando esta historia de Dionisos.

Y esto, en parte por ignorancia y en parte porque quiso contar con un tan gran dios como conciudadano, el pueblo tebano lo adaptó fácilmente y lo transmitió a las otras naciones como una verdad. Lo que se dice aquí de Dionisos y lo que los poetas le han atribuido para complacer a los tebanos, se debe considerar que también ha sucedido con los otros dioses y héroes, como ya lo hemos señalado anteriormente.

Para algunos, Dionisos nació de Júpiter y Ceres. Fue despedazado por los Gigantes[155] y cocido. Pero Ceres reunió sus miembros y el joven volvió a la vida.

Otros dicen que las Hiades (que significan “lluvia”) fueron las nodrizas de Baco[156] en Naxos, y que tras haber crecido cerca de las ninfas, cumplió cantidad de admirables hazañas. He aquí como lo resume Natali Conti:

Jugando entre ellas cortó su férula por azar y golpeó las piedras con un golpe parecido al del hierro. De la herida salió un río de vino dulce. Después despedazó las vísceras de un carnero del que la sangre infectada corrompió el suelo. Echó al suelo los miembros de un perro de pelo blanco. Entonces ¡Oh, cosa sorprendente! Los miembros cortados del animal se reunieron de nuevo súbitamente y se puso a pacer la hierba verde y los forrajes conocidos.[157]

Se cuenta que una amfisbena (es el nombre de una víbora con una cabeza de dos lados) le mordió en la pierna. Él la mató con un sarmiento de viña que yacía justamente en los alrededores.

Golpeando con un bastón la tierra, hacía salir miel, leche y otros licores dulces.

Se ha inventado que Zeus lo transportó al cielo, pero Juno lo expulsó salvajemente.

Ovidio lo ha llamado siempre joven.[158] Unos lo han pintado barbudo, otros lo han hecho imberbe. Isacio lo testimonia: los Antiguos pensaban que el mismo Dionisos era a la vez un joven y un viejo. Y Orfeo relata que era a la vez macho y hembra.[159]

Lo que algunos han afirmado de la cabeza del pulpo, a saber, que era comestible pero provocaba cantidad de sueños fantásticos, otros lo explican de la poesía, es decir, que parece agradable en sus ficciones, pero esparce numerosas cosas vanas y semejantes a delirios. Si esto es cierto lo es especialmente en el caso de esta alegoría que abraza el nacimiento, la vida, y las hazañas de Dionisos-Osiris-Baco.

A decir verdad, aunque los poetas posteriores han asociado muchas vulgaridades a las hazañas de Dionisos, no es menos indudable que la mayoría de lo que se nos ha transmitido y de lo que se ha propagado concierne a importantes dominios muy secretos que, según la Antigüedad, han pasado por las envolturas de las fábulas. Por ejemplo, si los más antiguos autores sólo hubieran atribuido a Dionisos la confección del vino y la invención de la viña; si sólo hubieran tenido esta única razón para ofrecer a la consideración del mundo tantas cosas buenas que se le han atribuido, estas gentes merecerían el eléboro[160] y no el elogio. Decimos más, se les tomaría por los más ineptos y bobos de todos los seres humanos.

Entre ellos están los egipcios que han hecho pasar historias aún más diferentes de lo que ha sido dicho hasta aquí sobre el nacimiento de Dionisos. Según ellos un rey de la parte de Libia, Amón, había tomado como esposa a una hija del Cielo, hermana de Saturno. Estaba visitando la región de los montes Ceraunianos cuando se fijó en una chica especialmente bonita de nombre Amaltea. Se unió a ella y engendró un hijo que, más tarde, vista su fuerza y remarcable belleza, fue llamado Dionisos. Instaló a Amaltea como reina de una región vecina cuyo dibujo se parecía a un cuerno de buey. Es así como se llamó al lugar, cuerno de las Hespérides, pero ya que la región era tan fértil que podía producir una gran cantidad de árboles frutales, se le llamó cuerno de Amaltea.

Por otro lado Amón temía los celos de Rea, por lo que hizo trasladar al niño a una ciudad llamada Nisa, lejos de aquellos lugares. Esta ciudad se encontraba en una isla rodeada por el río Tritón hasta un abrupto lugar donde se encontraban los estrechos pasos llamados puertas Niseas. Es una región muy agradable que se distinguía por sus suaves praderas. El lugar rebosaba de chorros de limpias aguas para regarlo y tenía plantados todo tipo de árboles frutales; cantidad de viñas nacían allí espontáneamente. Diferentes vientos soplaban allí, unos más agradables y saludables que otros. Todo esto daba a sus habitantes el goce de una vida muy larga, aunque el acceso a esta región estuviera cerrado por altos y espesos árboles y valles suficientemente profundos impidiendo penetrar allí fácilmente al Sol con su luz. En todos los alrededores se encontraban manantiales de agua dulce y numerosos árboles, siempre verdes, daban su olor, suaves ríos y todo era llenado con el canto de multitud de diferentes pájaros. En una palabra, no se podía anhelar nada más para el deleite de sus habitantes.

Se dice que cuando Amón llegó allí hizo educar a su hijo por Nisa una de las hijas de Aristeo. Y le dio como tutor al mismo Aristeo. Este era un hombre de una prudencia superior, y sobresalía en todo tipo de disciplinas. Pero fue a Palas a quien confió el papel de evitarle todas las emboscadas de su madrastra que, parece ser, había salido un poco antes de su tierra hacia el río Tritón, lo que a Palas le había valido el nombre de Tritonia.

Y en efecto, cuando Rea conoció después la unánime celebridad del coraje y la gloria de su hijastro se encendió contra Amón y se esforzó en atrapar a Dionisos por todos los medios. No pudiendo conseguirlo se apartó de Amón, se refugió entre sus hermanos los Titanes y decidió habitar con su hermano Saturno. Convenció a Saturno que junto con los otros emprendiera una guerra contra Amón. Se cuenta que entonces Amón pasó por una mala época y fue obligado a huir de Creta. Se desposó con la hija de uno de los Curetes que estaban en el poder. Se llamaba Creta. Este nombre de su esposa se lo puso también a la isla que anteriormente se llamaba Idea.

Saturno ocupó las tierras de Amón pero parece ser que reinaba de una manera tan cruel que excitó entre todos un inmenso odio hacia él, lo que le impidió procurarse un gran ejército durante su campaña contra Nisa y Dionisos. Este al conocer la huida de su padre reclutó numerosos soldados en Nisa, doscientos de infantería de lo más selecto, lo que le aseguraba la fuerza, la benevolencia y los buenos oficios. A estos se añadieron tropas reclutadas en Libia y un gran contingente de Amazonas que vinieron allí voluntarias porque comprendieron que Palas, rica en recursos militares, iba a ser su aliada.

El ejército, pues, iba a ser conducido por Dionisos, general en jefe para los hombres, y por Palas para las mujeres. Desde el principio del combate cayeron muchos de los dos lados. Saturno fue herido y la victoria estuvo en las manos de Dionisos cuya brillante virtud se puso a lucir especialmente ese día. Los Titanes intentaron salvarse huyendo de los territorios de Amón pero finalmente se rindieron y fueron hechos prisioneros. Dionisos les otorgó la libertad y les dio a elegir entre irse o quedarse y combatir a su lado. Decidieron militar con él y le rindieron todos los honores de un dios de salvación. Se dice que la expedición contra Saturno fue emprendida con los más nobles de Nisa como combatientes. Se les llamó silenos por el nombre del primer dirigente de Nisa que se llamaba Sileno.

Durante el camino. Dionisos domó a cantidad de monstruos y llenó de colonos las regiones desiertas. Saturno oyendo que llegaban las tropas de Dionisos pegó fuego a la ciudad huyendo con Rea y algunos amigos durante la oscura noche. Pero encontraron centinelas por todas partes y cayeron en manos de Dionisos.

No solamente no sufrieron ningún tratamiento inhumano sino que yendo más lejos, por caridad filial, se les invitó a vivir con Dionisos para poner en práctica todo el debido respeto a la consaguinidad. Sin embargo los Titanes prepararon de nuevo su ejército en secreto. Dionisos los venció durante el combate y todos fueron masacrados, hasta el último.

El nacimiento de Dionisos, su guerra, su victoria, en una palabra, todo lo que se relata, describe por escrito todo el artificio filosófico con todas sus circunstancias, como ya lo hemos dado a entender.

Con esta victoria, Dionisos se aplicó en servir a todas las naciones recorriendo el mundo entero donde enseñó todo lo que sabía. Así, se cuenta que había dejado a Mercurio Trismegisto como consejero de su esposa y a Hércules para presidir Egipto. Después Hércules dio el cargo a Prometeo.

En las montañas de la India, no lejos del Ganger, erigió dos columnas que correspondían en Oriente a las que Hércules había levantado en Occidente. Pacificó toda la India y sometió las ciudades de Oriente. Su ejército estaba compuesto de paisanos y de mujeres.

Pasados tres años volvió de la India recorriendo Libia y las Españas.

En el transcurso de sus campañas tenía numerosas mujeres dedicadas a los coros y la danza. Desde que fundó Nisa en la India, ciudad muy floreciente, cerca del Indo, desposó con Ariadna. Pero trastornado por el furor que Juno tenía contra él, recorrió el mundo.

Se dice que allí por donde iba era acompañado de cobales, daimones no maduros e inhumanos, sátiros, bacantes (de ahí su nombre de Baco), y silenos. Avanzaba con ellos al son de címbalos y con un cierto ruido, y su vehículo era un carro tirado por linces.[161] Habitualmente estaba rodeado de linces, tigres y panteras. Siempre llevaba una piel de leopardo, por lo que le llamaban Briseo. Tuvo como compañero a Luso.[162]

A manera de cetro llevaba un tirso. Se le consagra una rama de abeto, el abeto mismo, la hiedra, la encina y el roble; la urraca entre los pájaros, la hoja de higuera y la corona de narciso no le eran desagradables. Así mismo entre los reptiles tenía al dragón. Sus sacerdotes eran mujeres llamadas ménades, tíades, bacantes y mimallonas.

Durante un viaje en barco se transformó en león y puso en fuga a unos piratas, a todos excepto a su piloto, al punto hizo que se sumergieran en el mar transformados en delfines.

Durmió tres años con Proserpina, cuando se despertó se entregó a las danzas del coro con las ninfas.

De su expedición a la India volvió a su patria después de tres años y derrotó a sus enemigos.

Y puesto que se identifica con Osiris, tal como se ha dicho, volvió a vivir intacto tras haber sido amortajado.

Los Antiguos lo representaban no solamente cornudo sino con cabeza de toro. Se cuenta que este fue el primer dios en haber elevado al culto divino las almas de los hombres mortales descendidos hasta sórdidos estados, como así lo estima Ovidio:

Ante tuos ortus, etc.[163]

Lo que debe de entenderse de todas las fiestas trienales de Orfeo importadas a los griegos, lo trataremos más adelante.

Baco fue hecho trozos en la guerra contra los Titanes y Palas llevó su corazón palpitante a Júpiter.

Fue el primero en conducir un triunfo, y como tenía una mitra ceñida a la cabeza esa costumbre ha permanecido entre los reyes llevando una diadema para imitarlo.

Querer examinar cada detalle de estas historias y aplicarlo como merece al sujeto que ha sido el origen de su invención, nos llevaría probablemente a sobrepasar las breves dimensiones que nos hemos fijado. Es por lo que trataremos de ello sucintamente, de manera que la mayoría de ellas se aclararán por lo que ya se ha dicho o por las explicaciones que seguirán.

En lo que concierne a Semele, la madre de Baco que fue consumida, ya lo hemos expuesto cuando hemos hablado del nacimiento de Esculapio. En efecto, el proceso es el mismo para los dos: uno habría sido arrancado de las cenizas de su madre Coronis, el otro de las de su madre Semele. Uno ha sido alimentado por Quirón, el otro por Mercurio, o bien cada uno de ellos ha sido alimentado por las ninfas, las Híades: las partes acuosas. Cada uno tiene dos madres puesto que es engendrado dos veces de Mercurio como lo expresan los filósofos:

Pues nuestro hijo, dicen ellos, tiene dos padres y dos madres. Y puesto que es nutrido en el fuego esmeradamente, no muere jamás.[164]

Si se le representa cosido en el muslo de Júpiter es para que madure. Esto debe pasar en el arte: el fijo fija al volátil. Y aquí, Júpiter que se acerca con su rayo a la mortal Semele de los cabellos muy largos, es nuestro fuego encendido en el vaso, nuestro fuego que quema más que el fuego del infierno (cf. nuestra referencia de Ripley en el artículo “Vulcano”). Este Júpiter ayuda a madurar a nuestro pequeño.

Este, despedazado por los hijos de la tierra, es decir, por las partes terrestres, es vuelto a la vida intacto, al ser reunidos sus miembros por su madre Ceres, la substancia acuosa.

Sobre su lugar de nacimiento y sobre sus padres ya hemos dicho suficiente.

Sus milagros se refieren al mismo sujeto, puesto que posee de él mismo la fuerza que ejerce sobre las otras cosas: reúne las que están separadas y resucita las que están muertas. Mata a la amfisbena, la serpiente de cabeza con dos extremos, puesto que en el arte la serpiente que se ha de matar es doble: con alas y sin alas.

Los licores que produce[165] significan que todo el compuesto consiste en agua y tierra. Así, si Dionisos adulto es una substancia vuelta tierra, no es sin razón que se diga que produce licores.

Es joven, barbudo, imberbe, viejo, masculino y femenino. He aquí lo que dice de ello Agmon en la Turba:

Es imberbe e igualmente muy barbudo; sin plumas no vuela, e igualmente revestido de plumas está volando. Y si lo llamas agua dices verdad y si niegas que sea agua no niegas falsamente.[166]

En cuanto a la tradición de los egipcios que hacen a Amón (esposo de Rea, hermana de Saturno) padre de Dionisos y le dan por madre a la ninfa Amaltea, decimos que han considerado más la cosa que los nombres atribuyendo diferentes padres a Dionisos y a Osiris haciendo un solo personaje de estos dos.

Sus afirmaciones, pues, prueban manifiestamente que no se trata de historia sino de una ficción jeroglífica inventada para significar realidades que observan a la vez al cuerno de Amaltea, fuente de toda abundancia, y los jardines de las Hespérides.

Por esta tópica descripción los primeros inventores de tantas circunstancias no han querido otra cosa que insinuar una alegoría universal de toda la obra, y ponerla con todas sus diferencias y sus partes ante los ojos de aquellos que comprenden. Me parece a mí que esto es así hasta tal punto que difícilmente podría existir entre los autores recientes una comparación más evidente que expusiera mejor que ésta la operación de todo el arte.

Por el niño se entiende el sujeto. Por la ciudad de Nisa, el vaso.

Allí donde se habla de las puertas estrechas de Nisa, se trata del cierre y la clausura del vaso. Esta agradable región de variados árboles, lleno de viñas, vientos, flores y canto de los pájaros denota que el sujeto encuentra en este mismo vaso todo lo que es necesario para su vida y su deleite.

El muy prudente y excelente Aristeo[167] es el artesano encargado de la obra.

También se recomienda la presencia de Palas, la sabiduría única y la sutilidad del genio.

Lo que se añade después de Saturno y de su guerra contra Dionisos con la instigación de su hermana Rea a quien había abandonado Amón, lo comprendemos de la negrura saturnina que aparece al principio de la obra.

En cuanto a las Amazonas, esas belicosas vírgenes, ellas asisten a Dionisos. En efecto, la leche de virgen actúa así enormemente como la fuerza virginal.

Pues su madre es virgen, y su padre no tuvo acoplamiento.[168]

Dionisos vence a Saturno, puesto que cesa la negrura. Y prende a los Titanes que se rinden, es decir, que detiene las exhalaciones humosas de la materia.

Se honra a Dionisos como dios de la salud, pues como Esculapio, ha nacido para la salud de los hombres.

Si ha domado cantidad de monstruos es porque la materia misma posee el nombre y el presagio[169] de monstruos, como lo hemos mostrado más arriba, y que es él quien los doma. Puebla las regiones desérticas de colonos; en efecto, como lo dice Llull:

Es en este licor que se rectifica el gran dragón y se le proyecta del gran desierto de Arabia, puesto que la sed lo sofocaría inmediatamente y perecería en el mar Muerto. Volvedlo, pues, y enviadlo al reino de Etiopía de donde naturalmente es nativo.[170]

Saturno incendia la ciudad y huye en la oscuridad de la noche, puesto que por el fuego la negrura de la noche es expulsada. No obstante no se le trata con violencia sino con humanidad, dulcemente, con gran ingeniosidad,[171] en tanto que él es de origen paternal. Al contrario de los Titanes, que son exhalaciones sulfurosas y son totalmente suprimidos.

Que Dionisos se haya puesto a recorrer el mundo lo hemos explicado ya en el tratado de Osiris.

Ha dejado en la casa a Mercurio, Hércules y Prometeo encargados de los cargos del reino.

Se dice que ha sometido la India, Libia e Iberia o Hispania porque estos lugares abundan en excelentes metales.

Los cobales, estos daimones salvajes y venenosos son los humos que se encuentran con la materia. Los sátiros, los silenos, las mujeres con los ruidos de los címbalos, significan la volubilidad y la agitación de la materia, es decir, su movimiento y su sonoridad.

En cuanto a los linces, tigres y panteras, indican la diversidad de los colores.

El tirso que lleva a modo de cetro, no significa el vino como la gente común lo explica. Y entre los otros hay un hablador (no hay nadie sin lengua[172]) que, a causa de la nación de Europa, fortísimo y no cediendo a nadie en letras y en armas, ha proferido estas dignas palabras, si place a los dioses, de un tan gran hombre:

Ella ha proporcionado muchos portadores de tirso, pero pocas bacantes.[173]

Y en otra parte este mismo hablador dice de la misma nación:

¡Oh, peces, peces, no es del agua en la que nadáis que preferís el gusto del licor del Citerón al del Helicón.[174]

Como si este pobre pequeño hombre hubiera visto sea lo que sea de los secretos del tirso y más bien no estubiera pegado a su corteza superficial. ¿Qué ha sabido sino alinear las palabras, este Sibarita[175] de refinado lenguaje, este delicado hablador, este total plebeyo del sentido de las cosas? ¿A qué raza no ha robado sus cualidades, para hacerse así censor y árbitro del latín? Pero él mismo no es un pez. No es más que una anchoa. Sí, se parece a las anchoas: nacidas en la espuma del mar lamen las espumas y pacen en la superficie de las aguas sin ganar las profundidades. Para que la cosa sea convincente, sufrirán un día en sus propios Ícaros el talión de encerrar un tal Dédalo de palabras en el laberinto de la razón.

Se dice que el hijo de Baco era Estáfilo, del que su hija Rhio sufrió el abrazo de Apolo. Cuando Estáfilo supo que estaba en cinta la encerró en un cofre y lo echó al mar. Más tarde el cofre desembarcó en Eubea y dio a luz a Anio en una gruta. Le dio este nombre a causa de su tristeza.[176] Después este Anio tuvo de la ninfa Doripa a Esperma, Oeno y Elais, a los cuales Apolo acordó que cada vez que lo desearan recibirían ya sea grano, vino o aceite, según el significado de su nombre.

Hay quien ha pensado que Dionisos era el Sol, como Ceres la Luna, Así Virgilio dice:

Vosotros, oh, antorchas muy brillantes del mundo.[177]

Y Orfeo en los Himnos:

El Sol brillante, al que se sobrenombra Dionisos.[178]

Pero los poetas hablan así según la común comprensión del vulgo. Si Dionisos es Osiris (lo que por otra parte es suficientemente probado) y que Apolo y Diana son el Sol y la Luna, ¿cómo se puede decir que Apolo sea hijo de Osiris (Sol del Sol), por no citar otras absurdidades?

No obstante en verdad, de todo lo que ha sido dicho hasta aquí se comprende fácilmente el resto sobre Dionisos: por qué ha dormido tres años, por qué ha dictado leyes, por qué es el dios de las danzas, por qué es transformado en león, por qué se le considera cornudo, por qué muere y es hecho revivir, por qué se dice que sus nodrizas han sido cocidas por Medea, y así en lo que sigue…

4. PERSEO

Vayamos ahora a Perseo, hijo de Júpiter y Dánae.

El padre de Dánae la había encerrado en una cámara de bronce subterránea, en el interior del patio de la servidumbre. El motivo es que había sabido mediante un oráculo que sería muerto por un nieto que le daría su hija. Pero Júpiter, que se había enamorado de ella, se dejó colar por la cúpula en forma de lluvia de oro. A penas la recibió en su seno Dánae, Júpiter le reveló quien era y la abrazó… De ello nació Perseo. Horacio lo describe así:

Una torre de bronce de robustas puertas y las tristes guardias de los perros vigilantes hubieran sido suficientes para preservar contra los adulterios nocturnos a la prisionera Dánae si Júpiter y Venus no hubieran burlado a Acrisio, el temeroso guardián de la virgen oculta. En efecto, un camino seguro iba a abrirse para el dios transformado en valor. El oro busca ir al medio mismo de las guardas del cuerpo, y perforar las rocas, más potente que el golpe de un rayo.[179]

Algunos pretenden que Dánae dió a luz clandestinamente y se desembarazó del niño durante tres años hasta el momento en que Acrisio lo supo. Entonces su padre la habría llevado al altar de Júpiter Herceón donde se le preguntó de quién había concebido y dado a luz. Ella respondió que era de Júpiter pero no se la creyó. Primero mató a la nodriza que la había ayudado. Encerró a Dánae en un cofre de madera que lanzó al mar y que abordó en la isla de Sérifos. Dictis, el hermano del rey, que justamente estaba pescando en aquel lugar, enganchó el cofre con su hilo. Dánae le suplicó que lo abriera. Él lo hizo y cuando supo quien eran los recibió en su casa con inmensa hospitalidad como si fueran personas ligadas por un lazo de parentesco. Después el rey Polidectes intentó violentar a Dánae, pero como la presencia de Perseo lo impedía le impuso a este la misión de traerle la cabeza de Medusa, que quería dar como dote a su hija Hipodamia. Este Polidectes rey de Sérifos habría sido un descendiente de Neptuno. Como Perseo tenía que obedecerle se preparó para el viaje. Es por lo que pidió a Palas su escudo y su espejo, a Mercurio su harpé, es decir, su pica torcida, a Plutón su talego y su casco, a las ninfas sus alas de los pies, es decir, sus zapatos alados. Así cargado con estos instrumentos es como Perseo atacó a Medusa, una de las Gorgonas, que había convertido ya a gran cantidad de gente en roca. Las Gorgonas tenían sobre la cabeza serpientes con escamas que se enroscaban y tenían dientes de jabalí, manos de hierro y alas de oro que les permitía volar. Se dice que habitaban en el extremo oeste de Iberia, no lejos de las Hespérides. En su Libro de los misterios, Menandro menciona también a Escila entre las Gorgonas. Según algunos, Perseo habría partido primero hacia las Grayas, hermanas de las Gorgonas. Estas eran tres con un solo ojo y un solo diente cada una. Él las sonsacó y las retuvo hasta que le indicaron dónde se encontraban las ninfas de pies alados. Esto le permitió llegar hasta Medusa. La observó por detrás en el espejo sin ser descubierto gracias al casco de Plutón que llevaba puesto, y dirigida su mano por Palas dio un solo golpe que la decapitó. Puso en su alforja esta cabeza que tenía el poder de petrificar y se la llevó a Palas.

En su retorno liberó a la hija de Casiopea y del rey Etíope Cefeo, mostrando la cabeza al monstruo marino que quería despedazarla. Desposó a esta doncella llamada Andrómeda. También transformó en montaña a Atlas, cuya hija era Maera. He aquí lo que dice Homero en la Odisea:

En esta morada habita una diosa, hija del prudente Atlas, que de todo mar conoce las profundidades.[180]

Es el Atlas que hemos mencionado anteriormente. Se dice que ejercía su poder sobre las Hespérides y que había recibido como respuesta del oráculo de Temis la del Parnaso que llegaría un día en que sería despojado de las manzanas de oro por un hijo de Júpiter. Así lo dice Ovidio:

Este se acordó de un antiguo hado. Es la Temis del Parnaso quien le había dado este oráculo: “Vendrá un tiempo, Atlas, en el que tu árbol será despojado de su oro y en el que un hijo de Júpiter poseerá el título de ese botín”.[181]

Y como Atlas rehusó darle hospitalidad porque era hijo de Júpiter, Perseo que llevaba la cortada cabeza de Medusa se la mostró diciendo:

“Pues ya que nuestra gracia cuenta tan poco para ti, recibe este regalo”. Dicho esto se echó atrás y presentó por el lado izquierdo la horrible cara de Medusa. Y con todo lo grande que era, Atlas se convirtió en montaña.[182]

Más tarde, Perseo estaba jugando al disco cuando hirió en un pie a su desconocido abuelo Acrisio con este disco. Como un fatum de lo que se había predicho murió de esta herida.

Otro asunto: de la sangre derramada de Medusa habrían nacido Pegaso y Crisaor. Pegaso es el caballo alado que descendió a Palas y que se lo dio a Belerofonte, hijo de Glauco (nieto de Sísifo, biznieto de Eolo y tataranieto de Júpiter), para destruir a la Quimera, un monstruo triforme nacido de Tifón y Equidna.

Teopompo escribió, según una leyenda tradicional,[183] que este Belerofonte montado sobre Pegaso no atravesó a la Quimera con sus flechas sino que se dirigió hacia ella con una lanza cuya punta, en la cima, era de plomo. En el momento en que Belerofonte la hundió en la garganta de la Quimera el plomo se fundió a causa de su fuego (que ella exhalaba por la boca) y descendió derramándose en el vientre de esta Quimera abrasándole todos los intestinos y murió.

¡Bella estratagema imaginada por Belorofonte! El que tome el asunto por un relato histórico, o que no perciba a qué sujeto o por qué razón se ha creado esta fábula se podría decir que tiene el genio emplomado.

La tradición dice que la pezuña de este Pegaso hizo brotar la fuente Hipocrene sobre el Parnaso donde las Musas, Apolo, los poetas y todos los letrados se abrevan para resurgir más eruditos. Así el refinamiento de los poetas depende de la fuente del Parnaso, la de la pezuña de Pegaso, Pegaso de la sangre de Medusa y ella misma nacida de un monstruo marino, y destruida por Perseo. Perseo viene de Júpiter, Júpiter de Saturno, Saturno del Cielo; todo esto encadenándose como una cadena de oro.

Se ha de decir lo mismo de Crisaor, padre de Gerión el de los tres cuerpos, que poseía vacas púrpura.

Pero después de lo que precede ¿quién no desenmascararía esta alegoría de Perseo? No obstante añadiremos alguna cosa apropósito de ello: esta lluvia de oro, o sea Júpiter descendiendo en el seno de Dánae, no indica la avaricia o la voluptuosidad comprada con el oro a título secundario. La razón es que estas circunstancias concuerdan con lo que sucede en el artificio filosófico. Pues allí el oro se mezcla al oro y, como sostiene Ripley:

De cada uno de los dos nace nuestro hijo en el aire, por temor de que te apliques demasiado a soplar sobre los carbones.[184]

Y el Rosario dice:

La concepción y los esponsales se hacen en la putrefacción en el fondo del vaso, y la generación de los genitores se hace en el aire, es decir, en la cima del vaso, o sea, del alambique.[185]

Y Senior:

Así mismo vemos que el Sol tiene dos rayos que llueven sobre una ceniza muerta, y que se remite a vivir lo que había sido destinado a la muerte, como muerto [fuera quien fuera] tras una gran penuria. Una es la hermana y el otro es su hermano. Es por él que son endurecidos y son desposados por la sutilidad de la preparación. Pero una vez que ha tenido lugar la concepción se han puesto a volar y han ido a las moradas de las montañas.[186]

Y un poco más lejos:

Y ahora, el rey que hemos nombrado, te lo voy a exponer por este engendrado que han mencionado, que se engendra en el aire y cuya concepción se hace en la tierra o más abajo.[187]

Este Perseo, convertido en adulto, atraviesa a Medusa, es decir, a la materia filosófica: la decapita y derrama su sangre, de la que nace Crisaor, el niño de oro. De donde Arnaldo enseña cómo nuestro Perseo debe ser educado y alimentado cuando dice:

Hay un cierto tiempo en que ella (Dánae) se pone a concebir, engendrar, alimentar y operar. Por lo que cuando tengas la tierra en cinta aguarda el parto. Pero cuando haya dado a luz un hijo (Perseo), aliméntalo hasta que pueda tolerar todo el fuego y entonces podrás hacer la proyección.[188]

Es decir, mientras que sufre todo el fuego es armado con la espada de Mercurio, el casco de Plutón, el escudo de Palas y desde entonces podrás proyectarlo, es decir, enviarlo a destruir a la Medusa nacida de la serpiente.

En cuanto a las Gorgonas (Medusa era una de ellas), se dice que son monstruos con serpientes enroscadas y alas de oro. Están cerca de las Hespérides y de Atlas. Ellas son del mismo género que ellos.

En los dos casos se trata de superar una prueba. Y en efecto, tal como se envía a Hércules, hijo de Júpiter, a las Hespérides, así Perseo es enviado hacia las Gorgonas.

5. PÓLUX Y HELENA; CASTOR Y CLITEMNESTRA

Y hasta aquí es suficiente referente a Perseo. Normalmente ahora se debería pasar a Hércules, hijo de Júpiter y de Alcmena, puesto que se debe colocar entre la descendencia jovial. Pero visto que ya hemos tratado de él en el artículo “las Manzanas de las Hespérides” y dada nuestra explicación sobre la cierva de los cuernos de oro, y que además, vamos a hablar de sus trabajos durante todo el libro V, que baste simplemente mostrar aquí su linaje genealógico. Así, estos hijos de Júpiter han salido de unos huevos, como los pájaros: Pólux y Helena por una parte. Castor y Clitemnestra por otra, estos niños que hizo concebir a Leda abrazándola bajo la forma de un cisne; ella era mujer de Tíndaro, rey de Oebalia.[189] Quizás hablaremos de ello en otra parte pero, para ser breves, aquí diremos algunas palabras: de este huevo es de donde salió una tan gran Ilíada de males, como si del caballo de Troya se tratara.

Imaginemos que este huevo no hubiera existido, de pronto no habría ni Helena, ni su secuestro, ni la guerra de Troya. Castor y Pólux no habrían partido con los Argonautas cien años antes de la guerra de Troya, y eran de la misma edad que Helena. Clitemnestra no habría sido muerta por Orestes, el hijo que había tenido de Agamenón. Además ¿quién podría contar todas las otras calamidades provocadas por este huevo ya sea único o doble?

Que se suprima también la manzana de oro de la Discordia; también finalizaría la causa de la disputa entre las diosas. Y también el rapto de Helena.

Así, es de una manzana y de un huevo que vinieron tanto los males como los bienes. Añadiremos algunos elementos sobre Helena y sus hermanos, los gemelos, cuando tratemos de la guerra de Troya.

Analicemos un poco aquí a Clitemnestra y a su hijo; Agamenón la había desposado y habían tenido a Orestes. Pero como se vio forzado a partir hacia la guerra de Troya había dejado en la casa al cantor Egisto. Con este Egisto es con quien Clitemnestra se había acostado en una capilla de Palas situada en las afueras de la ciudad. Ella había cerrado todas las entradas pero su hijo Orestes pudiendo entrar la descubrió y la mató junto a su amante. Según la fábula Orestes se hizo absolver de la muerte de su madre en casa de los Aeropagitas cuyos votos a favor y en contra eran igual; pero levantó un altar a Palas. Después se redimió y lavó su falta en las aguas de la fuente Hipocrene. Finalmente fue atrapado por las Furias. Entonces un oráculo le ordenó recuperar la estatua de Palas que estaba en Tauride así como a su hermana Ifigenia y bañarse en un río hecho de siete raudales confundidos.

Tuvo como hermanas a Ifigenia, Electra, Crisotemis, Laodicea e Ifionasa. Su cabellera que se había dejado como luto durante todo este tiempo la depositó en un emplazamiento para los toros de Tauride que se llamaba Acé, el mismo nombre que el de la barbería donde se cortó el pelo. Otros señalan que el acontecimiento tuvo lugar cerca del peñasco de Giteo que se llamó “tranquilo”. Cuando Orestes se sentó encima fue liberado de su locura, y esto gracias al consejo de Palas.

Su hermana Electra fue dada en matrimonio a Pílado. En cuanto a él, después de la muerte de Neoptólemo hijo de Aquiles, desposó a Hermíone que le engendró a Trisameno. Después de Erigona, hija de Egisto, tuvo a Pentilo. Finalmente cuando habitaba en Orestia fue alcanzado por una serpiente encontrando así la muerte.

A continuación sus huesos fueron encontrados en la tienda de un herrero, porque un oráculo había predicho que sería necesario buscarlos y que se les encontraría en un lugar donde habían vientos, un golpear, un retumbar y una destrucción de hombres. Licas fue quien encontró la interpretación en el sentido de una forja. Comprendió por los vientos: los fuelles; por el golpear: el martillo; por el retumbar: el yunque; y por la destrucción de los hombres: el hierro. Es ahí, pues, donde se encuentraron los huesos de Orestes. Se les enterró según las órdenes del oráculo en la tumba de Agamenón cerca del templo de las Parcas.[190]

Nada parece más absurdo a los ignorantes que esta leyenda. Para los inteligentes difícilmente se podría encontrar algo que les pareciera más soberbio.

Hemos examinado el personaje Agamenón en el artículo “Troya”. En lo tocante a Clitemnestra resalta claramente que es hija de Júpiter aunque otros afirmen que este famoso huevo de donde han nacido Castor y Clitemnestra, era de Tíndaro.

En los dos casos se manifiesta la misma verdad. Quizás diréis que es una novedad que las mujeres pongan huevos imitando a los pájaros. Los paganos no lo han encontrado sorprendente puesto que Júpiter había tomado la forma de cisne para fecundar a Leda. En cuanto a nosotros sabemos que si no fuera una alegoría el hecho sería monstruoso y no se puede mentir. No es suficiente pensar que en ello se encuentra alguna ficción moral, puesto que se pueden fabricar morales sobre todas las cosas ya sea para bien o para mal. Pero no es lo mismo en cuanto a las realidades naturales que allí están contenidas y ocultadas. ¡Cuántas veces se ve entre los artistas químicos que una madre es devorada por su hijo o muerta por él e inhumada en su vientre! Y seguramente es necesario que sea así. Flamel dice:

Todo este asunto consiste en dos cosas: que, bien entendido, tú vuelvas tu azufre penetrante y atrayente gracias al fuego, de manera que esté en estado de devorar a su madre y tú acabarás la obra; fija a la madre en el vientre del hijo que anteriormente ella había dado a luz, y entonces solamente él será su propio padre y el hijo será un espíritu hecho de dos.[191]

Y en el mismo lugar:

Entonces el niño devora a su madre y ahoga a su padre en un lago único donde se encuentra un conjunto de flores de leche, de frutos y de sangre.[192]

Y en el sexto enigma:

Igualmente oculta el servidor rubicundo sobre la madre en cinta. Mortifica a la madre cortándole las manos y los pies.[193]

Y Llull:

Es preciso inhumar a la madre en el vientre del hijo que ella ha engendrado anteriormente y hacerla nacer de él.[194]

Y, según la alegoría, no solamente el hijo penetra en su madre y la mata, sino que suprime a su propio padre. Así lo hizo Edipo con su padre Laio que venía a su encuentro y no quería retroceder; después desposó a su madre Jocasta. Incluso mató a su abuelo, como Perseo con Acrisio.

La adúltera Clitemnestra es asesinada en la capilla de Palas, puertas cerradas. Esto significa que el vaso del arte está cerrado. Orestes es absuelto por un voto en voz igualada: en efecto, es preciso que los pesos sean geométricamente igualados. Por lo que Orestes ha erigido un altar a Minerva, diosa de la sabiduría.

Se dice que se purificó en las aguas de la Hipocrene porque esta fuente Pegasiana[195] es lo que conviene a este asunto, ya que Pegaso es reputado como nacido de la sangre de Medusa.

En cuanto a lo que se cuenta de la estatua de Palas y su lavado en siete corrientes de agua, es alegórico y he aquí a lo que se refiere: sobre Palas se dirá más lejos; sobre el lavado he aquí lo que dice Clangor:

Y es así que hay siete decocciones en total, es decir, cuatro antes de la vivificación, o dicho de otra manera la fermentación, y después tres. Se les designa por siete asados, como también lo dice el Filósofo: Nuestro acero tiene un cuerpo hidrópico, leproso como Naamán el Sirio, es por lo que busca el baño de regeneración para hacerlo en siete veces en el Jordán para ser corregido de sus faltas, de sus pasiones innatas y de sus corrupciones.[196]

En cuanto a sus hermanas entre las que se encuentra Crisotemis, son las partes acuosas. Mantiene su cabellera porque no conviene del todo que se separe de ella. Después se la hace cortar cerca de Acé, es decir, de un peñasco. Después viene el reposo de los trabajos.

En lo que se refiere a los huesos de Orestes encontrados en la oficina de un herrero, es creíble. En efecto, se dice la misma cosa en la Alegoría de Merlín donde incluso los cabellos y las uñas del rey hacen cosas extraordinarias en talleres de este género.[197] Es verosímil que aún ahora haya algunas obras dejadas en el mundo por los artesanos, circulando aquí y allá, y que se encuentran algunas veces en las forjas aunque no se las reconozca…

6 . MINOS Y RODAMANTE

Continuemos: Europa, hija del rey de los fenicios Agenor, hermana de Cadmo, fue fecundada por Júpiter que se había transformado en toro. Se dice que de ello nacieron Minos y Radamante. También tuvo a Carneo. Ya hemos tocado la alegoría de Cadmo más arriba. Hemos visto cómo buscando a Europa fundó Tebas, ciudad de Beocia donde se instaló.

Se dice que Europa estaba alejada junto con otras jóvenes. Había puesto su mano sobre un toro extraordinariamente bello (que no era otro que Júpiter metamorfoseado) y que lo había cabalgado. Júpiter se la llevó así hasta Creta donde, tomando su primera forma, la dejó en cinta. Así ella puso en el mundo a Minos y Radamante.

Minos desposó a Pasifae, hija del Sol y hermana del rey Aetes, a fin de que lo semejante se regocije de lo semejante, es decir, que el hijo de Júpiter se regocije con la hija del Sol. Engendraron a Ariadna y al Minotauro siendo este último encerrado en el laberinto fabricado por Dédalo y finalmente siendo muerto por Teseo gracias a la obra de Ariadna.

Pudiera ser que hubiera algo de histórico bajo estas máscaras según lo que se cuenta de los vestigios del laberinto cretense que existen actualmente, aunque Diodoro dice, ya en su tiempo, que el de Creta había desaparecido y que el de Egipto, mucho más antiguo, duraría siempre.[198] Respecto al resto de lo que han tratado las fábulas de Minos y Radamante y de su incorruptible juicio en los infiernos, no diremos nada aquí puesto que la mayor parte de los temas han sido inventados después de pronto por los poetas de las siguientes épocas.

7 . ANFIÓN Y ZETO

De Antíope, hija de Nicteo (o de Asopo según otros), Júpiter engendró a Anfión y Zeto. Anfión aprendió a tocar la lira con Mercurio como maestro. Su música le permitía, como a Orfeo hijo de Calíope, poner en movimiento a los animales salvajes y a las piedras. Estos dos hermanos habrían fundado Tebas y la habrían protegido con murallas y torres. Según la fábula, las piedras saltaban espontáneamente y el muro se construyó sólo escuchando la dulzura de la lira tocada por Anfión. Horacio lo dice así en el Arte poético:

Se dice también que Anfión, el fundador de Tebas, hizo mover las piedras al son de la tortuga[199] y las tiraba donde quería mediante su encantadora plegaria.[200]

Se relata lo mismo de la muralla de Troya erigida por Apolo o por la divina música de Orfeo con la que le hizo dirigir la nave Argo o atraer a las fieras y las rocas. Pero no hay nadie que vea en ello una hipérbole, sea cual sea el modo de interpretación: alusión a la simple poesía, a su dulzura y a su eficacia; ¡oh, materias ocultas bajo la fábula!

Anfión fue el primero en dedicar un altar a Mercurio, porque había recibido su lira de él mismo.

Pausanias en las “Elíacas posteriores”, opina que Anfión y Orfeo eran egipcios y que sobresalían en la ciencia de los magos.[201] Sin embargo esto no es creíble pues lo que resalta de todos los autores y de todas las circunstancias es que eran griegos y que transmitieron a los griegos la ciencia de los egipcios.

Sobre las hazañas milagrosas, por no decir monstruosas que hemos mencionado hasta aquí de las que su autor es Júpiter, el dios de los paganos cuya familia se cree que era suficientemente grande gracias a los adulterios que practicaba metamorfoseándose, se tiene el dístico siguiente:

Se hizo toro, cisne, sátiro, oro, por amor de Europa, Leda, Antíope, y Dánae.

8. LOS HERMANOS PÁLICOS Y OTROS

Añadimos a ello el nacimiento no menos monstruoso de los hermanos Pálicos, de los cuales se dice que son hijos de Júpiter y de Talía.

Cuando ésta se vio en cinta de Júpiter temió la indignación de Juno y deseó ocultarse bajo tierra. Talía permaneció un tiempo muy largo encerrada bajo tierra, pero en el momento de dar a luz los dos niños salieron bruscamente del suelo de Catana en Sicilia.

Estas historias, aunque fabulosas, sin embargo son motivo de una fe histórica entre los paganos supersticiosos.

Finalmente se cuenta que Júpiter tuvo a Proserpina de Ceres. Además de los susodichos, el mismo Júpiter tuvo una numerosa descendencia de diferentes ninfas prostituidas: Calisto, Niobé, Laodamia, Taygete, Savona, Protogenia y otras. De manera que no deja ninguna duda: si se añade a los hijos, nietos y biznietos, la descendencia de Neptuno igual que la de los vientos, ríos, montañas, Océano, Ponto y los otros mares, todos los dioses, diosas, héroes, heroinas o semidioses y semidiosas pueden sacarse y propagarse con ellos como ancestros de los que dependen o descienden como por una cadena de oro.

Pero estos temas sugeridos hasta aquí a título de ejemplo son suficientes. Ellos prueban en lo que concierne al resto el juicio es semejante.

FIN DEL TERCER LIBRO



[1] . La nota al margen, en forma de aforismo, dice: “De proposiciones negativas no proviene ninguna ciencia”. Bella lección para la Iglesia que no predica más que la fe.

[2] . Cf. Homero, Ilíada, VIII, 18-27.

[3] . Se trata de los epicúreos. Cf. Lucrecio, De la Naturaleza de las cosas, III, 61, ss.

[4] . Nota al margen: “Cf. Censorinus”.

[5] . Cf. Hesiodo, Teogonía, 133-159.

[6] . Eléboro o heléboro: planta con la que se cuidaba la locura.

[7] . Venus nació de los testículos del Cielo. Pero existen versiones que la hacen nacer de la bolsa de Saturno.

[8] . Cf. Virgilio, Enéida, VIII, 322-323; Ovidio, Fastos, I, 238.

[9] . “Momento”, en latín momentum, proveniente de la palabra “movimiento” como si se dijera movimentum.

[10] . B. Valentín, Las doce llaves de la filosofía, I; J. Mangin de Richebourg, Biblioteca de los filósofos químicos, t. II, p. 16; J.-J. Manget, Bibliotheca chemica curiosa, t. II, p. 412.

[11] . B. Valentín, La Filosofía oculta, 2, pp. 110-111.

[12] . “Probar” en latín probare, proveniente de una palabra griega que significa “carnero”, πρόβατον. Este misma palabra se descompone en πρό, “delante”, y βαίνω, “marchar”. Literalmente es “aquel que marcha delante”, al encuentro del sacrificio.

[13] . Se utilizaban altramuces como monedas en las comedias.

[14] . “Lascivia” en latín, salacitas que proviene de salax, que también significa “afrodisiaco”, “lúbrico”. La raíz es evidentemente sal, la “sal”, y particularmente la del mar (ἅλς en griego). El verbo salire, “saltar” tiene la misma raíz, como ἃλλομαι en griego. Venus proviene de esta sal provocada en el mar por la castración de Saturno o de Urano (el Cielo).

[15] . Saturno significa el “plomo negro”y Júpiter el “estaño gris”.

[16] . Se trata sin ninguna duda del célebre Raimundo Llull.

[17] . Cf. Aulu-Gelle, Noches áticas, XVIII, 2.

[18] . Avicena, Del Alma, I, 2.

[19] . Cf. Turba philosophorum; Artis auriferae, t. I, p. 134 ; J.-J. Manget, Bibliotheca chemica curiosa, t. I, p. 493. Cf., también La Tourbe des philosophes, « discurso sesenta y siete », p. 140; Theatrum chemicum, t. V, p. 48; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. I, p. 463.

[20] . Sacerdotes de Cibeles.

[21] . Nota al margen: “Entella menace” Cf. Virgilio, Enéida, V, 362-484, donde se ve que este Entella abate al atleta troyano Darés que le desafiaba.

[22] . Verso de Orfeo citado por Macrobio, Saturnales, I, 18, 18.

[23] . Cf. Estrabón, Geografía, III, 2, 12-13.

[24] . Πλοῠτος en griego significa “riqueza”.

[25] . Adiante [culantrillo]: helecho decorativo, también llamado capilar.

[26] . Estrabón, Geografía, IX, 2, 29.

[27] . Μελισσεύς, “Meliseo” viene de μελισσα, “abeja”.

[28] . Jovial significa propiamente: “de Júpiter”. [de Jove]

[29] . R. Llull, Testamento, “Teoría”, 87 (88); Tjeatrum chemicum, t. IV, p. 125; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t.I, p. 758; M. Pereira, B. Spaggiari, Il “Testamentum” alchemico attribuito a Raimondo Lullo, p. 282.

[30] . R. Llull, Testamento, “Teoría”, 87 (88); Tjeatrum chemicum, t. IV, p. 124; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t.I, p. 758; M. Pereira, B. Spaggiari, Il “Testamentum” alchemico attribuito a Raimondo Lullo, p. 280.

[31] . Cf. Homero, Odisea, IV, 365-424. Sobre todo este pasaje, cf. E. d’Hooghvorst, El Hilo de Penélope, t. I, pp. 31-39.

[32] . Buccinato en el texto. Suponemos que se ha de leer buccinator.

[33] . Nota al margen: “Cicerón, Tusculanes, I, 90, y La Naturaleza de los dioses, II, 5, dice que el hipocentauro o la Quimera jamás han existido”.

[34] . Bronce ciprio; el “cobre”, que se dice cuprum.

[35] . Célebre pintor griego del siglo IVº antes de J. C.

[36] . Les Sept Traités attribués à Hermès, IV ; J. Mangin de Richebourg, Bibliothèque des philosophes chimiques, t. I, p. 108 ; Theatrum chemicum, t. IV, pp. 671-672 ; J.-J. Manget, Bibliotheca chemica curiosa, t. I, p. 432.

[37] . La Pafiana, es decir, la Venus de Pafos, ciudad de Chipre célebre por su culto a Venus.

[38] . N. Flamel, Anotaciones; Theatrum chemicum, t. I, p. 790; J.-J. Manget, Bibliotheca chemica curiosa, t. II, p. 367.

[39] . N. Flamel, Anotaciones; Theatrum chemicum, t. I, pp. 784-785; J.-J. Manget, Bibliotheca chemica curiosa, t. II, p. 364.

[40] . Cf. Cicerón, La Naturaleza de los dioses, III, 53 a 60. Para Venus, cf., ibidem, 59.

[41] . Cf. L. Cattiaux, El Mensaje Reencontrado, XXX, 41’.

[42] . Cf. Plauto, Mostellaria, 169.

[43] . Cf. Cicerón, La Naturaleza de los dioses, III, 53. Nota al margen: “Los paganos son insensatos en las cosas divinas aún pareciéndose sabios a ellos mismos”.

[44] . Salacia, diosa del mar. Venilia, mujer de Jano. Cinxia o Cinctia o Juno. Prema, diosa de la unión conyugal. Virginensis, diosa del matrimonio. Partunda, probablemente es Partula, diosa de los partos. Lucina, es Hécate o Diana, o incluso Juno; preside a los partos. Rumina, preside la lactancia. Cunina, diosa de las cunas. Edúlica, diosa de la alimentación de los niños. Potina, presidía la bebida del niño.

[45] . Cf. Homero, Ilíada, IV, 8 y V, 908; Estrabón, Geografía, IX, 2, 36.

[46] . En griego παλτόν significa “dardo”, “jabalina”.

[47] . Nota al margen: “F. Iunius en el “Prefacio” a la Gramática hebrea dice: Esta proviene de una palabra hebrea que significa “agitar” y “remover”. El griego πάλλειν significa “agitar” “remover”.

[48] . Ovidio, El Arte de Amar, II, 561-562. Mulciber es uno de los nombres de Vulcano.

[49] . “Harmonice composita et ómnibus numeris absoluta”. Hay aquí todo un sentido musical y pitagórico. Recordemos que la palabra “Harmonía” es griega y proviene de άρμός, “encaje”, “coyuntura”, “ensamblaje”, “ajuste”. La diosa Harmonía es unida a Cadmo, lo que significa la civilización de las comarcas bárbaras. En cuanto a los numeri, “números”, significan aún: “partes de un todo”, pero también: “ritmos”, es decir, “medida de los versos” en poesía. Música, números y arquitectura no son más que uno.

[50] . Nota al margen: “Para otros ella se llama Hermione, a quien Vulcano fabricó un muy bello pero pernicioso collar”.

[51] . El Dragón es una constelación.

[52] . Alegorías de los sabios, 28; Theatrum chemicum, t. V, p. 87; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. I, p. 479. Cf. El Rosario de los filósofos, p. 235; Artis auriferae, t. II, p. 381; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. II, p. 119.

[53] . Arnaldo d Vilanova, Rosario de los filósofos, I, 8; Artis auriferae, t. II, p. 401; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. I, p. 665. Cf. también El Rosario de los filósofos, p. 63; Artis auriferae, t. II, p. 237; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. II, p. 93.

[54] . Habitualmente se considera más bien la versión de Homero, Ilíada, I, 594-594, según la cual es Júpiter quien lo habría precipitado desde el cielo pues Vulcano quería defender a su madre durante un conflicto de los esposos.

[55] . Lampadoforias: pues en los juegos o los sacrificios se llevaban lámparas en honor de Hefaistos o Vulcano.

[56] . Lipara: una de las eolianas, hoy día Lipari.

[57] . Cf. Virgilio, Enéida, VIII, 425.

[58] . Alusión a las injurias que lanza Aquiles a Agamenón en Homero, Ilíada, I, 225.

[59] . No sin humor, el autor añade aquí en el margen: “El hombre de Gargete está celoso de Hércules”. Gargete es la patria de Epicuro.

[60] . G. Ripley, Las Doce Puertas de la alquimia, 3, p. 63; Theatrum chemicum, t. III, p. 806; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. II, p. 279.

[61] . Cf. G. de Montanor, Escalera de los filósofos, 1; Artis auriferae, t. II, p. 126; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. II, p. 138.

[62] . Cf. Herodoto, Historias, II, 156. En griego πλωτή significa “flotante”.

[63] . Cf. Cicerón (M. Tullius Cicero), La Naturaleza de los dioses, III, 57.

[64] . Cf. ibidem, III, 54.

[65] . Anaxágoras de Clazomenes, filósofo del siglo Vº, antes de J. C., autor de un De la Naturaleza. Acusado de impiedad y condenado a muerte, tuvo que huir de Atenas.

[66] . Ovidio, Metamorfosis, IV, 333.

[67] . Literalmente: “las faces”. ¿Tendría este texto origen hebreo? En efecto, en hebreo se dice פנים. Es un plural. Evidentemente estamos pensando en los primeros versículos del Génesis de Moisés…

[68] . Consejo de las bodas, I; Thearum chemicum, t. V, p. 435; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. II, p. 237.

[69] . Typhon es anagrama de Pythón.

[70] . Juego de palabras entre lumen, “luz”, y columen, “hecho”.

[71] . El laurel es símbolo de profecía pues cuando se quema, charla y canta. Cf. Porfirio, Περί ΄Αγαλμάτων, en J. Bidez, Vie de Porphyre, apéndices, p.12.

[72] . Cf. J. Mangin de Richebourg, Bibliothèque des philosophes chimiques, t. I, p.85.

[73] . Virgilio, Bucólicas, VIII, 80-81.

[74] . Luciano, De la Astrología, 10, Cf. infla, p. 236.

[75] . Cf. Pausanias, Descripción de Grecia, IX, 30, 4.

[76] . Orfeo, Argonáuticas, 8-11.

[77] . Cf. Marc. XVI, 15/19.

[78] . Cf. Cicerón, La Naturaleza de los dioses, I, 66.

[79] . El sentido de volubile es “que se enrosca”, de donde “serpiente”.

[80] . Orfeo, Argonáuticas, 40-42.

[81] . Ovidio, Metamorfosis, II, 628-630.

[82] . El griego ᾕπιος, apius en latín, significa “dulcificante”. Cf. supra p. 92, n. 215.

[83] . Cf. Virgilio, Enéida, VII, 765-773.

[84] . Cf. Ovidio, Metamorfosis, X, 162-219.

[85] . En el texto está escrito Iaso. Pero aquí se esperaría el acusativo Iasonem…

[86] . Arnaldo de Vilanova, Nueva Luz, 7; Artis auriferae, t. II, p. 467; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. I, p. 679.

[87] . Los Siete Tratados atribuidos a Hermes, III; J. Mangin de Richebourg, Bibliothèque des philosophes chimiques, t. I, p. 105 ; Theatrum chemicum, t. IV, pp. 663-664 ; J.-J. Manget, Biblioyheca chemica curiosa, t. I, p. 429.

[88] . Cf. Homero, Odisea, IV, 219-232. Cf. también E. d’Hooghvorst, El Hilo de Penélope, t. I, p. 25.

[89] . Turba philosophorum; Artis auriferae, t. I p. 26. Cf. Turba philosophorum (alterum exemplar), 34; Artis auriferae, t. I, p. 101; J.-J. Manget, Bibliotheca chemica curiosa, t. I, pp. 486-487. Cf. también La Tourbe des philosophes, “Discurso treinta y dos”, p. 83; Theatrum chemicum, t. V, p. 25; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. I, pp. 454-455. Cf. finalmente infra, libro VI, p.393.

[90] . Jasón de ἴασις, “curación”, de donde nuestras palabras finalizan en “-iatría”, “pediatría”, “psiquiatría”, etc. Hygiea, de ὑγίεια, “salud”, de donde viene nuestra “higiene”.

[91] . Arnaldo de Vilanova, Nueva Luz, 7; Artis auriferae, t. II, pp. 467-468; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. I, p. 679.

[92] . R. Llull, Libro de la quinta esencia, III, 2.

[93] . R. Llull, El Árbol de la filosofía deseada, 11.

[94] . Turba philosophorum; Artis auriferae, t. I, p. 56. Cf. Turba philosophorum (alterum exemplar), 66; Artis auriferae, t. I, p. 130 ; J.-J. Manget, Bibliotheca chemica curiosa, t. I, p. 462.

[95] . Éridan: por lo tanto este río sería el Po, según el diccionario latín.

[96] . Cf. Aurelio Augurel, Crisopeya, III, 669-673; Theatrum chemicum, t. III, p. 244; J.-J. Manget, Bibliotheca chemical curiosa, t. II, p. 385; Los Tres Libros de la Crisopeya, pp. 128-129.

[97] . Apidanus: ribera de Tesalia.

[98] . Proselenes, de πρό, “ante”, y de σελήνη, “luna”; de donde viene antelunares en latín, de “ante” y “lunares”.

[99] . Cf. Apolonio de Rodas, Argonáuticas, IV, 263-265.

[100] . Cf. el escoliasta de Apolonio de Rodas, IV, 264, quien cita a Aristóteles y a Mnaseas.

[101] . Denis de Calcis, autor griego de elegías, siglo Vº antes de J. C.

[102] . Duris de Samos, historia griega de los siglos IVº-IIIº antes de J. C., del que no quedan más que fragmentos.

[103] . Natali Conti, Mitología, II, 1.

[104] . Cicerón, Pro Archia, 19.

[105] . Cf. E. d’Hooghvorst, El Hilo de Penélope, t. I, p. 99: “¡Desgraciadamente, asar no es cocer!”

[106] . Orfeo, Himnos, IX, 4.

[107] . Cf. Alcman, fragmento 48.

[108] . Cf. M. Manilio, Astronomía, I, 666-669.

[109] . Cf. Homero, Himnos, XXXII, 3-13.

[110] . Cf. Cicerón, La Naturaleza de los dioses, III, 58.

[111] . Lato en latín.

[112] . Morien de Roma, De la Composición de alquimia; Artis auriferae, t. II, p. 31; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. I, p. 514.

[113] . Idem.

[114] . Morien de Roma, De la Composición de alquimia; Artis auriferae, t. II, p. 31-32; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. I, p. 514.

[115] . Cf. E. d’Hooghvorst, El Hilo de Penélope, t. I, p. 85.

[116] . El Libro de Senior, pp. 90-91; Theatrum chemicum, t. V, p. 226; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. II, p. 229.

[117] . Cf. Pausanias, Descripción de Grecia, VIII, 16, 1. Τρικρήνη significa “de las tres fuentes”.

[118] . R. Llull, Testamento, “Teoría”, 40 (41); Theatrum chemicum, t. IV, p. 61; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. I, p. 732; M. Pereira, B. Spsggiari, Il Testamentum alchemico attribuito a Raimondo Lullo, p. 134.

[119] . Ter purgatum: Cf. Robert Vallensis, “De la verdad y la antigüedad del arte químico”, en Le Fil d’Ariane, nº 46-47, p. 146; Theatrum chemicum, t. I, p. 7.

[120] . Cf. por ejemplo Hermes Trismegisto, Tratado de oro, 1, escolio; Theatrum chemicum, t. IV, p. 610; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. I, p. 408. Cf. también Arnaldo de Vilanova, De la Cocción de la piedra de los filósofos; Theatrum chemicum, t. III, p. 138; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. I, p. 684.

[121] . R. Llull, Libro de la quinta esencia, III, “de la Incineración”.

[122] . Juego de palabras entre Janus et ianua (janua), “puerta”.

[123] . Cf. El Libro de Senior, p. 125 (la figura) y pp. 14-15 (la descripción); J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. II, tabla II, figura 12, y p. 217 (descripción).

[124] . Cf. Ovidio, Metamorfosis, II, 687-707.

[125] . Cf. Estrabón, Geografía, XVII, 1, 46.

[126] . M. Manilio, Astronomía, I, 30-31.

[127] . Cf. Ibidem, I, 30-64.

[128] . Cf. Isidoro, Etimologías, VIII, 11, 45.

[129] . Nota en el margen: “Sartas o Samotrax era para los griegos un dios desconocido, como Saturno para los romanos”.

[130] . Nota al margen: “F. Iunius en el “Prefacio” a la Gramática, deduce del hebreo lo que suena abstruso, como los Cabires”.

[131] . Cf. Licofrón, Alexandra, 679-680.

[132] . Cf. Lactancio, Epitome divinarum institutionum, 14.

[133] . Cf. Píndaro, Olímpicas, VIII, 81-82.

[134] . Cf. Lactancio, Epitome divinarum institutorum, 4.

[135] . Cf. Cicerón, La Naturaleza de los dioses, III, 56.

[136] . Arcanissima.

[137] . Consejo de las bodas, 1; Theatrum chemicum, t. V, p. 437; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. II, p. 238. Cf. infra, libro v. p. 227.

[138] . El Rosario de los filósofos, p. 107; artis auriferae, t. II, p. 272; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. II, pp. 99-100.

[139] . Sentido oscuro. Hay también aquí un juego de palabras entre nomina, “nombres”, y numina, “divinidades”, como supra p. 66, n. 163.

[140] . Theut o Toth.

[141] . Cf. Plinio, Historia natural, IV, 14.

[142] . Lucano, Pharsalia, 1, 444-445.

[143] . Cf. J. Aventino (1477-1534), Anales, I.

[144] . Cf. Génesis, X, 3.

[145] . J. Aurele Augurel, Crisopeya, II, 259-282; Theatrum chemicum, t. III. Pp. 219-220 ; J.-J. Manget, Bibliotheca chemica curiosa, t. II, p. 378 ; Los Tres Libros de la Crisopeya, pp. 63-65.

[146] . Turba philosophorum; Artis auriferae, t. I, p. 65. Cf. Turba philosophorum (alterum exemplar), 78; Artis aurifearae, t. I, p. 139; J.-J. Manget, Bibliotheca chemica curiosa, t. I, p. 494. Cf. también Alegorías de los sabios, 4 ; Theatrum chemicum, t. V, 69; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. I, pp. 471-472.

[147] . Nota al margen: Tifón, dicho de otra manera: un viento movido en círculos.

[148] . Ovidio, Metamorfosis, III, 288-295 y 308-309. Mayer no señala en estos 13 versos la incisión que habíamos indicado.

[149] . Nota al margen: “Semele, la madre de Dionisos, consumida como la de Esculapio”.

[150] . Ovidio, Metamorfosis, III, 310-312.

[151] . De νύσσω, “picar”: Ha picado a Zeus (Dio-), es decir, a Júpiter.

[152] . De νῠσος, “cojo”.

[153] . Puede ser de νίζω, “lavar”, o de νοτία y νοτίς, “humedad”, “lluvia”.

[154] . Cf. Ovidio, Metamorfosis, IV, 12.

[155] . Literalmente: terrigenis, “nacidos de la tierra”; pues es el sentido de la palabra “gigante”: γίγας, de γίγνομαι, “nacer”, y γῆ, “tierra”.

[156] . Bacchus es el nombre latino de Dionisos.

[157] . Natali Conti, De Venatione, IV.

[158] . Cf. Ovidio, Metamorfosis, IV, 17-18.

[159] . Cf. Orfeo, Himnos, XLII, 4.

[160] . Cf. supra, p. 101, n. 237.

[161] . Cf. Ovidio, Metamorfosis, IV, 25.

[162] . Luso, hijo de Liber, quien ha dado su nombre a Lusitania (Portugal).

[163] . Ovidio, Fastos, III, 727.

[164] . R. Llull, Testamento, “Teoría”, 46 (47); Theatrum chemicum, t. IV, p. 70; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. I, p. 736; M. Pereira, B. Spaggiari, El“Testamentum” alchemico attribuito a Raimondo Lullo, p. 156.

[165] . Golpeando la tierra hace salir agua, cf. supra, p. 144.

[166] . Turba philosophorium; Artis auriferae, t. I, p. 65. Cf. Turba philosophorum (alterum exemplar), 78; Artis auriferae, t. I, p. 139 ; J.-J. Manget, Bibliotheca chemica curiosa, t. I, p. 494. Cf. también Alegorías de los sabios, 4; Theatrum chemicum, t. V, p. 69; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. I, p. 471.

[167] . Aristeo proviene de la palabra griega ἄριστος, que significa “excelente”.

[168] . Consejo de bodas, I y III, (bis); Theatrum chemicum, t. V, pp. 435, 486 y 505; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. II, pp. 237, 258 y 265.

[169] . Juego de palabras entre nomen y omen, “nombre” y “presagio”.

[170] . R. Llull, Testamento, “Teoría”, 9 (10); Theatrum chemicum, t. IV, pp. 18-19; J.-J. Manget, Bibliotheca chemica curiosa, t. I, p. 714; M. Pereira, B. Spaggiari, El “Testamentum” alchemico attribuito a Raimondo Lullo, p. 38.

[171] . Sauviter, magno cum ingenio. Estas son las mismas palabras que la famosa Tabla de Esmeralda de Hermes; J. Mangin de Richebourg, Bibliothèque des philosophes chimiques, t. I, p. 85; Theatrum chemicum, t. I, p. 362, y t. VI, p. 715; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. I, p. 381.

[172] . Juego de palabras entre linguax, “hablador”, y lingua, “lengua”.

[173] . Cf. Platón, Fedón, 69c.

[174] . Nota al margen: “Delicado digeridor de un delicado envío de palabras, ¡cómo se da a admirar el mundo!”.

[175] . Los habitantes de Sibaris eran reputados de ser afeminados viviendo en el lujo.

[176] . Del griego άνία, “pena”, “melancolía”.

[177] . Virgilio, Geórgicas, I, 5.

[178] . Cf. Orfeo, Himnos, XXX, 1.

[179] . Horacio, Odas, III, 16, 1-11.

[180] . Cf. Homero, Odisea, I, 51-53.

[181] . Ovidio, Metamorfosis, IV, 642-645.

[182] . Ibidem, IV, 654-657.

[183] . Cf. Teopompo, Historias filípicas, VII.

[184] . G. Ripley, Las Doce puertas de la alquimia, 6, p. 82; Theatrum chemicum, t. III, p. 811; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. II, p. 281.

[185] . El Rosario de los filósofos, p. 90; Artis auriferae, t. II, p. 260; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. II, p. 97.

[186] . El Libro de Senior, p. 25; Theatrum chemicum, t. V, pp. 197-198; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. II, p. 218.

[187] . El Libro de Senior, p. 27; Theatrum chemicum, t. V, pp. 198-199; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. II, p. 219.

[188] . Arnaldo de Vilanova, Rosario de los filósofos, II, 25; Artis auriferae, t. II, p. 446; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. I, p. 674.

[189] . Oebalia o Taranto, colonia espartana.

[190] . Cf. Herodoto, Historias, I, 67-68.

[191] . N. Flamel, Anotaciones; Theatrum chemicum, t. I, p. 750; J.-J. Manget, Bibliotheca chemical curiosa, t. II, p. 351.

[192] . Idem.

[193] . Las Siete Parábolas de las alegorías de los filósofos, “Sexta parábola”, p. 156; Artis auriferae, t. I, p. 151; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. I, p. 496. Cf. J. Mangin de Richebourg, Bibliotheque des philosophes chimiques, t. I, p. 312.

[194] . R. Llull, Codicillo, 14; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. I, p. 887.

[195] . Fuente Pegasiana traduce la palabra griega Hipocrene, “fuente del caballo”.

[196] . Clangor buccinae (“el Sonido de la trompeta”); Artis auriferae, t. I. pp. 502-503; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. II, p. 158.

[197] . Cf. Alegoría de Merlín; Artis auriferae, t. I, p. 396; J.-J. Manget, Biblioteca chemica curiosa, t. II, pp. 191-192.

[198] . Cf. Diodoro de Sicilia, Biblioteca histórica, I, 61, 4 y 97, 5.

[199] . El caparazón de la tortuga servía de caja de resonancia para la lira.

[200] . Horacio, Arte poético, 394-396.

[201] . Cf. Pausanias, Descripción de Grecia, VI, 16, 1.

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