sábado, octubre 17, 2009

REMEDIO DEL ESPÍRITU






Del apartado Reyes de Egipto y monumentos (3)[1], he seleccionado el siguiente párrafo:

[…] la biblioteca sagrada sobre cuya puerta había escrito: REMEDIO DEL ESPÍRITU.
[…] La inscripción puesta encima de la puerta de la biblioteca anuncia cuán útil es la lectura, pero parece haber sido puesta sólo para señalar el tesoro que había encerrado allí, es decir, los libros que los egipcios llamaban sagrados, o los que contenían en términos alegóricos y en caracteres jeroglíficos toda la filosofía hermética o el arte de hacer oro y el remedio para curar todas las enfermedades, puesto que la posesión de este arte hace desvanecer la fuente de todas las enfermedades del espíritu, la ambición, la avaricia y las otras pasiones que lo tiranizan.

[Mensaje Reencontrado, VIII, 57: La miseria, la enfermedad, la vejez, la duda y la muerte tendrían que precipitarnos en los brazos del que nos propone la riqueza, la salud, la juventud, el conocimiento y la vida.]

[Mensaje Reencontrado, VI, 9’: El oro celeste es lo que nos hace falta, ya que la enfermedad de la muerte no agota nuestros deseos.]

Al ser esta ciencia la de la sabiduría, se puede decir con Salomón:[2] el oro es sólo arena vil en comparación a la sabiduría y la plata sólo es barro. Su adquisición vale más que todo el comercio del oro y la plata y su fruto más precioso que todas las riquezas del mundo, todo lo que se desee no puede comparársele. La salud y la longevidad están a su derecha, la gloria y las infinitas riquezas están a su izquierda.[3]Sus vías son bellas operaciones, loables y no despreciables; éstas no se hacen con precipitación ni con prisa sino con paciencia y atención durante un largo trabajo; es el árbol de vida para los que la poseen; ¡dichosos los que la tienen en su poder!
Comúnmente se explican estas palabras de la sabiduría y de la piedad; pero aunque se posea todo, aún cuando se posee a Jesús-Cristo y se es fiel en observar su ley, la experiencia de todos los tiempos nos demuestra que la salud, la longevidad, la gloria y las riquezas no son el atributo de todos los santos.
¿No habría dicho esto Salomón refiriéndose a la sabiduría hermética, puesto que allí todo conviene perfectamente y propiamente es su definición?

[Mensaje Reencontrado, XVII, 25: La sobriedad, la sencillez y la caridad son los tres grandes médicos del cuerpo, del espíritu y del alma, pero el amor divino es el único remedio a la enfermedad de nuestras vidas exiliadas.]

[Mensaje Reencontrado, XVII, 27’: Abandonando los espejismos del mundo y consagrándose a la búsqueda de la unidad divina, el Sabio evita muchas complicaciones, muchos excesos y muchos dolores inútiles.]

[Mensaje Reencontrado, XXXVIII, 17: La posesión de la gloria y de las riquezas terrestres brilla y se exhibe en el mundo profano.
17’: La posesión de la gloria y de los bienes divinos brilla y se esconde en el secreto de Dios.]

[Mensaje Reencontrado, X, 1’: El abandono de sí mismo, la aceptación de los remedios y la práctica del amor divino liberan al hombre de las coacciones del mundo.]

[Mensaje Reencontrado, III, 17: La verdad se oculta bajo el velo de las fábulas y las parábolas, es necesario un espíritu muy recto y muy penetrante para descubrirla, así como se precisa un ojo muy ejercitado para reconocer el diamante bajo la envoltura que lo protege.]

[Mensaje Reencontrado, XIII, 43’: Meditar es cocer suavemente el cuerpo y el espíritu hasta la glorificación del alma.]

[1] . Artículo subido el 4 del 2007.
[2] . Sabiduría, 7.
[3] . Proverbios, 3.